Portada Antonio Morales


40 años de Roque Aguayro

Roque Aguayro, la Agrupación de Electores que gobierna el Ayuntamiento de la Villa de Agüimes desde las primeras elecciones democráticas de 1979, se encuentra inmersa en estos días en la celebración del 40 aniversario de su nacimiento. Me llena de emoción celebrar el cuadragésimo cumpleaños de un proyecto de trabajo compartido que nació de la profunda rebeldía contra una situación de carencia de libertades y de penurias socioeconómicas.

Agüimes jugó un papel importante en la historia de Canarias tanto cuando la habitaron los antiguos canarios como tras la llegada de los primeros españoles. En el andar de los siglos nuestra Villa ha vivido momentos de esplendor pero también etapas de profundas crisis sociales y económicas. La segunda mitad del siglo XX fue una época muy dura para nuestro municipio. Las guerras mundiales y la Guerra Civil española condicionaron el modo de vida de unos hombres y mujeres que vivían fundamentalmente de lo que daba la tierra. Al principio de los años cincuenta del siglo pasado muchas familias venidas de distintos lugares de Gran Canaria, y también de otras islas, se fueron asentando en la zona de costa atraídas por el cultivo del tomate que se expandía en nuestra comarca. Lo hacían en chozas, cuarterías o en hogares humildes que iban construyendo poco a poco, a lomos de la precariedad, en distintos asentamientos rurales que fueron dando lugar a poblaciones sin ningún tipo de equipamientos. Sin las infraestructuras básicas necesarias para garantizar una vida digna. Sin espacios para la educación o la atención sanitaria… Y soportaban además las limitaciones que imponía una dictadura que condicionaba las libertades públicas y la capacidad de luchar para hacer posible otra realidad que combatiera las carencias.

Surgió así un movimiento vecinal -en paralelo a un movimiento juvenil- que terminó confluyendo para hacer posible una acción transformadora conjunta que permitió romper el yugo de una situación insoportable. La pobreza, la ausencia de equipamientos, de agua domiciliaria, de alumbrado público, de saneamiento de aceras y de calles asfaltadas o las ansias de libertades y de recuperación de derechos sociales, fueron conformando una plataforma ciudadana en los últimos años de la dictadura de Franco que tomó la decisión de participar en las instituciones en las primeras elecciones democráticas. Era, en su mayoría, gente joven que no quería repetir la historia de sus mayores, que consideraba que el mejor tributo que les podían rendir era tomar las riendas de su pueblo, de su vida, de su futuro…

Nació así Roque Aguayro. Quería tener presencia en el Ayuntamiento para hacer oír su voz en los plenos municipales. Pero los vecinos y vecinas de Agüimes quisieron que fuera más allá. Intuyeron que era el momento para hacer oír sus voces, efectivamente, pero también para hacer realidad sus anhelos. Y lo hicieron realidad. Contagiaron el entusiasmo y la energía. El voto popular dio la mayoría a Roque Aguayro en aquella ocasión y ha seguido dándole la mayoría absoluta durante las últimas cuatro décadas.

Así la primera tarea que afrontamos fue la de hacer un municipio abierto, transparente, plural, participativo; hacer posible, desde la conjunción de esfuerzos, la construcción de un municipio moderno, de progreso, desarrollado, libre, feliz, orgulloso de sí mismo y autosuficiente. Nos tocó vivir un momento emocionante que supimos aprovechar para romper ataduras y para situar a Agüimes en el mapa del reconocimiento, del apoyo, del respeto… Recogimos el testigo de los que durante décadas y décadas, pelearon contra las duras condiciones de un territorio asolado por el viento y por el sol y contra los que tenían abandonado a este pueblo desde fuera. Y también desde dentro, cuando se hacía uso del centralismo más injusto para marginar a los barrios y a su gente, a los que se trataba como ciudadanos de segunda.

Nos inspiramos en el trabajo de tantas generaciones que lucharon de sol a sol para quebrar las injusticias y pelear contra los elementos naturales adversos para sacar a sus familias adelante. Lo he dicho en otras ocasiones, pero ellos (nuestros agricultores y ganaderos, nuestros pescadores, los trabajadores y trabajadoras del tomate, los trabajadores de la cal, de la sal y de los pozos, de la construcción, el pequeño comercio…), todos ellos, fueron la fuente primera de inspiración de un movimiento cultural, social y político, que se creó precisamente para luchar contra las injusticias, para defender un municipio equilibrado, un municipio más justo, más igualitario.

Galopando a lomos de ese compromiso hemos llegado hasta aquí. Navegando con la mayor de las ilusiones –viento en popa- seguimos forjando un futuro mejor para nuestro municipio, desde la certeza de que compartimos ganas y esfuerzos con toda la ciudadanía.

Ha sido dura -han intentado y siguen intentando hacernos daño- pero también ha sido fructífera la lucha. Donde no había nada, absolutamente nada, hoy tenemos equipamientos, servicios e infraestructuras de primer orden, muy por encima de la media de Canarias. Tenemos absolutamente claro que el bienestar individual y colectivo de los hombres y mujeres de una comunidad depende cada vez más de la capacidad de servicio y de la capacidad de gestionar servicios y recursos desde la cercanía a los vecinos. Los problemas de la gente requieren políticas pensadas y gestionadas desde la proximidad, con mecanismos y estilos de gobierno y de gestión participativos. Se tiene que trabajar cada día mirando a la gente a los ojos. Somos nosotros los que decidimos, sin que nadie nos imponga qué pueblo queremos, qué iniciativas públicas debemos desarrollar y cuál es la relación que pretendemos con los interlocutores sociales

Nuestro proyecto de trabajo, propio y singular, nos lleva a abordar las necesidades desde planteamientos globales e integrales que han ido evolucionando en función del discurrir de la historia y de los movimientos sociales, económicos o medioambientales… Nuestro trabajo, transversal, integrador, participativo, ha sido también en muchas ocasiones vanguardia de propuestas sociales, comunitarias, económicas o medioambientales. Hoy algunas organizaciones parecen haberlo inventado y lo llaman nueva política.

Roque Aguayro ennoblece la política. Hemos intentado siempre que ese viejo lema de Honradez, Preparación y Trabajo esté presente en cada una de nuestras acciones. Jamás nos han podido acusar de nada que no fuera defender el interés general. Hemos conseguido que el sentimiento de orgullo por lo logrado, por el trabajo compartido, se haya convertido también en orgullo de pertenencia a un municipio que ha sabido abrir nuevas sendas por las que avanzar para procurar la mejora de las condiciones de vida de sus vecinos y vecinas.

Y es especialmente importante el apoyo de nuestra gente, el de cada día, el de estos días de celebración. No hablo solo de las 10 mayorías absolutas y rotundas. Nunca nos hemos sentido solos, ni remando contracorriente, ni traicionando el mandato que recibimos. Y es justo que en celebraciones como esta recordemos a tantas personas queridas que hoy no pueden estar con nosotros celebrándolo. Nos han dejado pero están siempre presentes. Estarán siempre presentes. Han dedicado parte de su vida a los demás y hoy se lo reconocemos y lo aplaudimos…

Nunca se imaginó Roque Aguayro en aquellos primeros momentos que uno de sus miembros estaría años más tarde desempeñando la presidencia del Cabildo de Gran Canaria. Es el momento también para reconocer que ha sido posible gracias a Nueva Canarias, conformada por gente muy cercana con la que hemos transitado por esta historia durante todos estos años, desde aquella primera Asamblea de Vecinos.

Pero no todo está hecho. Tenemos que seguir defendiendo con uñas y dientes los logros alcanzados. Estamos viviendo momentos peligrosos para la democracia. Para los derechos sociales y laborales. Para las libertades alcanzadas. No podemos bajar la guardia ni renunciar a transmitir la historia vivida, lo conseguido y, sobre todo, el ánimo a no conformarnos con la realidad que nos pretenden imponer. No podemos desertar de la defensa de lo logrado y que ha sido fruto de un gran esfuerzo colectivo. Nuestros jóvenes tienen que conocer esta historia. Que lo que hoy disfrutamos no nos lo han regalado. Nuestros jóvenes tienen que saber que venciendo al miedo y las dificultades se puede conseguir cambiar la historia.

Después de 40 años le pido a la vida que a Roque Aguayro le acompañen siempre los ideales con los que nació y que siga defendiendo siempre la dignidad, la justicia social y el bienestar de los hombres y mujeres de esta Villa. Y que esta lucha se haga extensiva a nuestra isla, al archipiélago, al mundo. Larga vida para Roque Aguayro.

DERECHOS HUMANOS Y ESTUDIOS CRÍTICOS DE GÉNERO

Vivimos unos tiempos en los que se suele acusar a las instituciones de estar alejadas de la sociedad, de no escuchar las voces de la calle. Las personas que nos dedicamos a la política estamos acostumbradas a esta crítica, que también se hace a otras entidades como las universidades. Sin embargo la de Las Palmas de Gran Canaria tiene una seña de identidad que está escrita en su historia y nadie la puede borrar. Es una universidad que nació como respuesta a una demanda de la sociedad: el gobierno canario y el estatal se vieron obligados a escuchar a las decenas de miles de personas que salieron a la calle en esta ciudad a finales de la década de los ochenta del pasado siglo para reivindicar la creación de una universidad en esta isla.

Hoy esta universidad hace honor a su origen y a su historia con la creación de una Cátedra de Derechos Humanos y Estudios Críticos de Género. Porque las mismas calles que en 1988 se llenaron de gente para reivindicar esta universidad, volvieron a vivir una manifestación multitudinaria el pasado 8 de marzo para defender los derechos de la Mujer, para rechazar su discriminación y para condenar la violencia machista y todas las violencias que sufren las mujeres en este sistema patriarcal.

Hay que reconocer que no es el primer paso que da esta universidad. Ya hace años que esta institución académica trabaja a favor de la igualdad. Uno de los ejemplos es el Título de Experto Universitario en “Derechos Humanos y Género” que es posible gracias a la participación de jueces y juezas como la directora del curso, María Auxiliadora Díaz Velázquez, que conoce las consecuencias más duras de la desigualdad por su trabajo durante más de una década como magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 2 de Las Palmas de Gran Canaria. Ojalá tuviésemos más hombres y mujeres comprometidos desde sus profesiones como María Auxiliadora en la lucha por la igualdad. Seguramente avanzaríamos más si tuviéramos más jueces, magistradas, políticos, periodistas, ciudadanos y ciudadanas con su nivel de compromiso. Esa colaboración entre la administración de Justicia y la universidad, con la participación del Instituto Canario de Igualdad, es el mejor de los caminos. En esa senda María Auxiliadora, la responsable de la Cátedra, y el rector Rafael Robaina saben que pueden contar con el Cabildo.

La relación que se establece entre “Derechos Humanos” y “Estudios Críticos de Género” en el nombre de esta cátedra, que se presentó a la sociedad en el Paraninfo el pasado día 9, no nos sorprende. Hoy asumimos que no se puede hablar de Derechos Humanos sin contar con la mitad de la población, pero han tenido que pasar siglos y muchas luchas para que seamos conscientes de ello. Recordemos que la referencia histórica de la mayoría de las democracias occidentales, la Revolución Francesa, que aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del año 1789, no recogía el derecho de las mujeres a votar. Desde aquella declaración hubieron de pasar más de 120 años para que se reconociera el derecho al voto de  las mujeres a principios de siglo solo en algunos estados europeos, en el caso español en 1931 durante la II República. Y por fin tras la Segunda Guerra Mundial en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 se recogió el derecho al voto femenino como derecho humano fundamental. Dentro de poco se cumplirán 70 años.

Aunque la mujer ha sido invisibilizada en la historia, su papel ha sido fundamental para avanzar en los derechos de toda la ciudadanía. Algunas sufrieron la represión y fueron condenadas al exilio, como la canaria Mercedes Pinto durante la dictadura de Primo de Rivera, por defender en una conferencia pública el derecho al divorcio. Y fue una mujer, Eleonor Rooselvet, presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, quien tuvo un papel importante en la elaboración y aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

El éxito de las movilizaciones del último 8 de marzo tras la histórica jornada del paro feminista nos obliga más todavía a poner la lucha por la igualdad en el centro de nuestra agenda política. Fuimos el primer Cabildo que creó una Consejería de Igualdad porque compartimos lo acordado en el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. 

El conocido como Convenio de Estambul de 2001 defiende que se  fomenten las organizaciones  de mujeres. En esa línea, desde el primer día de este mandato el Cabildo está contando con las organizaciones feministas canarias. Quiero aprovechar para reconocer el importante papel que jugó la Coordinadora Feminista de Canarias en los años de la Transición Política y en esta etapa democrática, tras 40 años de dictadura franquista que supusieron un afianzamiento del sistema patriarcal y un paso atrás en la igualdad. Las libertades y la democracia no llegaron a nuestro país como un regalo de unos señores (hombres, por supuesto) que se reunieron en unos despachos y se perdonaron el pasado. No. Las libertades llegaron gracias a una movilización social importante que en Canarias protagonizaron organizaciones sindicales, colectivos vecinales y la Coordinadora Feminista de Canarias. 

Creo que esta Cátedra de Derechos Humanos y Estudios Críticos de Género que se presentó el viernes día 9, con la presencia de la Ministra de Justicia y una importante representación de personas significadas de la política, la justicia, la universidad  y la sociedad civil, es un espacio de vanguardia mundial  necesario para que el feminismo y las mujeres ocupen el lugar que no tienen en la universidad, en los libros, en el pensamiento, en la sociedad en general. Porque esa lucha de la mujer que ha producido tantos cambios en las calles no nació a partir de las lecturas de unos libros que agitaban las mentes, sino que nació en las casas donde se sufría la desigualdad, nació a partir de las vivencias de las propias mujeres de la discriminación y la violencia. Lo explica muy bien la filósofa Amelia Valcárcel en su libro “Rebeldes hacia la paridad” cuando escribe: “No nos tocó enfrentarnos a una misoginia travestida o vagarosa, sino a las prácticas civiles y penales del Estado y al conjunto de la moral corriente. (…)No es el nuestro un feminismo por lecturas, sino por vivencias. Primero vinieron la rabia y el coraje. Las lecturas vinieron después”.

Esta nueva cátedra –la primera que se crea en España y posiblemente en Europa- es una oportunidad para que se estudien esas prácticas “civiles y penales del Estado” que desgraciadamente a veces se siguen expresando en algunas sentencias judiciales y esa “moral corriente” que sigue  presente en algunos sectores sociales. Prácticas que siguen justificando el patriarcado y las violencias que provoca sobre la mujer, que siguen señalando con el dedo acusador a las víctimas y justificando a los verdugos, que siguen cuestionando leyes, como la Ley Integral contra la Violencia de Género, que puede no ser perfecta y pueden faltar recursos, cierto, pero que ha sido necesaria para combatir una lacra social que en lo que llevamos de siglo ha causado en España más de 1.000 víctimas mortales, casi un centenar en Canarias, cuatro veces más que las muertes causadas por el terrorismo  en estos últimos 20 años. Una lacra social de violencias y abusos que, como recordó la magistrada Díaz, hace que siga existiendo un 70% de violencia de género no denunciada que hay que visibilizar al igual que otras formas de explotación como “el tráfico de personas, el acoso sexual, las tratas, los matrimonios forzados o la mutilación genital”.

Estamos ante una tarea de toda la sociedad. Como recoge el Convenio de Estambul la lucha por la igualdad y la no discriminación de la mujer nos atañe a todos. A los hombres, a la universidad, a las instituciones públicas, a la administración de Justicia, a los medios de comunicación, a la ciudadanía que se expresa en las redes sociales, a los docentes y la comunidad educativa…Todas y todos estamos en el mismo barco y debemos remar en la misma dirección, hacia la costa de la igualdad. Es cierto que en este terreno de la igualdad hemos avanzado mucho. Pero el sistema patriarcal sigue presente y se manifiesta en la cantidad de víctimas de la violencia machista, en la brecha salarial, en la invisibilidad de las mujeres en la historia, en el mundo de la empresa, en los sindicatos, en los partidos políticos, en el deporte, también en organizaciones sociales y también en la universidad. En la universidad española las mujeres catedráticas son menos del 25%, a pesar de que son mayoría cada año más en los grados, en los doctorados, y tienen  las mejores calificaciones.

Por eso creo que la Cátedra Derechos Humanos y Estudios Críticos de Género de la ULPGC puede ser un buen espacio para investigar, que no es otra cosa que hacernos preguntas. Y termino con algunas preguntas: ¿qué estamos haciendo mal para que la desigualdad continúe en casi todos los sectores de nuestra sociedad? ¿Por qué si ya están aprobadas las leyes que obligan a la igualdad, si esa igualdad está recogida en la Constitución y en nuestro nuevo Estatuto de Autonomía,  por qué si las mujeres son la mayoría de nuestra población siguen teniendo una representación minoritaria  en todos los ámbitos económicos, políticos y sociales donde se toman las decisiones? 

Mario Benedetti escribió que un amigo había leído en un muro en una calle de Latinoamérica: “Cuando teníamos toda las respuestas, nos cambiaron las preguntas”. Yo dejo estas preguntas aquí con la esperanza de que cambie la realidad, que no tengamos que esperar 200 años para lograr la igualdad, como pronostica Naciones Unidas, y que, por tanto, en los próximos años no tengamos que repetir las mismas preguntas. Para, como dijo María Auxiliadora  Díaz al final de su intervención, “vencer la dictadura impuesta por la historia a través de la desigualdad”.

MAESTRAS RURALES

El Día Internacional de las Mujeres Rurales, que la ONU ha fijado para el 15 de octubre de cada año, pretende reconocer el imprescindible papel que estas mujeres juegan en la agricultura, la ganadería, el emprendimiento y en la fijación de la población al medio. Coincidiendo con esa fecha el Cabildo de Gran Canaria, con la participación de las áreas de Igualdad y Soberanía Alimentaria fundamentalmente, organizó distintas actividades con la pretensión de visibilizar el papel de la mujer en nuestras zonas del interior de Gran Canaria.

En el marco de esa conmemoración y en colaboración con la Asociación de Desarrollo Rural de Gran Canaria (Aider), el pasado día 17 de octubre el Patio del Cabildo acogió un acto de reconocimiento y de agradecimiento al trabajo educativo y social que han realizado las maestras y los maestros de las escuelas rurales de Gran Canaria durante décadas y que ha sido muchas veces  ignorado o silenciado. 

Las escuelas rurales han conservado nuestros campos tanto como la lluvia, con la particularidad de que en ocasiones el agua nos faltaba y las maestras y maestros, siempre estaban allí a lomos de mula, a caballo cuando podían o andando largos kilómetros hasta acceder a los rincones más alejados de esta hermosa isla que abunda en barrancos, lomas y laderas. Son cientos los relatos  que nos hablan de las peripecias para mantener abiertas las escuelas, a principios del siglo XX, en todos los rincones de la isla, superando las inclemencias del tiempo o la orografía del terreno. Han sido y siguen siendo espacios de formación democrática, de liberalización de la mujer, agentes de cambio y transformación. Pienso ahora, por ejemplo, en las escuelas del Toscón de Tejeda o del Hornillo en Agaete. Significó una proeza abrirlas y mantenerlas abiertas durante décadas. No hubo institución que llegara a tantos sitios como la escuela, afortunadamente.

Las escuelas que nacieron en el frío de la montaña, como titula bien Pedro Socorro, supieron y saben calentar los sentimientos, las mentes, las habilidades de chiquillas y chiquillos capaces de grandes metas, porque se han educado en la austeridad, en el trabajo y en el amor a su tierra. 

Las escuelas rurales han permitido, durante decenios, que las familias pudieran permanecer junto a los cultivos, cerca de los frutales o cuidando el ganado porque sus hijos tenían un lugar donde recibir, por lo menos, las primeras reglas y las primeras letras. Las escuelas rurales se han pegado al terreno tanto que han formado parte de la cultura popular y nos han permitido conservar y transmitir tradiciones y conocimientos mantenidos durante siglos. Han jugado un auténtico papel compensador. Las mujeres y hombres del campo tienen una cultura arraigada, conocen como nadie los enigmas de la naturaleza, los secretos del clima, los rincones de la geografía, los dichos y sentencias de los mayores, las tonadas y estribillos que alegran las fiestas. Pero todos estos conocimientos no tenían, ni tienen reconocimiento oficial aunque constituyan auténticas enciclopedias. 

Para facilitar a sus hijos y a sus hijas esas credenciales surgió una escuela que pretendió acercar a toda esa juventud las oportunidades que desde finales del siglo XIX disfrutaban las clases urbanas adineradas. Los relatos agradecidos de profesionales, de técnicos, de empresarios, de artistas que le deben a esas escuelas el éxito en sus vidas y la promoción personal, son incontables. Porque tenemos que destacar, como siempre que hablamos de igualdad,  que esta institución es y fue siempre pública. Para reducir desigualdades, para erradicar la pobreza, para fomentar la cultura gratuita siempre es necesaria la iniciativa pública. Por eso, nos entristece cuando se cuestiona lo público o se reparan gastos en beneficio de la mayoría, desde una visión economicista que olvida la justicia social.

Las escuelas rurales han sido y son fuente de desarrollo rural. Sin escuelas, nuestros campos se despueblan, se empobrecen. No nos lamentamos lo suficiente cada vez que se cierra una escuela rural. He repasado con dolor la lista de escuelas homenajeadas, dentro de los Colectivos de Escuela Rurales, y cuando aparece la señal de cerrada, la desazón es enorme. Cuánto me gustaría que el programa del Cabildo de Gran Canaria de recuperación del sector primario, de apoyo a la ganadería y el medio rural revitalizara nuestros campos y se reabrieran esos centros que forman parte de la historia cultural de esta isla.

Y sosteniendo estas escuelas siempre han estado las maestras rurales, las maestras de escuelas unitarias. Han creado un estilo, una forma singular de tratar con su alumnado, con las familias, con el medio natural que rodeaba las escuelas. Han sabido incorporar al proceso de enseñanza todos los contenidos que las familias, el trabajo rural y la propia naturaleza proporcionaban. Han hecho de la educación un proceso tan natural que se fundía con las estaciones, con los tiempos de siembra, de siega o de recogida, con los colores de una flora fantástica como la nuestra y con la música de una fauna que anticipaba las notas del pentagrama.

Estas maestras se identificaron con el medio humano y natural y consiguieron unir voluntades y edades. Allí convivían y cooperaban el galletón de trece años con la niña de seis que al principio parecía asustada pero que pronto comprobaba que la escuela era una continuación de la era, del parral de su casa o de la fuente a la que concurría. Parte del progreso de Gran Canaria se debe a esta sabiduría, a esta entrega, a esta vocación que ahora nos sentimos honrados de reconocer públicamente. 

Gabriela Mistral les dedicó un poema  muy duro pero entrañable que nos habla de  que la Maestra era pura, (“los suaves hortelanos (…) han de conservar puros los ojos y las manos”), que era pobre, (“Su reino no es humano), que era alegre (“¡pobre mujer herida!/su sonrisa fue un modo de llorar con bondad. / Por sobre la sandalia rota y enrojecida, /tal sonrisa, la insigne flor de su santidad/).  Que fue muchas veces incomprendida (“Oh, labriego (pasaste sin besar su corazón en flor” (…) “Campesina…Cien veces la miraste, ninguna vez la viste/ ¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!”).

El trabajo de las escuelas rurales hoy agrupadas en los Colectivos de Escuelas Rurales, supone un acto de creación cultural de primer nivel. Han creado y están creando contenidos, materiales, recursos didácticos. Pero también han editado experiencias, estrategias de conocimiento del medio, de rescate de tradiciones orales, de folklore y juegos populares. Convendría que recopiláramos toda esa riqueza para testimonio de la mejor cultura educativa canaria. El Cabildo de Gran Canaria está dispuesto a colaborar para la pervivencia de toda esa riqueza cultural.

Seis Colectivos  de Escuelas Rurales asumen hoy  la representación de todas las que han luchado a lo largo de la historia por estas escuelas y por tanta gente del mundo rural grancanario. Los Colectivos de Santa Brígida-Vega de San Mateo, Firgas-Artenara, Gáldar-Guía y Agaete, Ingenio-Agüimes, Telde-Valsequillo, Moya y San Bartolomé de Tirajana, mantienen viva la llama de la escuela pública de los pagos rurales de Gran Canaria.

Estos homenajes miran con gratitud al pasado, pero deben también transmitir un mensaje de esperanza y de futuro. El progreso de Gran Canaria tiene que contar con el mundo rural. No podemos entendernos sin la identificación con nuestro paisaje. Así lo han escrito y dibujado nuestros grandes artistas como Pedro García Cabrera, Antonio Padrón, Tomás Morales o Felo Monzón. 

Y así lo pensamos quienes creemos que el futuro de Gran Canaria tiene que ser sostenible o no será. Y ese futuro verde, con una economía respetuosa con nuestras producciones y una atmósfera limpia para disfrutar de la  naturaleza que nos acoge, tiene que recuperar, potenciar, conservar nuestro mundo rural. En diálogo con otras zonas de progreso, pero afianzando las raíces que nos han hecho como somos.

Las maestras rurales presentes ese día en el Cabildo y las miles que las han precedido, han hecho grande esta tierra. No podemos dejar de reconocerlo y publicarlo para conservar sus enseñanzas.

MUJERES EMPAQUETADORAS DE TOMATES

La semana pasada El Patio del Cabildo grancanario acogió un acto entrañable en recuerdo y homenaje de un trabajo y un ejemplo que han sido fundamentales para el progreso de nuestro pueblo y para el reconocimiento del papel de las mujeres del empaquetado, de la aparcería y del mundo rural de nuestra isla.

Se presentó el libro “Mujeres empaquetadoras de tomates. Una historia llena de vida, de lucha y de esperanza”, un texto redactado y coordinado por Domingo Viera y hecho realidad gracias a la labor de una comisión de la asociación de Mujeres Empaquetadoras de Tomates que se encargó de recoger testimonios y experiencias de décadas de esfuerzos y batallas -de vida, de lucha y de esperanza- para defender sus derechos y su dignidad. Recordar con detalle las situaciones vividas por estas mujeres con los contratos irregulares, con los horarios interminables, con el trato desconsiderado, agiganta el valor de los desafíos que protagonizaron al final de la dictadura y principios de la transición.

Esta tierra nuestra tiene detrás una historia de escasez, de carencias y de retrasos. Cuando después de la guerra civil volvimos a vivir uno de esos episodios duros de pobreza y hambre que se repitieron a lo largo de los siglos los tomateros significaron una salida para miles de familias de Gran Canaria que no podían sobrevivir en sus ocupaciones habituales.

Varias generaciones crecieron, en medio de latadas, socos y cucañas, sorribando las fanegadas de tierras, abriendo surcos, plantando las semillas, arrastrando las malas hierbas, aprovechando el maste para el ganado, cargando los frutos de las faldiqueras a los ceretos para después trasladarlos a los almacenes de empaquetado… Se vivieron épocas muy duras, de inmigración interior y de otras islas hacia Las Majoreras, Las Puntillas, Montaña de los Vélez, Las Rosas, Cruce de Arinaga, Cruce de Sardina, Doctoral, El Tablero, El Castillo del Romeral, La Aldea, Gáldar…. Épocas de condiciones precarias de vida, de cuarterías, de sangre, sudor y lágrimas, de regímenes laborales casi feudales, de combates sociales que consiguieron democratizar la producción.

En ese momento, las mujeres del empaquetado dieron un paso al frente y asumieron la triple jornada, la triple ocupación: cuidaron de la familia, trabajaron en el empaquetado, dedicaron con frecuencia muchas horas a la aparcería cuando se plantaban algunos celemines –sin contrato, sin cotizaciones-, y educaron a sus hijos. Soportaron un modelo de vida que las ocupaba veinte horas al día, firmes, recias… Mujeres fuertes como mi madre o mi tía, tantas amigas, tantas vecinas… porque esa es mi cuna y me siento inmensamente orgulloso de ella.

Mujeres sin horario que, además, hacían los quesos, daban de comer a los animales, lavaban las ropas en las acequias, cosían con velas o carburos por la noche, hacían el pan de madrugada, llevaban a sus hijos al médico, administraban el dinero de la familia… Mujer, como canta Neruda, “(…) Trabajadora dura en tus trabajos/ amorosa, estrellada como el cielo/ en el ciclo tenaz de la ternura,/mujer valiente de las profesiones,/obrera de las fábricas crueles,/doctora luminosa junto a un niño,/lavandera de las ropas ajenas,/escritora que ciñes/una pequeña pluma como espada/(…) Mujer sagrada que de la miseria/ multiplica su pan con llanto y lucha/mujer,/título de oro y nombre de la tierra”.

De ese tiempo tenemos que destacar la capacidad de resistencia y de compromiso. No recuerdo a mujeres quejosas o amargadas. Al contrario, eran la cara de la reciedumbre, del esfuerzo, de la cohesión familiar. Alentaron la lucha y fueron vanguardia de un cambio en la relación con aquellas empresas que con frecuencia tuvieron comportamientos medievales y explotadores. Los primeros movimientos de liberación de las mujeres en nuestra tierra tienen el color rojo del tomate y fueron capaces de expresar rebeldía, dignidad y solidaridad cuando en los almacenes plantearon un cambio en la relaciones de trabajo. La ONU lo reconoció mucho más tarde. En 2007 su Asamblea General acordó celebrar cada 15 de octubre el Día internacional de la Mujer Rural con el objetivo fundamental de reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.

Hoy, disponer de un convenio colectivo, regular las jornadas laborales, tener representación sindical o castigar los abusos sexistas de los encargados, nos parece algo natural, pero ellas lo consiguieron cuando no existían esos derechos y la dictadura perseguía y castigaba esas reivindicaciones sin piedad. Esa historia de bregas sin tregua tiene que ser conocida, recordada y agradecida porque necesitamos que esos valores se hereden, se mantegan, se peleen por las nuevas generaciones porque no surgen por generación espontánea. Supieron “deshacer torres de prejuicios” para “hacer mariposas con las hojas de las leyes antiguas” como escribió Mercedes Pinto.

Tenemos que educar en la dignidad, en la lealtad, en la solidaridad, en el compromiso. Pero sobre todo debemos alentar la conciencia de que necesitamos seguir avanzando hacia la misma utopía que las inspiró a ellas para no renunciar a un mundo justo donde todas y todos tengamos la oportunidad de crecer como personas y vivir con respeto a nuestros derechos esenciales. Cuando empezaron a pelear pudimos vislumbrar que ese cambio estaba más cerca. Muchos años después hemos comprobado que el camino era más largo y con más imprevistos. Pero nos enseñaron que no hay razones para el desaliento. Al contrario.

Y porque hay vida y hubo lucha hay esperanza. Si ellas en condiciones mucho peores que las actuales pudieron plantar cara, conquistar derechos, sacar adelante a sus familias… hoy no tenemos razones para dimitir del trabajo, de la lucha, de la defensa de los derechos y la dignidad. Han sido y son una fuente para afianzar nuestras convicciones acerca de que la historia avanza, de que los seres humanos superamos los horrores y las pérdidas de derechos y libertades que a veces sufrimos.

Al mismo tiempo que recordamos tiempos de defensas de derechos y progreso de las mujeres empaquetadoras, hoy en el mundo vivimos incertidumbres y riesgos de retroceso social que no debemos ignorar u ocultar. Al contrario, quienes nos enfrentamos al fascismo de la dictadura española debemos estar alertas frente a nuevos fascismos que encandilan a pueblos y a naciones que olvidan la historia.

Este libro, las experiencias en él narradas, la historia recogida, atestiguan que han valido la pena las batallas que han librado nuestras mujeres a lo largo de nuestra historia. Sirvieron para la subsistencia de las familias, para el reconocimiento de la clase trabajadora como agente decisivo del progreso de nuestro pueblo y sobre todo para comprender el papel fundamental de las empaquetadoras canarias, como nunca había ocurrido antes.

Pero no debemos mirar solo al pasado. Sus enseñanzas siguen siendo válidas y útiles para el tiempo que nos ha tocado vivir. En un momento actual de capitalismo voraz y sin alma, tenemos que recordar que demostraron que las personas están por delante de los balances, que los muros están para saltarse y que la generosidad con quienes están peor siempre es recompensada.

Gran Canaria hoy se siente más reconfortada al reconocer esta lucha que unió a mujeres del sur con las del norte, que juntó las vidas del este y del oeste. Porque una historia que ha ignorado a las mujeres, que las ha mantenido invisibles, siempre está por escribir.

La mayoría de estas mujeres están felizmente jubiladas para sus trabajos habituales pero no deben jubilarse para seguir transmitiendo a su hijos, a sus nietos y a toda la población que quiera escucharlas que aquella experiencia que las hermanó sirvió entonces y sirve hoy para ganar en justicia social, en orgullo para las mujeres trabajadoras y en bienestar para toda la población. Porque como dice José Lezama Lima, mujer, “Si te atolondraras,/ el firmamento roto/ en lanzas de mármol/ se echaría sobre nosotros”.

UN DESTINO TURÍSTICO INTELIGENTE

El pasado día 4 de octubre Gran Canaria volvió a convertirse un año más, con la celebración de Overbooking 18, en el centro del debate sobre la primera industria de Canarias, el Turismo. Lo hizo gracias a la colaboración entre el Patronato de Turismo de Gran Canaria, 22 Grados y las empresas patrocinadoras que, a su vez, son las más dinámicas del sector. Este espacio se ha convertido en el mayor evento español de comunicación y marketing turístico y en una oportunidad perfecta para renovar las herramientas y los procesos empresariales y profesionales que resultan decisivos para acompañar al cliente en todas las fases del viaje. El desarrollo turístico debe contribuir al crecimiento económico, al aprovechamiento del enorme capital humano que se ha creado en las islas en los últimos años, a la inclusión social y a la sostenibilidad ambiental.

Desde el Cabildo de Gran Canaria queremos vincular los nuevos retos turísticos con la modernidad, con la innovación, con el trabajo colaborativo, con la atención excelente a quienes nos visitan, con la mejora de resultados empresariales y sociales y con la defensa de una isla conservada en su medio natural y conocida por su patrimonio cultural.

Esta cuarta edición de Overbooking se centró en compartir con los y las profesionales del sector vacacional las mejores prácticas referidas al marketing. En un mercado cada vez más competitivo, el empresariado turístico debe reflexionar sobre la posibilidad de mejorar la gestión de la comunicación con el objetivo de captar y fidelizar a unos clientes cada vez más codiciados. A quienes nos visitan les seduce nuestro privilegiado clima, una ventaja que nos hace muy competitivos. También resulta atractivo que seamos un territorio sostenible, una ecoisla sustentada en el equilibrio entre la sociedad, la economía y el medio ambiente. La sostenibilidad debe ser presente y futuro de nuestro archipiélago porque, además de porque nos merecemos vivir en el mejor lugar posible, porque es un factor clave para seguir posicionados como uno de los mejores destinos turísticos del mundo.

Con el hilo conductor de “desconocido a prescriptor de tu marca”, Overbooking 18 puso el foco en la figura del turista. Tomar el control de la comunicación en todas las fases que experimenta el usuario es vital para atraer clientes, crear experiencias positivas, fidelizar y conseguir prescriptores que a su vez influyan en la decisión de destino de otros. Debemos conocer el camino que recorre el cliente desde el momento en que identifica una necesidad hasta que es fidelizado por la marca que ha sabido cubrirla, acompañándolo en todo el proceso. Para eso es necesario que estemos atentos, que no bajemos la guardia, que profundicemos en ello.

Nuestras infraestructuras, la seguridad ciudadana y la conectividad también son factores que logran atraer a una parte significativa de las 1.300 millones de personas que se desplazan cada año solo para hacer turismo, y en concreto a los más de 16 millones de visitantes que recibimos en Canarias. En el plan estratégico del turismo de Gran Canaria tenemos detectado que el gran reto, además de consolidar esos factores mencionados, es renovar la gestión de la atención a nuestros clientes.

El Cabildo de Gran Canaria ha puesto en marcha, a través de la SPEGC, la Iniciativa Gran Canaria Inteligente, que tiene como objetivo dotar a la institución de soluciones innovadoras basadas en las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicaciones). Esto nos servirá para mejorar la eficiencia en la gestión pública y proporcionar nuevas alternativas que nos permitan prestar servicios públicos de mejor calidad y mayor eficiencia. Contribuir en la mejora de la calidad de vida y la accesibilidad de los habitantes y los visitantes de nuestra isla se convierte así en uno de nuestros objetivos principales. Estas herramientas tecnológicas permitirán, además, obtener información relevante sobre Gran Canaria y la propia actividad del Cabildo, información que, tras su procesamiento y presentación en los formatos adecuados, facilitará la gestión y la toma de decisiones estratégicas basadas en datos.

Hemos orientado la Iniciativa hacia aquellas áreas de actuación que tienen mayor relevancia e impacto debido a sus características socio-políticas, económicas y geográficas, focalizándola sobre siete grandes ejes prioritarios de actuación. En un lugar destacable, como no podía ser de otra forma, está el turismo.

El desarrollo de la Iniciativa sobre el eje estratégico del turismo tiene como objetivos lograr el reconocimiento de nuestra isla como referencia de Destino Turístico Inteligente (DTI), incrementar la satisfacción del visitante y del gasto turístico y, sobre todo, aumentar significativamente nuestro conocimiento sobre el turista y sobre el propio destino. Esto nos permitirá dotar a la administración de herramientas para una mejor gestión del destino y mejorar los servicios y la experiencia del turista.

Se define el Destino Turístico Inteligente como un destino turístico innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia ligada a sistemas big data de gestión del destino, con una transformación digital de los servicios turísticos, con aplicaciones para alcanzar la mayor valoración de nuestros recursos y el enriquecimiento de la experiencia del visitante…

Overbooking se ha transformado pensando en responder a las necesidades del sector turístico. Lo que hasta el año pasado era el Foro Nacional de Comunicación Turística Overbooking Gran Canaria, se ha convertido en Overbooking Gran Canaria Summit. No es sólo un cambio de nombre, es la representación gráfica de la evolución del proyecto iniciado hace 4 años. Gran Canaria avanza hacia un turismo de excelencia con las herramientas más actuales.

Hemos vivido unos años con resultados históricos, con datos muy positivos que han batido records. Pero tenemos que hacer una planificación para situaciones menos excepcionales. La reincorporación al mercado de destinos competidores como Turquía, Egipto y países del Caribe, entre otros, ha hecho que la ventaja ganada en los últimos años sea menos espectacular. Esta realidad nos debe animar a mantener un proceso de reforma y renovación integral de las instalaciones, de la organización y de las tecnologías digitales necesarias para resistir frente a estos competidores.

El Cabildo de Gran Canaria considera vital la implicación de las instituciones en la formación de los profesionales del sector turístico: es la única vía para incrementar la productividad y calidad del servicio que ofrecemos en la Isla. Para ello, no solo es importante hacer estudios de los propios visitantes y de los factores de fidelización, sino también ofrecer espacios de debate que apuesten por la formación permanente de los profesionales y las profesionales que trabajan en él. Los trabajadores del sector son el contacto final con el turista, de ellos depende que el turismo siga manteniendo y mejorando los niveles de aceptación. Ellos y ellas también deben participar plenamente de los logros y los beneficios.

Estoy convencido de que eventos como Overbooking Gran Canaria consolidan a la Isla como espacio de referencia para profesionales de la comunicación y el marketing turístico nacional. Nos jugamos mucho. El turismo es el precursor del 40% del empleo en Canarias y ha hecho que el número de puestos laborales haya subido en cerca de 100.000 personas en los últimos 10 años. Un indicador de que vamos por el buen camino, pero debemos avanzar juntos, seguir dando pasos firmes.

¿Cuáles son los pasos que podemos dar con la ayuda de espacios como este? Debatir para mejorar la eficiencia y la gestión de las empresas turísticas de Gran Canaria, concretar la generación de oportunidades de inversión en la isla y algo de lo que el Cabildo es muy consciente y pone en práctica, potenciar el trabajo colaborativo y la generación de sinergias de las instituciones públicas y las empresas privadas, con el fin de dinamizar el sector turístico.

En definitiva, foros como el de Overbooking ofrecen una gran oportunidad para aprender de la experiencia de profesionales del sector turístico y para permitirnos mejorar, avanzar y alcanzar los hitos que nos proponemos. Gran Canaria es una isla con cien calificativos, todos ciertos, que brillará más si unimos nuestras fuerzas. Hagamos que destaque por ser líder en innovación, investigación, conocimiento y sostenibilidad. Esa será nuestra mejor carta de presentación para el futuro, un futuro en el que todas y todos estamos incluidos.

45 ANIVERSARIO DE GLOBAL SALCAI UTINSA

Hablar del aniversario de Global nos hace recordar experiencias imborrables que conformaron nuestra forma de ser durante los últimos años, cambiando la relación que teníamos con nuestro territorio, con nuestros vecinos y con nuestro trabajo. La manera de transitar por nuestras carreteras, de cruzar los barrancos, de llegar a la cumbre, de alcanzar las playas es una forma singular de enamorarnos de un paisaje único de una isla que se llama Gran Canaria y de identificarnos con ella. Y hoy tenemos la suerte de poder sintetizar las vivencias de miles de paisanos durante cuarenta y cinco años y de profesionales que nos condujeron durante un tiempo precioso, para comprobar lo que hemos evolucionado y la importancia del transporte colectivo en nuestras vidas. 

Hace 45 años se produjo uno de los más importantes acontecimientos económicos en la reciente historia de la Humanidad. La llamada #crisis del 73#, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo acordó el aumento del precio de los combustibles, duplicándolo en cuestión de días. Aquella situación afectó nuestras condiciones de vida insulares. La crisis se extendió de inmediato a todo el planeta. En España vivíamos los últimos momentos de la dictadura, aislados de la Unión Europea. Las carencias de infraestructuras y de servicios elementales mostraban un país empobrecido. 

En Gran Canaria, el mejor ejemplo de la situación general fue la crítica situación del servicio de transporte interurbano, con la existencia de una caótica e incontrolable actividad de operadores, siendo más sorprendente la existencia de dos modelos de negocio que se enfrentaban a diario por llevarse los clientes y usuarios que en nuestra isla utilizaban el transporte público. Un enfrentamiento que duraba ya treinta años, desde 1940 a 1970.

En la capital se encontraban las Jardineras Guaguas, mientras en el resto de la isla luchaban por sobrevivir los vehículos de Autobuses Interurbanos Canarios SA (Aicasa) y los #piratas#. El origen de Global Salcai Utinsa se sitúa en los inicios  del transporte terrestre de viajeros con vehículos a motor en Gran Canaria.

La Compañía de Automóviles de Santa Brígida creada en 1920 era reconocible por el amarillo de sus vehículos, el correo y sus rigurosos horarios de salida, por lo que fueron llamados #coches de hora#. Seis años después pasó a ser de Melián y Compañía y unos años más tarde prestaba sus servicios por toda la isla, pero no pudo resistir la competencia de los fotingos o piratas y poco a poco caminó hacia la desintegración. Fue adquirida por Aicasa pero, nuevamente, los problemas económicos la llevaron a un conflicto laboral con sus trabajadores, que tuvo una importante repercusión social por el daño causado y por la parálisis en el conjunto de la isla. Este conflicto se produce en los años setenta y se vive un hecho infrecuente, que avisaba de los tiempos de la transición política: fueron protegidos en sus demandas por el Obispo de Canarias José Antonio Infantes Florido.

Ambos modelos planteaban sus proyectos de empresa y de negocio en el sector del transporte insular: uno individual y otro colectivo, uno que buscaba el mayor beneficio mientras el otro quería lograr la rentabilidad sostenible. Incluso hubo un tiempo en el que ambos modelos convivieron en la isla, dividida en dos de forma salomónica como respuesta institucional al enfrentamiento entre ambos sectores. Así, se repartieron por un lado el centro/norte y por el otro el sur/sureste. Fue en octubre de 1973 cuando la isla fue repartida. En una mitad, los #piratas# se constituyeron como operador único bajo la marca Utinsa, mientras la otra mitad sería el laboratorio para crear la mayor sociedad laboral dedicada al transporte público de España, con el nombre de Salcai. Una iniciativa que conllevaba el liderazgo del tercer sector en Canarias. Un papel que hemos de agradecer siempre a sus creadores y a quienes han continuado la labor de apoyo al cooperativismo en todo el Archipiélago.

En el mapa, la división ofrecía una realidad ilusoria. Estábamos ante un fin de ciclo que iba a variar rápidamente las tornas para ambas empresas. El norte agrícola estaba más poblado. El sur se debatía entre la aparcería y el turismo. La isla estaba cambiando y el transporte público sería uno de sus efectos. Utinsa ocupaba un territorio montañoso, con carreteras complicadas y antiguas. La rentabilidad era escasa. Y permítanme que recuerde en este punto que ¡por fin! la carretera de Teror dejará el diseño de carruaje para convertirse en una vía interurbana moderna gracias a una inversión que acomete el Cabildo de Gran Canaria. Por su parte, la organización colectiva de Salcai supo gestionar el rápido desarrollo en todo el territorio asignado y aprovechar el crecimiento de la demanda turística. 

El siglo XXI comenzó con un resultado anunciado, se fusionaron las dos empresas y se unificó el transporte interurbano de viajeros en Gran Canaria, pasando a denominarse la nueva marca: Global Salcai-Utinsa. Queda al margen el transporte en la capital grancanaria que permanece en manos de Guaguas Municipales.

En resumen, Global SU parte de las iniciativas de emprendedores con mentalidad laboral y cooperativa que vieron la oportunidad de negocio mejorando las comunicaciones en la isla. Ese espíritu se ha mantenido hasta hoy con importantes hitos que han hecho trascender a esta empresa como una de las más veteranas y destacadas en el desarrollo de la economía social y se ha significado en la implantación de estrategias de desarrollo de tecnologías en el transporte. Su éxito la ha llevado a expandir su negocio a otras regiones y otros países.

El transporte público fue un salto fundamental en el desarrollo de la isla. En sus comienzos el viaje no era fácil. En realidad era un sacrificio. Malas carreteras y vehículos con asientos de madera y muy incómodos, pero aun así la gente ya disponía de un medio de transporte regular, dirigido por el conductor y el cobrador, al grito de «¡Pare!», «¡Siga!» para hacer posible las necesidades de los viajeros que eran contados y casi una familia, hasta el punto de que cuando faltaba alguien los guagüeros se interesaban por su estado de salud. Estos trabajadores eran y hacían de todo: por ejemplo, de ingenieros capaces de sustituir la tapa del radiador con un higo para intentar llegar a la parada final donde reparar el motor. También eran quienes velaban por la seguridad del pasaje, tanto por los riesgos de la carretera como por la convivencia durante el trayecto. Eran maestros de civismo y urbanidad, recaderos, carteros, celestinos y, sobre todo, personas de confianza, amigos.

Imponía ver a aquellos conductores con volantes gigantescos que tenían que mover con todo el cuerpo para recorrer las numerosas curvas de las pistas. Personas que ejercían la autoridad desde su puesto, aunque apenas tenían que intervenir porque se vivía la experiencia del viaje de forma tranquila, serena y sana, a pesar de que entonces se fumaban puros y virginios en los grandes vehículos, así como se transportaban cochinos, gallinas, cajas con quesos o alimentos, medicinas, el correo o los regalos para los familiares. Orígenes de una actividad que fue aventurera y atrevida para unos pocos pero que hoy en día mueve a decenas de millones de personas cada año.

En la actualidad Global SU es una empresa competitiva que no ha olvidado sus raíces cooperativistas y la participación. En estos momentos, la empresa de transporte cuenta con casi 800 trabajadores y trabajadoras, una flota de más de 300 vehículos y unas 120 líneas que cubren todo el territorio insular, transportando a más de 25 millones de viajeros anualmente. Además dispone de centro de mantenimiento y de suministro y cocheras.

Hoy, el transporte interurbano de viajeros en Gran Canaria tiene un nivel de excelencia propio de una  sociedad avanzada como la nuestra, convertido en una forma segura, cómoda y eficaz para conectar la Isla, a sus habitantes y a sus visitantes. Una empresa preocupada por un transporte accesible, sostenible y que no dañe el medio ambiente, por lo que podemos reconocer con orgullo el papel fundamental de Global SU en el desarrollo del transporte como elemento cohesionador de la sociedad grancanaria, de la unión de sus habitantes y visitantes.

Pero somos conscientes de que queda mucho por hacer. En los próximos años tenemos que avanzar en la apuesta por un transporte colectivo que permita una mayor movilidad eficiente en la isla y que equilibre el uso del transporte privado y público para que disminuya la emisión de gases de efecto invernadero con un cambio de modelo y de eficiencia en los motores, para que se incremente el uso de vehículos eléctricos y para que se reduzca la dependencia del petróleo. Estamos tomando decisiones de cambio que merecen ser comentadas en este aniversario. Es un avance el Bono Joven, con una tarifa plana de 28 euros sin límite de viajes, para jóvenes de hasta 28 años en toda la isla. Estamos también en el proceso de puesta en marcha del bono regular para residentes a 35 o 40 euros. La imagen que los turistas perciben al llegar al aeropuerto mejora con el servicio Airport Express, con 6 nuevos vehículos financiados por el Cabildo de Gran Canaria. En pocos años renovaremos más del 40% de la flota de Global. Y próximamente entrará en funcionamiento el nuevo sistema de información al viajero en las paradas de Gran Canaria.  

Por eso, en estos días de celebración, de agradecimiento y felicitaciones, me cabe el honor de renovar públicamente la apuesta del Cabildo de Gran Canaria por el transporte público de viajeros. Hemos avanzado gracias al compromiso de trabajadores y trabajadoras de las distintas empresas -que han confluido en Global como expresión de modernidad y servicio público- y por la continuidad de una política defendida por el Cabildo que considera la movilidad como un servicio esencial. Tenemos motivos para sentirnos orgullosos de la isla que estamos transformando entre todos y todas. Aspiramos a un futuro de progreso porque tenemos una historia de trabajo compartido. Gracias a quienes lo han hecho posible.

A LA INTELIGENCIA CRÍTICA DE BAUMAN

Para este pensador polaco hoy todo gira alrededor de una inseguridad que nos aboca a un individualismo que bascula entre la ansiedad y el hedonismo

Siempre he tenido una especial querencia por el filósofo polaco Zygmunt Bauman. Hace año y medio tuve el inmenso placer de saludarle y escucharle en Agüimes, dentro de las Jornadas de Familia y Comunidad. Me pareció una persona entrañable, sencilla, cálida, de una rigurosidad intelectual aplastante. Contactamos con él y desde el primer momento aceptó venir a Gran Canaria a participar en el proceso sociocomunitario que se vive en esta Villa desde hace ya quince años. Vino y llenó el Auditorio municipal. Y nos dejó el regusto amargo de la verdad que no queremos reconocer. El lunes pasado, lamentablemente, se ha apagado su voz porque falleció en el Reino Unido. Nos quedan sus palabras. Dedico mi reflexión de esta semana a homenajear a un referente intelectual y moral de los últimos sesenta años y acepto, expresamente, su sentencia de que no podemos ser personas realmente libres, en la sociedad globalizada y capitalista que domina la estructura mundial, sin desarrollar un pensamiento crítico que descubra las servidumbres y ataduras que nos deshumanizan.

 

En medio de la presión de la tarea diaria en el Cabildo de Gran Canaria, dudaba entre varias cuestiones de máxima actualidad para compartir con ustedes. Al final decidí aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre nuestras contradicciones cotidianas, a la luz que Bauman nos ofreció y que mantiene viva en todas sus publicaciones y, de paso, valorar la importancia de los intelectuales, de los pensadores que describen la situación real que padece una buena parte de la población y las causas, la mayoría invisibles, que condicionan la evolución económica, social, ideológica y política de todos nosotros.

No está de moda pensar y menos hurgar sobre lo que nos está pasando. Y esto no es bueno, porque si hay algo que nos debilita como sociedad es la falta de un pensamiento colectivo. Nos hemos encerrado en un individualismo feroz y solo llegamos a proyectar lo que nos interesa de manera personal o, como mucho, familiarmente. Nos han arrinconado en un individualismo que nos fuerza a estar a la defensiva, rompiendo todos los vínculos y las identidades comunes. En las sociedades postmodernas que describe Bauman, la presión del consumismo y del pensamiento globalizado, bloquea y destruye la identidad colectiva. Las sociedades se hacen “líquidas” en la medida en que las convicciones, los valores, las seguridades, las ideologías… se fracturan y se derriten, generando una enorme incertidumbre en todos nosotros. Por eso algunos caracterizan las sociedades en las que vivimos como sociedades del riesgo o del desconcierto.

En su encuentro con las personas que acudieron a las jornadas de Agüimes, Bauman insistió en profundizar en los temas en los que había venido trabajando en los últimos tiempos, fundamentalmente en la precariedad y la incertidumbre que conforman la esencia de la sociedad líquida moderna, en contraposición a los estados-nación que debían su existencia a garantizar la seguridad de sus habitantes.

Para este pensador polaco hoy todo gira alrededor de una inseguridad que nos aboca a un individualismo que bascula entre la ansiedad y el hedonismo. La precariedad y la falta de trabajo condicionan el desarrollo de la persona, quiebran su dignidad y la somete al miedo a la exclusión: nada es para siempre; todo es caos; la flexibilidad y la inestabilidad laboral permean todas las áreas de la vida; las frustraciones se hacen patentes en todas las facetas humanas; tenemos que recrear nuestra identidad cada día;  los  jóvenes se tienen que enfrentar a un mundo distinto al de sus padres y apenas pueden aspirar a conseguir su nivel de vida…

Esta situación de interinidad permanente contribuye entonces a quebrar la respuesta y el amparo de la familia, que deja de ser una referencia para muchos. Aumenta el miedo a comprometerse, se establecen marcos de relaciones más frágiles…Y en el momento en que los hijos están adquiriendo su bagaje ante la vida pierden los asideros y pasan a depender de su capacidad innata para sobrevivir. Se favorece también así la rivalidad y la competencia y no la solidaridad, hasta consolidar una época en la que prima una ética de bajo compromiso.

Aparece y se potencia entonces el concepto de la felicidad ligado al consumo como un deber moral. La publicidad invade nuestro entorno y nos reafirma en que tener más nos hace estar por encima de los que nos rodean, de que tenemos que ser individuos irrepetibles. Y nos topamos de bruces con la desigualdad. Se hace más visible la realidad de que la gente vive en condiciones muy diferentes. La capacidad de cooperar con los demás se desvanece. Los centros comerciales son como farmacias y ofrecen soluciones hasta para problemas psicológicos y sociales. El camino hacia el reconocimiento social se traza a través de las tiendas. Consumir se convierte en un  tranquilizante moral que ayuda a acallar las conciencias, a justificar la competitividad sin tino que termina  justificando la desigualdad que se potencia con la incertidumbre y la competencia incontrolada, el poder y el dinero. A medida que la negligencia moral crece en alcance e intensidad, la exigencia de analgésicos asciende imparable, y el consumo de tranquilizantes morales pasa a ser una adicción. Y alcanza a las clases medias, suspendidas en el aire, que se asimilan al precariado y que ya no es un reducto de la sociedad, un trastorno de la normalidad, sino de un fenómeno  cada vez más en auge…

En aquella charla, Bauman fue contundente al afirmar que la política y el poder se han disociado, que la política ha dejado de tener autonomía para cumplir sus promesas y que si no nos gusta el destino de las cosas debemos hacer por cambiarlo. Aunque era un socialdemócrata convencido, considera que la política de los partidos socialdemócratas se ha articulado a partir del principio de que aquello que vosotros (el centro derecha) hacéis, nosotros (el centro-izquierda) podemos hacerlo mejor; se olvidan de que la gravedad de la crisis tal vez sea el resultado de la intensidad de la desregulación, pero la dureza y la acritud de sus efectos humanos continúan estando firme y tenazmente controladas por el factor de clase.  Ya no está para contárnoslo, pero nos queda una obra ingente para  no renunciar a aprender, a ser críticos, a luchar por cambiar las cosas.

De su trayectoria científica y personal yo destacaría dos conclusiones prácticas. La primera es que la reflexión supone un arma indispensable para recuperar nuestra capacidad de ser personas, en el enorme ruido mediático, informativo, virtual, al que estamos sometidos. Tenemos más información que nunca y estamos más perdidos que nunca. No basta con saber mucho de casi todo si no ordenamos, priorizamos y analizamos esa información. Y sobre todo, si no buscamos los contextos, los intereses, los poderes que explican los hechos, las contradicciones que sufrimos. Bauman nos ayuda a confirmar que no hay información neutral y que en la aldea global asistimos a un enfrentamiento brutal entre una minoría con poder mundial y una inmensa mayoría a merced de ese poder.

La segunda conclusión que nos vale para la tarea colectiva en la que estamos comprometidos, es que ante el vendaval globalizador, es urgente anclarnos y echar raíces generando una complicidad con quienes vivimos y compartimos condiciones de vida, identidad cultural, valores y necesidades. Tenemos que ser de alguna parte para tener una voz original, humana, significativa y que no sea mera repetición o eco de lo que desean las terminales del poder económico, mediático o político. Por eso, estamos muy comprometidos en afianzar el sentido de pertenencia a una sociedad insular como es Gran Canaria y a una nacionalidad con señas propias como es Canarias. Lejos de encerrarnos en nuestra realidad, es la plataforma que nos permite construir respuestas adecuadas a los problemas graves que padecemos.