Portada Antonio Morales


POR QUÉ NO FIRMÉ POR LA TRIPLE PARIDAD

El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio

El pasado día 5 de abril cinco cabildos insulares – en realidad eran seis, aunque el palmero se quiso salir de la foto, pero no de la propuesta- presentaron  un manifiesto en defensa de la triple paridad, del injusto sistema de representación actualmente existente. El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio. En Gran Canaria no se soporta más una situación injusta que perjudica a cientos de miles de canarios por residir en algunas islas o por sentirse condenados a un sistema que perpetúa el Gobierno de unas siglas que no representan la voluntad mayoritaria. Estoy seguro de que no es problema exclusivo de Gran Canaria, afecta por igual a quienes queremos reglas justas para distribuir recursos, para orientar políticas sanitarias, educativas o de dependencia, para gestionar los medios públicos de comunicación. No estamos principalmente ante una reclamación territorial, sino afirmamos que con este sistema electoral se están imponiendo unas políticas conservadoras insularistas y clientelares frente a demandas más sociales y transformadoras.

 

No es fruto de la casualidad que no se invitara a ese acto al Cabildo de Gran Canaria. Es un paso más en esa política de aislamiento a un Cabildo, a una isla, a un gobierno insular progresista que ha defendido a ultranza que los recursos del extinto IGTE no se distribuyeran a través de la perversa fórmula de la triple paridad o que no se aprobara una Ley del Suelo en los términos diseñados por CC para liberalizar los usos del suelo rústico y protegido. Estamos en contra de todo esto y de los intentos de chantaje y extorsión de estos cabildos al Parlamento y a los parlamentarios de Canarias en distintas ocasiones. Cuando no se aceptan sus tesis se les presiona, se les ataca, se les llama traidores… Se ha convertido a la Fecai en muchas ocasiones en un instrumento para afianzar las políticas de ATI y CC, algo que siempre rechazaremos. Se hace incluso al margen de los órganos de representación de los cabildos. Algunos han hecho una política seguidista y lo que es más grave, sin importarle los intereses de los ciudadanos de sus isla con tal de mantener el chiringuito político insularista. Está concebido para eso en estos momentos. La defensa de la ciudadanía y los problemas de cada isla han quedado  relegados a un segundo plano.

El sentimiento democrático de los canarios y las canarias reclaman una modificación urgente del sistema electoral para garantizar que el Parlamento y el Gobierno de Canarias representen las posiciones políticas de las mayorías y de las minorías. Treinta y cinco años después de constituir nuestro primer Parlamento, la situación de desequilibrio en la representación de la ciudadanía en función de la isla donde reside, no puede mantenerse ni un minuto más. La triple paridad, concebida oficialmente para favorecer los equilibrios insulares, se ha convertido en un elemento de distorsión insoportable de la regla de oro de la democracia, una mujer y un hombre un voto del mismo valor, residan donde residan. El malestar y el descrédito de nuestro sistema electoral en la mayoría de la población, nos obliga a los demócratas a reaccionar para evitar el rechazo creciente de la mayoría de los votantes. Las minorías tienen que ser respetadas, pero no a costa de invalidar las propuestas mayoritarias. Lo que nació como modelo para unir a Canarias, hoy nos divide por la utilización partidista de la triple paridad. No hace falta sino comprobar que CC se ha quedado sola defendiéndola. Con la ASG de Casimiro Curbelo, claro.

La actual conformación del Parlamento y del Gobierno de Canarias constituye una anomalía que distorsiona gravemente la voluntad popular. Esta situación se ha repetido  durante la historia autonómica, especialmente después de la reforma electoral de 1996. Hoy, un diputado autonómico por Gran Canaria o Tenerife necesita 21.000 votos para alcanzar la representación. Por el contrario, para ser diputado en otras islas, bastan apenas  800 votos para conseguirlo. La paridad que nos exige la sociedad democrática es que todos los votos tengan el mismo valor.

En los últimos veinticuatro años el Gobierno Canario ha estado presidido siempre por Coalición Canaria, aunque en muchas ocasiones no haya tenido la mayoría de votos o la mayoría de escaños. Y esto ha ocurrido fundamentalmente como consecuencia de la ley electoral, aunque también por la incapacidad del resto de partidos para articular una saludable alternancia. Se ha convertido en norma que la Presidencia del Gobierno Canario no la ostente el partido más votado. Y lo que es más grave, la mayoría de gobierno tiene minoría de votos ciudadanos. La triple paridad es la menos paritaria de todas las fórmulas electorales. Hay paridad de factores que son profundamente injustos. Paridad de provincias, un artefacto administrativo. Paridad de capitales, resabio del siglo XIX. Paridad entre periféricas y centrales, consagrando una diferencia interesada. Paridad en todo, menos en la igualdad entre las personas. Creíamos que desde la declaración de los Derechos Humanos y la aprobación de las constituciones democráticas las personas constituirían el valor fundamental de la organización política. En Canarias estamos esperando.

El Cabildo de Gran Canaria tiene una posición institucional indiscutible y firme. Estamos en una lucha democrática que se parece mucho a las que hemos librado en nuestra historia por conseguir la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la defensa del desarrollo portuario o el equilibrio en las inversiones de los gobiernos canario o estatal. Sabemos que las exigencias justas terminan por alcanzarse y también que expresamos la opinión mayoritaria de la sociedad canaria. Gran Canaria no está sola, como no lo estuvo entonces. Es una exigencia de calidad democrática, yo diría de salud democrática. De profunda justicia. En la sociedad canaria hay una necesidad de cambio que se parece a la sustitución de un régimen. Las demandas de las personas paradas que no ven horizontes. El malestar de los jóvenes que necesitan oportunidades en nuestra tierra. El maltrato a las personas dependientes. La recuperación de una sanidad  y una educación públicas de calidad. Una gestión digna de la radio televisión pública. Una acción transparente de la administración autonómica, son exigencias políticas que requieren nuevo impulso, nuevas mayorías.

Es el momento de que todos los partidos digan lo mismo en todas las islas y que las instituciones hablemos claro para desenmascarar a quienes tienen un doble lenguaje. Es hora de valores democráticos frente a emboscadas interesadas. Estoy seguro que la sociedad canaria de las siete islas lo demanda y lo recompensará. Estamos llegando al momento decisivo para lograr de una vez por todas la ansiada reforma de nuestro sistema electoral. Después de 35 años, en los que solo se modificó para agravar aún más las injustas y desproporcionadas barreras de acceso, en concreto  en el año 96 y a través de una reforma del estatuto en el Congreso, justo lo que ahora CC crítica que hagamos otros. Ya ha finalizado la fase de comparecencias de expertos propuestos por los Grupos Parlamentarios, en la Comisión de estudio de reforma del sistema electoral creada en el Parlamento, nacida con bastantes dificultades porque Fernando Clavijo solo quería una mesa de trabajo. Solo fue posible por la insistencia de Nueva Canarias, junto a otros partidos políticos, de organizaciones cívicas como Demócratas por el Cambio, de la ciudadanía, e incluso de muchos medios de comunicación. Parece que, tras sucesivas prórrogas, definitivamente se acerca el momento de debate y aprobación de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, donde también de manera relevante, el sistema electoral canario puede abordar su transformación.

Es la hora de propuestas concretas. Ha quedado claro, tras la comparecencia de los expertos, la ineludible necesidad de la Reforma. Más del 80% de ellos han planteado esa necesidad a través de distintas fórmulas. Todos los partidos parlamentarios y extraparlamentarios, salvo CC, también lo demandan.  El Pacto por la Democracia, promovido por Demócratas por el Cambio y muchísimas organizaciones sociales y políticas,  lo reclama basándose en tres objetivos fundamentales: rebajar los topes, mejorar la proporcionalidad y que esté en vigor en 2019. Caben muchas posibilidades para el consenso. NC habla de una única barrera insular de acceso del 5% insular sin tope regional y de un incremento de diputados, hasta 75, distribuídos por asignación directa. Este incremento se distribuye por asignación directa: 1 a Fuerteventura, para corregir la circunstancia de que una isla con menos población como La Palma tenga más diputados (8) que otra con población superior, Fuerteventura, que tiene 7. Y los otros 14, directamente asignados a las dos islas (Gran Canaria y Tenerife) donde está identificada la brutal desproporción poblacional, dando 7 escaños adicionales a cada una. No olvidemos que en este momento Tenerife y Gran Canaria suman 1.735.000  habitantes y tiene 30 representantes y el resto de las 5 islas, con un población 360.000 otros 30. Pero, en fin, es una propuesta y caben otras muchas. Desde el diálogo y el consenso, sin duda, pero desde la firmeza y la justicia.

La foto de los presidentes de Cabildos firmando la continuidad de un sistema electoral  perverso es la foto del pasado, es la defensa de unos intereses de partido frente a una exigencia mayoritaria y progresista de la sociedad canaria. El Cabildo de Gran Canaria quiere estar con el nuevo tiempo que necesariamente tiene que abrirse. Quiere estar junto a todos los grancanarios que sintiéndose hermanos de los herreños, de los gomeros, de los majoreros, de los conejeros, de los palmeros, de los tinerfeños, comparten una nueva sociedad, en una Canarias solidaria por equilibrada. Gran Canaria ha liderado siempre el progreso para todos, a condición de rechazar las hegemonías de unos canarios sobre otros. En esas seguimos.

TODOROV Y TRUMP: CIVILIZACIÓN O BARBARIE

Sería bueno separar el ruido de la furia y, de la mano de Tzvetan Todorov, analizar lo que está pasando, porque a lo mejor descubrimos que el deterioro de la democracia, la xenofobia, las mentiras de los gobernantes, los muros que dividen a los pueblos y el rechazo a los refugiados no son inventos de Donald Trump y no comenzaron con la llegada del multimillonario a la Casa Blanca.

El pasado 7 de febrero falleció en París el filósofo, escritor y lingüista francés de origen búlgaro Tzvetan Todorov. Con él y Zygmunt Bauman, en apenas un mes se nos han ido dos de los más destacados pensadores del siglo XX.  Aunque se nacionalizó francés a principios de los años 70 del siglo pasado, Tzvetan Todorov nació en Sofía y  sufrió la dictadura comunista  de Bulgaria hasta que en los años 60 se fue a vivir a París. Además de sus obras como lingüista, Todorov se interesó por la historia de las ideas, fue muy crítico con todos los totalitarismos, con el daño que el neoliberalismo ha hecho a la democracia y con la evolución del mesianismo político en los últimos siglos de nuestra historia.

 

La mayoría de los medios de comunicación nos han ido narrando el primer mes de Donald Trump en la Casa Blanca como si se tratara de un capítulo más de la novela “El ruido y la furia” de Faulkner y nos quisieran contar la decadencia de la sociedad norteamericana como algo ajeno al resto del planeta. La teatralidad histriónica y próxima a la locura del nuevo presidente de Estados Unidos ha facilitado esta narración. Le hemos visto con muchas prisas por cumplir sus promesas más neoconservadoras y por  borrar el legado de su antecesor: la revocación de la reforma sanitaria, el cierre de fronteras a los extranjeros, los nombramientos de altos cargos con perfil de halcones, de personas con trayectorias vinculadas a la violación de los derechos humanos, la xenofobia o la apología de la tortura… Es cierto que Donald Trump se lo ha puesto muy fácil a los medios de comunicación, su enfrentamiento público con los periodistas y sus acusaciones a los grandes grupos mediáticos han ayudado a revelarnos con nitidez a un personaje que representa un evidente peligro para la democracia.

Pero sería bueno separar el ruido de la furia y, de la mano de Tzvetan Todorov, analizar lo que está pasando, porque a lo mejor descubrimos que el deterioro de la democracia, la xenofobia, las mentiras de los gobernantes, los muros que dividen a los pueblos y el rechazo a los refugiados no son inventos de Donald Trump y no comenzaron con la llegada del multimillonario a la Casa Blanca. El recién fallecido apóstol del humanismo, así  fue llamado muchas veces, ya pronosticó en 2010: “el miedo a los inmigrantes, al otro, a los bárbaros, será nuestro primer gran conflicto en el siglo XXI”.

En su libro “Los enemigos íntimos de la democracia” Tzvetan Todorov habla del mesianismo político que se ha vivido en los últimos siglos en Europa, y nombra la experiencia de Napoleón: “El periódico que Napoleón manda publicar durante su campaña en Italia afirma que las conquistas de un pueblo libre mejoran la suerte de los vencidos, reducen el poder de los reyes y aumentan la ilustración”. Tzvetan añade que “cuando los regimientos del ejército napoleónico han ocupado España, el mariscal Murat escribe al emperador: “Esperan a su Majestad como al Mesías”. Se trata del mismo pueblo que en 1814 gritó “Vivan las caenas” para recibir al rey Fernando VII, que había anunciado que iba a ignorar la constitución liberal de 1812, conocida como “La Pepa”.

El mesianismo político continuó en el siglo XX con los totalitarismos. El nazismo y el comunismo también se erigieron en modelos a imponer a otros países. Y ese mesianismo ha llegado al siglo XXI con las intervenciones militares que se aprueban y justifican (muchas veces al margen de la ONU) con la excusa de la lucha antiterrorista.

Tras el gobierno de Barak Obama lo que pretende Donald Trump es volver a llevar a Estados Unidos por la senda del neoliberalismo  y liderar ese camino frente o junto  a otras potencias. En el mencionado libro “Los enemigos íntimos de la democracia” Todorov cuenta que “La antropología que subyace a la economía neoliberal, según la cual la economía domina la vida social, y la rentabilidad material domina la economía ejerce una fuerte influencia en el mundo del trabajo”. El filósofo franco búlgaro habla de la imposición de la flexibilidad en los contratos y también de la idea de “gestionar el Estado como una empresa”. Dice Todorov “Entendemos que lo que se pretende decir es que debemos tratar los diferentes servicios con la única perspectiva de la rentabilidad material. Hemos visto ya que la rentabilidad es una de las vertientes de la empresa”.

Esa flexibilidad en el mundo laboral que defiende Trump desde su ideología neoliberal provoca inseguridad en los trabajadores y trabajadoras que pierden derechos laborales. Su decisión de revocar el Obamacare, la reforma sanitaria de Obama, también provocará incertidumbre respecto a la protección de su salud a los que se habían beneficiado de la reforma. Los mismos que provocan esa inseguridad en el mundo laboral y en la salud de las capas populares  con sus políticas neoliberales son los que enarbolan el discurso de la inseguridad para justificar el levantamiento de las fronteras o el incremento de los gastos militares (que ya ha pedido Trump a todos los países de la OTAN).

Otro de los escándalos del inicio del mandato de Trump ha sido el nombramiento como nueva subdirectora de la CIA de Gina Haspel, una agente involucrada en torturas a detenidos en una cárcel clandestina de Tailandia. En un artículo publicado en El País el 14 de mayo de 2009  Todorov hacía referencia a los documentos que el Gobierno de Obama hizo públicos en abril de 2009 sobre las prácticas de tortura realizadas en cárceles de la CIA.  Se sorprendía porque no se trataba de prácticas aisladas o negligencias, sino que hubo manuales de la CIA donde se explicaban las técnicas de tortura durante el Gobierno de George W. Bush.  Y algo que destaca Tzvetan: “Los socios indispensables de los torturadores son los consejeros jurídicos, cuya labor es garantizar la impunidad legal de sus colegas. Esto constituye otra novedad: la tortura en la propia norma legal.” Y nos decía que los gobiernos europeos que acogieron vuelos secretos de la CIA “miraron para otro lado”. No imaginaba Tzvetan que ocho años después de haber escrito aquel texto iba a llegar a la presidencia de Estados Unidos un gobernante que no es que mire cínicamente para otro lado, sino que hace una apología clara y pública de la tortura y nombra subdirectora de la CIA a alguien que destruyó pruebas sobre los malos tratos a prisioneros en Tailandia.

Esta semana Donald Trump dio la orden de contratar 15.000 nuevos agentes de fronteras para acelerar el proceso de expulsión de inmigrantes.  Para justificar esas prisas ha recurrido al manual del buen xenófobo y ha repetido sus mensajes de criminalizar a los extranjeros. Pero su facilidad para mentir (o contar “hechos alternativos”, como denominó a las mentiras alguien de su gabinete) le ha provocado un conflicto diplomático con Suecia. En un mitin en Florida llegó a decir “Ves lo que pasó la pasada noche en Suecia ¡Suecia! ¿Quién podía creérselo? Suecia. Han acogido en grandes números. Están teniendo problemas como nunca pensaron que fuera posible”.

Lo acaba de denunciar Amnistía Internacional: “El uso cínico del “nosotros contra ellos” provoca una agenda deshumanizadora basada en discursos de culpa, odio y miedo a escala nunca vista desde los años 30”. Frente a la muerte de un humanista de aliento crítico, como lo calificó Alex Vicente en El Mundo, se nos echan encima peligrosamente políticos antisistema que ocupan el poder y ponen en marcha una agenda tóxica que deshumaniza a grupos enteros de personas”. Imponen una retórica de la deshumanización.

Esa criminalización del extranjero, del diferente, del que tiene otra cultura o religión también fue combatida por Tzvetan Todorov en el discurso que dio cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales en el año 2008: “Por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado de barbarie o de civilización. Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia. Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie”.

Desgraciadamente en el mandato de Donald Trump que está comenzando, y en los previsibles gobiernos populistas y de extrema derecha que amenazan con afianzarse en Europa, tendremos muchas oportunidades de ver ejemplos de bárbaros (torturadores, xenófobos, dictadores…) y civilizados (los millones de personas que desde el nombramiento de Trump se están movilizando por los derechos humanos y para frenar la barbarie). Espero que gane la batalla la civilización.

LA REGENERACIÓN NO PUEDE ESPERAR

Curiosamente en las bases redactadas por el Ministerio de Economía con los requisitos para optar a representar a España en el Banco Mundial no se recogía el código ético que esta institución exige a sus empleados. Dice en su web el Banco Mundial que “Nuestra conducta debe estar inspirada por los estándares éticos más elevados»

A las 20:56, con nocturnidad y alevosía, justo dos minutos después de la votación que provocó el segundo fracaso de Mariano Rajoy en su intento de repetir como presidente del Gobierno, el Ministerio de Economía  hizo pública su decisión de proponer al exministro de Industria, Comercio y Turismo José Manuel Soria para directivo del Banco Mundial. Lo que el fin de semana se intentó  vestir como una “decisión técnica”, como un derecho fundamental de un funcionario, en realidad estuvo perfectamente cronometrado con la agenda política.

 

Los cuatro días que pasaron desde que se hizo público el nombramiento hasta que José Manuel Soria renunció al enchufe en el Banco Mundial fueron  jornadas de fabricación de mentiras, de contar las cosas a medias, de intentar deslegitimar las críticas de la oposición y de la ciudadanía acusándolos de “estar mal informados” y de convertir al beneficiado con un sueldo de más de 200.000 dólares  por un enchufe en víctima “de los medios de comunicación”, como llegó a decir en la radio un dirigente del Partido Popular de Canarias.

Aunque renunció el pasado martes (a petición del gobierno, según la versión del político canario), el caso Soria seguirá coleando y nos da una oportunidad para reflexionar sobre la mentira (escribí sobre ello la semana pasada) y la falta de ética como ADN del Partido Popular, la primera organización política imputada (ahora se dice investigada) en la actual etapa democrática española y procesada como persona jurídica por varios delitos, entre ellos el de encubrimiento de corruptos.

Tras el  nombramiento de José Manuel Soria como directivo del Banco Mundial los dirigentes del PP volvieron a activar su fábrica de mentiras. Después de que la oposición y algunos importantes altos cargos del PP cuestionasen la elección de Soria para representar a España en una de las instituciones económicas más importantes del mundo, el presidente en funciones Mariano Rajoy y el ministro de Economía, Luis de Guindos, declararon que Soria había ganado un concurso de méritos al que solo se podían presentar funcionarios y que negarle el puesto hubiese sido ilegal. Ambas cosas eran mentira: el digital El Confidencial publicó los requisitos para poder optar al puesto que habían regalado a Soria (unas bases que no aparecieron en el BOE ni en la web del ministerio de Economía, por lo que miles de economistas no tuvieron ni siquiera la oportunidad de presentar su currículum). En esas bases se valoraba ser funcionario, pero no era un requisito para poder presentarse. Tampoco era imprescindible ser Técnico Comercial y Economista del Estado (puesto, por cierto, en el que Soria solo tiene 5 años de ejercicio).  El propio Rajoy reconoció que Soria le había pedido ese puesto después de dimitir como ministro de Industria y Turismo por haber mentido y por tener empresas en paraísos fiscales. Aplazaron incluso la convocatoria para que el exministro pudiera actualizar y mejorar su curriculum…

Curiosamente en las bases redactadas por el Ministerio de Economía con los requisitos para optar a representar a España en el Banco Mundial no se recogía el código ético que esta institución exige a sus empleados. Dice en su web el Banco Mundial que “Nuestra conducta debe estar inspirada por los estándares éticos más elevados». Y habla de que los asuntos  financieros en los que participen sus empleados: «permanezcan más allá de cualquier reproche». Por eso insta a sus directivos y empleados a «revelar cualquier negocio personal o interés financiero que pueda reflejarse de forma negativa o causar vergüenza al Banco Mundial”. Nos llama la atención que el ministerio que dirige Luis de Guindos, no incluyera ningún punto relacionado con la ética en las bases para optar al Banco Mundial. No queremos pensar que esta omisión se hizo para facilitar el puesto a su amigo Soria. Este código ético nos parece positivo (al gobierno del PP le parecía prescindible). De todas formas, los dos se balancean en la hipocresía: me he referido en otras ocasiones al papel tan negativo que han jugado el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en muchos países del Sur. El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, que fue Economista Jefe del Banco Mundial, denunció la imposición de políticas neoliberales por parte de esta institución  en los países empobrecidos en su libro “El malestar de la globalización”.

Como plantea Josep Ramoneda (Romper tabús. El País), “Un gobernante tiene que vivir muy alejado de la realidad para permitirse la alcaldada de premiar a un ministro que dimitió por una cuestión de mentiras y dineros con un cargo en el Banco Mundial, cuando la credibilidad de la política está bajo mínimos y la ciudadanía asiste perpleja a la perpetuación de la interinidad”.

La catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, Adela Cortina, señala que “si no tomamos nota de lo cara que es la falta de ética, en dinero y en dolor, el coste de la inmoralidad seguirá siendo imparable. Y, aunque suene a tópico, seguirán pagándolo los más débiles.” En su libro “¿Para qué  sirve la ética? (Paidos, 2013) Adela Cortina   considera que “lo que vale para las personas, vale también para las organizaciones y para los pueblos, que también unas y otros van tomando decisiones que les generan predisposiciones a actuar de un modo u otro. Por eso cuando organizaciones, las instituciones o los pueblos generan un mal carácter, malos hábitos y costumbres, pierden el señorío sobre su presente y su futuro y se convierten en seres reactivos. Reaccionan a los acontecimientos, y además tarde y mal, precisamente porque son los sucesos los que ganan la mano.” La reflexión de Cortina fue escrita hace tres años, pero la verdad es que parece que está analizando la reacción del PP en el proceso del enchufe y renuncia de José Manuel Soria en el Banco Mundial.

Nada que ver la reflexión de Adela Cortina con las declaraciones de los dirigentes del PP que defendieron a Soria los cuatro días de pesadilla. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal,   declaró antes de la renuncia del político canario que “No hay ninguna acusación de corrupción ni nada por el estilo contra Soria”. Según la autora del despido  en diferido de  Bárcenas, tener dinero en  paraísos fiscales  no es algo que tenga que ver con la corrupción. Tampoco mentir es  malo.

José Manuel Soria no ha sido el primer enchufe de Luis de Guindos en el Banco Mundial. El Ministerio de Economía nombró en el año 2014 a Beatriz de Guindos, sobrina del actual ministro en funciones,  con un sueldo de 169.000 euros al año,  como directora ejecutiva suplente del Banco Mundial. Unos meses antes Beatriz de Guindos había dimitido del cargo de directora de la Competencia de la Comisión Nacional de Valores cuando los medios publicaron que era sobrina del ministro encargado de proponerla.

El catedrático de Ética José Luis Aranguren escribió en 1989 un artículo titulado “La crisis de la ética” en el que decía que “La consecuencia que del modo de conducirse, común a los políticos y a los no políticos, ha de extraerse, es la de una crisis de la ética como sistema de valores que rijan la vida, y, asimismo, crisis de la ética como “fuerza” moral en su sentido deportivo, baja moral o desmoralización.” Aranguren añadía en su texto que todos los ciudadanos y ciudadanas  padecemos del mismo mal. Y que en los políticos se ve más allá, es verdad, y que por la representatividad de que le hemos investido  es más grave también.

Ante este panorama vuelvo a plantear en como hice la semana pasada: ¿de verdad que no hay capacidad ni voluntad política, entre los partidos elegidos por la ciudadanía, para proponer una alternativa a un nuevo gobierno del PP? ¿Van a permitir que siga gobernando un partido que aplicó el rodillo de la mayoría absoluta y se negó, ninguneando al resto de los representantes de los ciudadanos, a realizar pactos por la educación, por el empleo, por las pensiones? ¿Van a posibilitar que vuelvan a gobernar los que nos llevaron a índices históricos de empobrecimiento y exclusión social, a récord de  desigualdad, a unos  vergonzosos datos de pobreza infantil? ¿De verdad que son más importantes los egos personales de algunos dirigentes y las peleas internas de los partidos que el mandato de la ciudadanía que está harta de tanta porquería?

El trabajo para regenerar la democracia no debe esperar a que se conozcan los resultados de las elecciones vascas y gallegas. Y, lo más importante, ese trabajo se hará mejor con el PP en la oposición. No hay tiempo para más dilaciones.