Portada Antonio Morales


POR QUÉ NO FIRMÉ POR LA TRIPLE PARIDAD

El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio

El pasado día 5 de abril cinco cabildos insulares – en realidad eran seis, aunque el palmero se quiso salir de la foto, pero no de la propuesta- presentaron  un manifiesto en defensa de la triple paridad, del injusto sistema de representación actualmente existente. El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio. En Gran Canaria no se soporta más una situación injusta que perjudica a cientos de miles de canarios por residir en algunas islas o por sentirse condenados a un sistema que perpetúa el Gobierno de unas siglas que no representan la voluntad mayoritaria. Estoy seguro de que no es problema exclusivo de Gran Canaria, afecta por igual a quienes queremos reglas justas para distribuir recursos, para orientar políticas sanitarias, educativas o de dependencia, para gestionar los medios públicos de comunicación. No estamos principalmente ante una reclamación territorial, sino afirmamos que con este sistema electoral se están imponiendo unas políticas conservadoras insularistas y clientelares frente a demandas más sociales y transformadoras.

 

No es fruto de la casualidad que no se invitara a ese acto al Cabildo de Gran Canaria. Es un paso más en esa política de aislamiento a un Cabildo, a una isla, a un gobierno insular progresista que ha defendido a ultranza que los recursos del extinto IGTE no se distribuyeran a través de la perversa fórmula de la triple paridad o que no se aprobara una Ley del Suelo en los términos diseñados por CC para liberalizar los usos del suelo rústico y protegido. Estamos en contra de todo esto y de los intentos de chantaje y extorsión de estos cabildos al Parlamento y a los parlamentarios de Canarias en distintas ocasiones. Cuando no se aceptan sus tesis se les presiona, se les ataca, se les llama traidores… Se ha convertido a la Fecai en muchas ocasiones en un instrumento para afianzar las políticas de ATI y CC, algo que siempre rechazaremos. Se hace incluso al margen de los órganos de representación de los cabildos. Algunos han hecho una política seguidista y lo que es más grave, sin importarle los intereses de los ciudadanos de sus isla con tal de mantener el chiringuito político insularista. Está concebido para eso en estos momentos. La defensa de la ciudadanía y los problemas de cada isla han quedado  relegados a un segundo plano.

El sentimiento democrático de los canarios y las canarias reclaman una modificación urgente del sistema electoral para garantizar que el Parlamento y el Gobierno de Canarias representen las posiciones políticas de las mayorías y de las minorías. Treinta y cinco años después de constituir nuestro primer Parlamento, la situación de desequilibrio en la representación de la ciudadanía en función de la isla donde reside, no puede mantenerse ni un minuto más. La triple paridad, concebida oficialmente para favorecer los equilibrios insulares, se ha convertido en un elemento de distorsión insoportable de la regla de oro de la democracia, una mujer y un hombre un voto del mismo valor, residan donde residan. El malestar y el descrédito de nuestro sistema electoral en la mayoría de la población, nos obliga a los demócratas a reaccionar para evitar el rechazo creciente de la mayoría de los votantes. Las minorías tienen que ser respetadas, pero no a costa de invalidar las propuestas mayoritarias. Lo que nació como modelo para unir a Canarias, hoy nos divide por la utilización partidista de la triple paridad. No hace falta sino comprobar que CC se ha quedado sola defendiéndola. Con la ASG de Casimiro Curbelo, claro.

La actual conformación del Parlamento y del Gobierno de Canarias constituye una anomalía que distorsiona gravemente la voluntad popular. Esta situación se ha repetido  durante la historia autonómica, especialmente después de la reforma electoral de 1996. Hoy, un diputado autonómico por Gran Canaria o Tenerife necesita 21.000 votos para alcanzar la representación. Por el contrario, para ser diputado en otras islas, bastan apenas  800 votos para conseguirlo. La paridad que nos exige la sociedad democrática es que todos los votos tengan el mismo valor.

En los últimos veinticuatro años el Gobierno Canario ha estado presidido siempre por Coalición Canaria, aunque en muchas ocasiones no haya tenido la mayoría de votos o la mayoría de escaños. Y esto ha ocurrido fundamentalmente como consecuencia de la ley electoral, aunque también por la incapacidad del resto de partidos para articular una saludable alternancia. Se ha convertido en norma que la Presidencia del Gobierno Canario no la ostente el partido más votado. Y lo que es más grave, la mayoría de gobierno tiene minoría de votos ciudadanos. La triple paridad es la menos paritaria de todas las fórmulas electorales. Hay paridad de factores que son profundamente injustos. Paridad de provincias, un artefacto administrativo. Paridad de capitales, resabio del siglo XIX. Paridad entre periféricas y centrales, consagrando una diferencia interesada. Paridad en todo, menos en la igualdad entre las personas. Creíamos que desde la declaración de los Derechos Humanos y la aprobación de las constituciones democráticas las personas constituirían el valor fundamental de la organización política. En Canarias estamos esperando.

El Cabildo de Gran Canaria tiene una posición institucional indiscutible y firme. Estamos en una lucha democrática que se parece mucho a las que hemos librado en nuestra historia por conseguir la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la defensa del desarrollo portuario o el equilibrio en las inversiones de los gobiernos canario o estatal. Sabemos que las exigencias justas terminan por alcanzarse y también que expresamos la opinión mayoritaria de la sociedad canaria. Gran Canaria no está sola, como no lo estuvo entonces. Es una exigencia de calidad democrática, yo diría de salud democrática. De profunda justicia. En la sociedad canaria hay una necesidad de cambio que se parece a la sustitución de un régimen. Las demandas de las personas paradas que no ven horizontes. El malestar de los jóvenes que necesitan oportunidades en nuestra tierra. El maltrato a las personas dependientes. La recuperación de una sanidad  y una educación públicas de calidad. Una gestión digna de la radio televisión pública. Una acción transparente de la administración autonómica, son exigencias políticas que requieren nuevo impulso, nuevas mayorías.

Es el momento de que todos los partidos digan lo mismo en todas las islas y que las instituciones hablemos claro para desenmascarar a quienes tienen un doble lenguaje. Es hora de valores democráticos frente a emboscadas interesadas. Estoy seguro que la sociedad canaria de las siete islas lo demanda y lo recompensará. Estamos llegando al momento decisivo para lograr de una vez por todas la ansiada reforma de nuestro sistema electoral. Después de 35 años, en los que solo se modificó para agravar aún más las injustas y desproporcionadas barreras de acceso, en concreto  en el año 96 y a través de una reforma del estatuto en el Congreso, justo lo que ahora CC crítica que hagamos otros. Ya ha finalizado la fase de comparecencias de expertos propuestos por los Grupos Parlamentarios, en la Comisión de estudio de reforma del sistema electoral creada en el Parlamento, nacida con bastantes dificultades porque Fernando Clavijo solo quería una mesa de trabajo. Solo fue posible por la insistencia de Nueva Canarias, junto a otros partidos políticos, de organizaciones cívicas como Demócratas por el Cambio, de la ciudadanía, e incluso de muchos medios de comunicación. Parece que, tras sucesivas prórrogas, definitivamente se acerca el momento de debate y aprobación de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, donde también de manera relevante, el sistema electoral canario puede abordar su transformación.

Es la hora de propuestas concretas. Ha quedado claro, tras la comparecencia de los expertos, la ineludible necesidad de la Reforma. Más del 80% de ellos han planteado esa necesidad a través de distintas fórmulas. Todos los partidos parlamentarios y extraparlamentarios, salvo CC, también lo demandan.  El Pacto por la Democracia, promovido por Demócratas por el Cambio y muchísimas organizaciones sociales y políticas,  lo reclama basándose en tres objetivos fundamentales: rebajar los topes, mejorar la proporcionalidad y que esté en vigor en 2019. Caben muchas posibilidades para el consenso. NC habla de una única barrera insular de acceso del 5% insular sin tope regional y de un incremento de diputados, hasta 75, distribuídos por asignación directa. Este incremento se distribuye por asignación directa: 1 a Fuerteventura, para corregir la circunstancia de que una isla con menos población como La Palma tenga más diputados (8) que otra con población superior, Fuerteventura, que tiene 7. Y los otros 14, directamente asignados a las dos islas (Gran Canaria y Tenerife) donde está identificada la brutal desproporción poblacional, dando 7 escaños adicionales a cada una. No olvidemos que en este momento Tenerife y Gran Canaria suman 1.735.000  habitantes y tiene 30 representantes y el resto de las 5 islas, con un población 360.000 otros 30. Pero, en fin, es una propuesta y caben otras muchas. Desde el diálogo y el consenso, sin duda, pero desde la firmeza y la justicia.

La foto de los presidentes de Cabildos firmando la continuidad de un sistema electoral  perverso es la foto del pasado, es la defensa de unos intereses de partido frente a una exigencia mayoritaria y progresista de la sociedad canaria. El Cabildo de Gran Canaria quiere estar con el nuevo tiempo que necesariamente tiene que abrirse. Quiere estar junto a todos los grancanarios que sintiéndose hermanos de los herreños, de los gomeros, de los majoreros, de los conejeros, de los palmeros, de los tinerfeños, comparten una nueva sociedad, en una Canarias solidaria por equilibrada. Gran Canaria ha liderado siempre el progreso para todos, a condición de rechazar las hegemonías de unos canarios sobre otros. En esas seguimos.

EL DAÑO DEL INSULARISMO

Me inicié en la política canaria en Roque Aguayro y desde esa pequeña fuerza política hemos transformado Agüimes

El nacionalismo canario reconoce a la figura de Secundino Delgado como uno de sus fundadores. Secundino fue un hombre progresista que junto a José Cabrera Díaz (el fundador del Partido Nacionalista Canario) representan la primera etapa del nacionalismo canario vinculado a la emigración isleña en América. Después vino el Movimiento Canarias Libre a principios de los años 60 del siglo pasado. Con las primeras elecciones democráticas la Unión del Pueblo Canario se convirtió en la principal referencia institucional del nacionalismo de izquierdas. En todas esas etapas, el nacionalismo canario siempre ha defendido la unidad de las islas, frente al pleito insular promovido por las burguesías de las islas capitalinas que solo ha tenido éxito electoral y expresión institucional con la creación de la Agrupación Tinerfeña de Independientes por los náufragos de la Unión de Centro Democrático. ATI se federó a partidos insularistas que se crearon en otras islas y constituyeron la Agrupación de Independientes de Canarias, que nunca logró representación institucional importante en Gran Canaria.

En Gran Canaria siempre ha predominado el nacionalismo frente al insularismo. Además de la UPC, en algunos ayuntamientos como Agüimes, Santa Lucía, Telde o Valsequillo lograron las alcaldías grupos independientes que venían del movimiento vecinal o colectivos culturales que apostaban por el nacionalismo progresista, que  siempre ha defendido el autogobierno y la unidad de las islas. El 22 de junio de 1979 Roque Aguayro aprobó en el pleno del Ayuntamiento de Agüimes una moción solicitando la constitución de la Comunidad Autónoma Canaria por la vía del artículo 151 de la Constitución (a la que se acogieron Euskadi, Cataluña, Galicia y Andalucía), pero desde la UCD (los padres del PP y de ATI-AIC) impusieron la vía lenta del artículo 143. Me inicié en la política canaria en Roque Aguayro y desde esa pequeña fuerza política hemos transformado Agüimes, pero también hemos defendido un discurso para Canarias basado en postulados progresistas y en la defensa de la unidad de las islas.

 

Otros se definen ahora nacionalistas pero su trayectoria política es claramente insularista y pleitista. Nadie se puede definir nacionalista canario y defender la desigualdad y el enfrentamiento entre las islas. Además de las desigualdades sociales, en Canarias sufrimos una grave desigualdad política: nuestro sistema electoral. El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, José Ramón Montero, declaró hace unos días en el Diario de Avisos que el sistema electoral canario “es extravagante por su desigualdad extraordinaria en el valor del voto de ciudadanos que viven en islas diferentes”. Según Montero el sistema electoral canario “parece desnaturalizar por encima de lo tolerable el principio de igualdad de sufragio y rebasa los límites constitucionalmente admisibles”.

Los que se han beneficiado de este déficit democrático, Coalición Canaria, no van a cambiar un sistema que les beneficia. Y el colmo de esas políticas ultrainsularistas del todavía presidente Fernando Clavijo ha sido el intento de la aplicación de este sistema electoral a la propuesta de reparto de los fondos del antiguo IGTE (ahora llamados Fdcan) que ha provocado una crisis interna del Gobierno canario y una división sin precedentes en la Fecam y la Fecai, además de un enfrentamiento con las universidades, los sindicatos y casi todos los partidos políticos del arco parlamentario. El penúltimo esperpento lo vimos el pasado lunes en el Parlamento canario cuando varios presidentes de cabildos se atrevieron a reprocharle a los diputados autonómicos que hayan cumplido con su deber: presentar enmiendas a los presupuestos autonómicos. Los presidentes de cabildos, aliados con Fernando Clavijo y liderados por Casimiro Curbelo (que con un 4,45% de los votos se ha convertido en el político más influyente de toda la nacionalidad canaria), se saltaron el orden del día y desobedecieron a la presidenta del Parlamento. Un espectáculo que tenía como único objetivo defender el reparto de los fondos del Fdcan que se aprobaron por la mitad del Gobierno canario desoyendo a la mayoría de las organizaciones representadas en el Comité Asesor que había montado Clavijo para avalar sus criterios.

En una semana frenética de reuniones en Madrid y en Canarias, en las que se ha hablado de una posible moción de censura a Clavijo, con el PP convertido en el novio o novia de todas las bodas, el partido que ahora lidera Asier Antona se enmendó a sí mismo este jueves en el Parlamento y rompió el acuerdo que había votado con el PSOE y Nueva Canarias el pasado 9 de diciembre, cuando estos tres partidos enmendaron los presupuestos para destinar 90 millones del Fdcan a Sanidad, Educación y Servicios Sociales. A pesar de prodigarse en numerosos programas de radio y hacer declaraciones en los periódicos, Asier Antona no ha sabido explicar qué hay detrás de ese bandazo, por qué el PP vuelve a dar marcha atrás  y apoya junto a CC y al partido de Casimiro Curbelo que se reparta el 58% del Fdcan con los criterios del REF y el 42% con “criterios de doble insularidad y en base a la necesaria financiación de proyectos singulares”. ¿Quién decide esa singularidad? ¿Acaso la singularidad será que nuevamente tres cabildos y un ayuntamiento se llevarán más dinero del que han solicitado? ¿Será singularidad premiar a los 3 municipios grancanarios que se desmarcaron de los otros 18 municipios que rechazaron los criterios de la triple paridad?

Desde luego que premiar a algunos ayuntamientos financiando la construcción de dos aparcamientos y llamar a eso “fondo de desarrollo para diversificar la economía” es algo muy singular. Yo diría que es una actitud política singularmente clientelar. Y decir en el Parlamento, como dijo Clavijo esta semana, que “84 de los 88 ayuntamientos están de acuerdo en el reparto del Fdcan” es una singular mentira, que ignora a los 18 ayuntamientos grancanarios que se pronunciaron públicamente en contra en una reunión en el Cabildo de Gran Canaria. Pero ya estamos acostumbrados a que Fernando Clavijo ignore a las instituciones de esta isla.

 

El reparto del Fdcan promovido por Clavijo es solo la gota que colma el vaso en una legislatura marcada por los enfrentamientos institucionales promovidos desde la presidencia del Gobierno canario. El balance es tan desolador como dañino es el ultrainsularismo para nuestra tierra con propuestas como la Ley del Suelo hecha a espaldas de sus socios de gobierno y que pretende cargarse los órganos de control autonómico sobre nuestro territorio; una ley que entierra  la unanimidad política y social lograda con las Directrices del año 2003. O con una defensa a ultranza del gas con mensajes desde el Gobierno canario desaconsejando la inversión empresarial en Gran Canaria porque esta isla ha apostado por las renovables.

Pero toda esta situación podía haber tenido un resultado final positivo: Clavijo tiró tanto de la cuerda que casi la rompe. Por primera vez desde su nacimiento Coalición Canaria (la tercera fuerza política en apoyo electoral en Canarias y la sexta en Gran Canaria) podría pasar a la oposición. Es una situación política excepcional provocada por un presidente que según sus propios compañeros de partido ha hecho renacer al viejo insularismo de ATI y sus satélites. Nueva Canarias ha mostrado su posible apoyo a una moción de censura del PSOE y el PP para frenar el ultrainsularismo desbocado de Fernando Clavijo y Podemos reconoce esta situación excepcional y está dispuesto a  abstenerse. El Partido Popular se ha estado debatiendo entre el abrazo del oso que le ofrece Clavijo -al que acaban de dar un balón de oxígeno- con sus promesas de poltronas y la continuación de políticas clientelares o responder al deseo que cada vez expresan más sectores de la sociedad canaria y frenar el daño que están haciendo las políticas insularistas. El PSOE se mantiene en el limbo deshojando continuamente una margarita que ya no controlan… Solo Casimiro anda bailando en una pata sola. Nunca un presidente autonómico canario había logrado tanto consenso…en su contra.

EL MENCEY DESNUDO

Canarias no es un país normal y la majadería política y los intereses personales y cortoplacistas de dos políticos han provocado una crisis institucional entre las diferentes administraciones públicas canarias: el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos.

En tiempos pasados hubo un emperador muy preocupado por las apariencias, era tan aficionado a la ropa que gastaba todo su dinero en trajes nuevos. Cuando inspeccionaba a las tropas, cuando iba al teatro o cuando andaba de paseo, su único afán era mostrar sus vestidos nuevos. Se cambiaba a cada rato. Así como siempre se ha oído decir: “el Rey está en Palacio”, de  nuestro personaje se decía “el emperador está en el guardarropa”. El país donde reinaba nuestro emperador era turístico, lo visitaban muchos extranjeros. Un día llegaron dos pillos haciéndose pasar por grandes tejedores, eran capaces de fabricar los trajes más bellos del mundo. Pero además las telas tenían una extraordinaria virtud, porque eran invisibles para los que no desempeñaban bien sus cargos o carecían de inteligencia. Así empieza el cuento “El traje del nuevo Emperador” de Hans Christian Andersen, un cuento que se ha convertido en clásico y que fue publicado en 1837 y a nivel popular también se ha conocido con el título “El rey desnudo”. Volveremos al cuento al final de este artículo. Ahora tengo que pasar del cuento a las cuentas del IGTE (que también son otro cuento).

 

En un país normal esta semana deberíamos de estar hablando de los presupuestos para el próximo año que este martes pasaron el primer trámite parlamentario con el apoyo de los (todavía) socios del Gobierno canario. El debate debería ser en qué se van a gastar los 7.300 millones de euros recogidos en la Ley de Presupuestos para 2017. Pero Canarias no es un país normal y la majadería política y los intereses personales y cortoplacistas de dos políticos (Fernando Clavijo y Casimiro Curbelo) han provocado una crisis institucional entre las diferentes administraciones públicas canarias: el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos.

A prisa y corriendo el lunes por la mañana se convocó la llamada Comisión de Seguimiento del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) para aprobar el reparto de los 109 millones correspondientes a 2016. En esa comisión están los representantes del Gobierno canario (el propio presidente Fernando Clavijo y el consejero de la Presidencia Aarón Afonso), de los cabildos (FECAI), de los ayuntamientos (FECAM), de las dos patronales canarias, de los sindicatos UGT y CCOO y de las dos universidades canarias. Los sindicatos mostraron su desacuerdo porque no comparten que se dedique el 75% de los fondos a obras e infraestructuras, creen que debería ir más dinero a Empleo y políticas sociales. Las universidades canarias también votaron en contra porque consideran que los fondos para investigación son paupérrimos. El comisionado de la FECAM Óscar Hernández mostró su rechazo porque el criterio de reparto de la triple paridad para el 75% de los fondos perjudica a las dos islas capitalinas y por tanto a la mayoría de la población. El consejero de Presidencia se alió con las críticas que hicieron las universidades.  También Casimiro Curbelo por los cabildos criticó que no se haya dejado a las corporaciones insulares los fondos para empleo. En resumen, el presidente Fernando Clavijo solo encontró el apoyo explícito del presidente de la patronal tinerfeña y antiguo compañero de partido José Carlos Francisco. La reunión de la Comisión de Seguimiento fue un auténtico paripé porque sus miembros no habían tenido tiempo de estudiar los proyectos que les habían dado unos días antes. El reparto ya estaba hecho.

Después de esa reunión la división se trasladó al consejo de Gobierno presidido por Fernando Clavijo. Los cuatro consejeros del PSOE salieron de la reunión del gabinete para no apoyar el reparto de los fondos del Fdcan. Los socialistas insistieron en dejar aparcado el tema hasta lograr un consenso mayor, pero el presidente Clavijo impuso la postura que defiende hace más de un año a pesar de la nueva crisis que esto ha provocado en su ejecutivo (o quizá buscaba esa crisis porque no se atreve a destituir a los consejeros del PSOE y a firmar el pacto con el Partido Popular). Siguiendo con la crónica de lo ocurrido en un país un tanto extraño, al día siguiente, el martes,  hubo pleno en el Parlamento canario y Coalición Canaria y el PSOE que no fueron capaces de consensuar el reparto de 109 millones de euros, sí se pusieron de acuerdo para 7.300 millones. Unos presupuestos que rechazó frontalmente el Partido Popular. Sin embargo la noche anterior al pleno Fernando Clavijo había cenado con el presidente del PP, Asier Antona, y según contaba el periódico C7 en la comida hablaron de un posible cambio de pareja de Coalición Canaria, lo que provocaría que el PP entre a gobernar con los presupuestos que acaba de rechazar y que diseñó el PSOE con CC.

El presidente de esta Comunidad lleva una estrategia de aislamiento de Gran Canaria, como si los ciudadanos y ciudadanas de esta isla debieran ser castigados porque en el año 2015 situaron a Coalición Canaria fuera de la mayoría de las instituciones. Sin representación en el ayuntamiento de la principal ciudad de Canarias y con un solo consejero en el Cabildo, que en lugar de cumplir con su compromiso electoral de defender a Gran Canaria, actúa como el delegado de Clavijo en esta isla.

En la reunión que tuvimos el pasado martes en el Cabildo con los ayuntamientos de la isla mostramos nuestra más firme repulsa al reparto de los  dineros del antiguo IGTE pero decidimos firmar el convenio del Fdcan porque si no perdemos también los 125 millones asignados a Gran Canaria, un atraco si se tiene en cuenta la población de esta isla y sus niveles de desempleo. También decidimos encargar un estudio a los servicios jurídicos para recurrir ante los tribunales el reparto arbitrario. Creemos que la decisión del Gobierno no respeta ni siquiera el decreto aprobado por el ejecutivo de Clavijo. Se aprobó también la celebración de plenos extraordinarios en los ayuntamientos y en el Cabildo, convocar una reunión con los parlamentarios grancanarios, invitar a Fernando Clavijo a que dé la cara en el Cabildo ante todos los alcaldes grancanarios,  crear una comisión para preparar más acciones reivindicativas…

 Clavijo está pensando exclusivamente en sus intereses personales para mantenerse en el machito.  Con el criterio de la triple paridad a Gran Canaria le llegarán 148 euros por habitante mientras que a Fuerteventura 540 euros, a El Hierro 1.736 euros y a La Gomera 1.564 euros. La otra isla más perjudicada junto a Gran Canaria sería Tenerife que le correspondería 141 euros per cápita si se aplica el criterio de la triple paridad. Si el reparto se hiciera  como se había hecho hasta ahora, con los criterios del REF, el dinero por ciudadano sería: 294 euros per cápita para Fuerteventura, 583 euros para La Gomera, para El Hierro 935 euros y a las dos islas capitalinas les tocaría lo mismo: 216 euros para cada grancanario y 216 euros para cada tinerfeño. Con el criterio de la triple paridad las dos  islas  más beneficiadas,  con mucha diferencia respecto a las demás, serían El Hierro y después La Gomera, precisamente las dos islas que tienen diputados autonómicos que son imprescindibles para que Fernando Clavijo pueda tener el apoyo parlamentario suficiente para conservar la presidencia del Gobierno teniendo como pareja al PSOE (así es en el momento de escribir este artículo) o el Partido Popular (así podría ser en una o dos semanas). Puro clientelismo y compra de voluntades con dinero público.

Volvamos al cuento de Andersen. Los diseñadores que se presentaron ante el Emperador eran unos timadores, montaron unos telares sin tela. El Emperador cada vez les daba más dinero para las telas del nuevo vestido, pero estaba tan intrigado que mandó a su delegado a ver el trabajo. Llegó a la casa de los timadores y vio que no había tela. Pero pensó que si lo decía al Emperador podría sufrir represalias, porque se había extendido la idea de las telas mágicas que solo veían los inteligentes. Llegó el día del desfile, los falsos diseñadores fueron a palacio, desnudaron al rey y luego hicieron el paripé de que le colocaban un hermoso y bello vestido. El rey salió del palacio desnudo, pero el pueblo ya estaba avisado para echarle piropos  ( yo creo que en la versión del siglo XXI de este cuento sería el anuncio de la Lotería de Navidad). Así recorrió el rey las calles entre piropos del pueblo a su vestido. Tan solo un niño se atrevió a gritar: “el rey no lleva ropa”. Al principio el Emperador se ruborizó, pero su delegado le dijo: “no haga caso señor, es la voz de la inocencia”. Entonces el pueblo empezó a gritar: “el Mencey no lleva ropa, el Mencey está desnudo”.  Pero el rey levantó con orgullo la cabeza mientras su ministro-delegado iba detrás agarrando la cola del vestido que no existía. En la reunión en el Cabildo de Gran Canaria esta semana fueron varios los alcaldes que mostraron su deseo de salir a la calle para denunciar esta discriminación a las dos islas más pobladas, para  gritar que el Mencey que presume de pensar en Canarias es un emperador desnudo que solo provoca desunión y enfrentamiento entre las islas. Será un grito que el Mencey se ha ganado a pulso y que no podrá tapar por mucho que gaste en vestidos o propaganda y por muchos ministros-delegados que tenga a su lado diciéndole: “No haga caso, Mencey, es el grito de la inocencia”.