Portada Antonio Morales


Rencor endémico contra la ULPGC

El desprecio a la celebración del aniversario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria no es un hecho aislado y me preocupa y me alarma enormemente el silencio  cómplice que, ante este tipo de actuaciones, se produce en una parte de la sociedad grancanaria.

Hay instituciones y actuaciones que trascienden en el tiempo y transforman a una sociedad, son capaces de impulsar aspectos de la comunidad en la que se integran y, en ocasiones, surgen de una voluntad popular abrumadora y creciente.

El impacto de la puesta en marcha de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria constituye, junto a la Ley de Puertos Francos que puso fin al estrangulamiento de nuestro comercio, la construcción del Puerto de la Luz y Las Palmas que nos situó en el centro de las rutas marítimas mundiales o la Ley de Cabildos y la división provincial que nos facilitaron autogobierno y capacidad económica para planificar nuestro futuro, uno de esos grandes acontecimientos que identifican el progreso de Gran Canaria

Por ello, la conmemoración de la creación de nuestra Universidad es uno de los grandes y más “jóvenes” motivos de orgullo de la sociedad isleña y, también, de toda Canarias, porque se trata de un logro de y para toda la sociedad y especialmente para los 24.000 estudiantes de las ocho islas que actualmente acuden a sus aulas.

La celebración de su treinta aniversario es un acto solemne para la comunidad universitaria y también para el conjunto de la sociedad y sus instituciones. Su paraninfo acogió el pasado 26 de abril a todas las entidades y personas que durante estas tres décadas han levantado un proyecto que nació en la calle y que mantiene ese espíritu de rebeldía y de alegría por crear una universidad nueva, capaz de dar respuestas a una realidad compleja y diversa, propiciando el rápido crecimiento de las materias innovadoras. Pero los retos continúan. Las universidades canarias han de actuar ante un futuro vertiginoso en un presente cambiante y ese es el carácter que desde el Rectorado se ha dado a este aniversario.

Así fue la consecución de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, fruto de la mayor movilización de la historia de Gran Canaria. La sociedad insular  mostró su unanimidad hasta conseguir la aprobación de la Ley de 26 de abril de 1989 que la hizo posible. Un hito histórico que supuso un antes y después en el devenir del Archipiélago, en su apuesta por el conocimiento, la investigación y el desarrollo. Hoy miles de profesionales realizan su actividad por todo el planeta con la titulación de la institución isleña que les acredita para participar en todos los sectores de actividad. Esos millares de personas tituladas por la ULPGC han tenido más sencillo acceder a la formación universitaria que la población que tuvo que desplazarse hasta hace treinta años fuera de la isla para realizar su carrera. Estudiantes que nunca imaginaron que en Gran Canaria tendríamos cinco campus y centros universitarios repartidos por varios municipios, así como los campus de verano, siete institutos de investigación, parques científicos y convenios que nos abren las puertas a colaborar con otras universidades y entidades de varios continentes.

Por todo ello, sorprendió a todas las personas presentes la ausencia del presidente del Gobierno de Canarias, de la Consejera de Educación o algún alto cargo de la Consejería. Tan solo se encontraban en el paraninfo el Consejero de Obras Públicas y el Vicepresidente del Gobierno de Canarias, que se ausentó a mitad del acto y antes del discurso del rector, Rafael Robaina, lo que evidencia una absoluta desconsideración al conjunto de la sociedad y se convierte en una muestra del escaso aprecio a una institución tan relevante y querida como es la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Esta deserción es más dolorosa porque nos recuerda la posición contraria y opuesta a la creación de la Universidad que mantuvo permanentemente la formación política del presidente canario, plasmada en los votos contra las iniciativas y leyes para su creación. Creíamos que se había hecho autocrítica y reconocido la realidad de una institución académica plenamente integrada en la sociedad del archipiélago, pero se repiten los errores y se reviven los rencores de un sector que no representa al conjunto de la sociedad canaria. Ni la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ni la comunidad universitaria de las islas, ni los canarios y canarias en general, se merecen el desplante del Presidente y la Consejera de Educación. Es una vuelta a actitudes de un pasado de desunión y agravios que condenó a miles de jóvenes a no poder realizar los estudios que hubieran deseado, por una concepción de la enseñanza universitaria como un patrimonio exclusivo de una isla. Es un ejemplo del tipo de política basada en el resentimiento que todavía tenemos que combatir, porque crea discriminaciones entre la ciudadanía isleña que no podemos aceptar, sobre todo si viene de un presidente de Canarias.

El XXX aniversario de la creación de la ULPGC es la constatación de la necesidad y viabilidad de una institución académica de máximo nivel en esta provincia. Los agoreros y contrarios a esta demanda utilizaron durante décadas los argumentos de una universidad única, regional, para Canarias, con La Laguna como sede, al igual que sucedió con  la demanda de un Instituto de Segunda Enseñanza en la isla de Gran Canaria, cuya creación fue posible en 1916 gracias a la financiación del recién creado Cabildo Insular.

Lo cierto es que los enemigos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria hicieron gala de un carácter centralista contrario a los objetivos y deseos de gran parte de la población del Archipiélago, siguiendo los designios de determinados sectores insolidarios, atrapados en el resentimiento que produjo en ellos la aprobación de la Ley de Cabildos y la división provincial, ambos hechos acontecidos a comienzos del siglo XX. La isla de Tenerife conservaba su Universidad gracias precisamente a la ley de división provincial y no cejó en su lucha para frenar la demanda de la sociedad de la provincia oriental cuya población crecía y necesitaba una universidad.

En Gran Canaria, las instituciones y la sociedad civil venían movilizándose desde los años 50 reclamando una oferta universitaria acorde a la demanda y a las posibilidades de la población. La respuesta desde el rectorado lagunero fue la del boicot a la iniciativa del Cabildo de crear la Universidad Internacional Pérez Galdós. El Cabildo insistía en la demanda de crear facultades en Gran Canaria, contribuyendo con la construcción del Colegio Universitario de Las Palmas así como con el apoyo a las carreras técnicas y lo conseguía a cuenta gotas. La creación de la Universidad era imparable y aún así hubo quienes se opusieron por intereses contrarios a los de la mayoría de la sociedad canaria.

Una universidad es la garantía de madurez y juventud del lugar  donde se ubica y de sus habitantes. Su impacto se extiende más allá de la propia comunidad. Es innegable que en apenas 30 años nuestra Universidad se ha implantado con éxito en este archipiélago atlántico y no reconocerlo es un error. Actuar en contra de esta realidad es ir en contra de los intereses de toda la Comunidad.

Pero eso no cuenta para el insularismo irredento que hoy ha llevado hasta la máxima expresión Fernando Clavijo y Coalición Canaria. Desgraciadamente, este insularismo cuenta en Gran Canaria con aliados ligados a poderes mediáticos y empresariales más algunos políticos y partidos que hacen de muletilla para sus intereses en muchas ocasiones, cuando no se cambian directamente la chaqueta como sucede con José Miguel Bravo de Laguna y  Unidos por Gran Canaria.

Así hemos venido denunciando una y otra vez que Gran Canaria es la isla  del archipiélago que menos recibe en inversiones per cápita; que con la distribución de los fondos del FDCAN dejamos de percibir cada año más de 20 millones de euros; que Tenerife controla las áreas responsables del territorio, la economía y el turismo de Canarias al disponer del 60% de sus altos cargos, frente a un 28% de Gran Canaria; que su control absoluto sobre la ZEC y Proexca hace que la mayoría de los inversores, interesados en generar actividad económica en las islas, se queden en Tenerife; que desde el inicio de la crisis hasta aquí Gran Canaria ha recibido 3.000 millones menos de inversión que Tenerife; que nuestra Universidad recibe, al menos, 5 millones de euros menos cada año que la Universidad de La Laguna…

En fin, el desprecio a la celebración del aniversario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria no es un hecho aislado y me preocupa y me alarma enormemente el silencio  cómplice que, ante este tipo de actuaciones, se produce en una parte de la sociedad grancanaria.

RAZONES PARA EL OPTIMISMO

El pasado 26 de junio la Confederación Canaria de Empresarios presentó a la sociedad grancanaria su análisis sobre la evolución económica de Gran Canaria de 2007 a 2015. Nos hizo llegar, a través de su informe, que en ese periodo Gran Canaria había sufrido un retroceso económico frente a Tenerife y que el PIB de nuestra isla había crecido por debajo del de la isla del Teide.  Aunque como dijo Robert Kennedy “el PIB mide todo, menos lo que hace que la vida valga la pena”, la CCE constató una evolución a favor de Tenerife en esos años fundamentalmente por la Ley de Modernización Turística que impedía la construcción de hoteles de 4 estrellas en Gran Canaria. Pero hay más datos que hablan de desequilibrios y freno al desarrollo de Gran Canaria por parte de CC-ATI: la  propia CCE ha indicado también en otras ocasiones que, desde la crisis hasta ahora, el Gobierno de Canarias ha invertido más de tres mil millones de euros a favor de Tenerife y en detrimento de Gran Canaria. El Cabildo grancanario también ha demostrado que han creado una estructura político-administrativa desde el Gobierno de la Comunidad Autónoma para controlar el poder político y empresarial y perjudicar a esta isla.

El Círculo de Empresarios se reunió el  viernes 29 de junio con Fernando Clavijo y le trasladó su inquietud por la pérdida de pujanza de la economía de Gran Canaria, según un comunicado remitido por ese grupo de empresarios posteriormente. Afirman que le trasladaron al Presidente canario la necesidad de apoyar la Agenda Canaria y la bonificación del transporte del 75% para los residentes en las islas. Y también el que se activen los mecanismos que establece la Ley del Suelo para que se permitan los hoteles de 4 estrellas “porque lastra el crecimiento de Gran Canaria el que no se puedan construir”. Por cierto, les recuerdo que esa ha sido la táctica de CC-ATI para impedir el crecimiento turístico de Gran Canaria con respecto a Tenerife. En el comunicado del Círculo no se citó  al Cabildo en ningún momento,  como recogen todos los medios de comunicación, excepto, como no,  La Provincia. Este periódico, al servicio de CC-ATI, vuelve a manipular la información y miente, en su portada y en una página interior, aseverando que el Círculo atribuye esta situación al Cabildo. El Círculo no se refiere en ningún momento en su escrito al Cabildo de Gran Canaria, aunque tampoco le he escuchado desmentir a La Provincia. Se trata de otro ataque al Cabildo para servir a CC-ATI. Y al PP.  Otra mentira. Otra manipulación. Una estrategia desanimante. Una irresponsabilidad que podría generar incertidumbre, desconfianza y disuasión en los inversores.

Aunque no debe tener mucha credibilidad porque entidades como El Circo del Sol, la London School of Economics o Ánima Kitchen, entre otras han elegido Gran Canaria para instalarse.

La realidad es bien tozuda. Y clarificadora. Desde 2015 para acá, una vez perdidas las elecciones por el PP y José Miguel Bravo de Laguna y coincidiendo con el nuevo Gobierno progresista del Cabildo, los indicadores económicos son todos positivos para Gran Canaria. Y además no hemos frenado ningún proyecto de inversión privada en la Isla. Ninguno. En realidad tanto el Circulo como la CCE de empresarios suelen lanzar este mensaje de vez en cuando. Falsamente. No citan ningún proyecto concreto. Curiosamente, es un empresario del Círculo y la CCE el que se opone al tren para vender más coches; son varios empresarios los que se oponen al Siam Park, con la ayudita del ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana; es un empresario del Círculo y la CCE el que se  opuso inicialmente a la remodelación del hotel Oasis; no es el Cabildo el que se opone a que Lopesan realice inversiones por más de 1.000 millones en el Sur, pero curiosamente nunca se señala al que pone estas zancadillas.

En cualquier caso recibimos un legado sumamente negativo para Gran canaria en 2015 que ha ido evolucionando en sentido positivo. Muy positivo. Les voy a refrescar algunos datos. De 2015 hasta ahora la evolución de los presupuesto de este Cabildo de Gran Canaria ha sido especialmente significativa:

2015__________ 592.270.572  millones de euros.

2016__________ 635.351.289           “                      +     7´27 % ___ 43    millones más

2017__________ 701.991.107           “                + 10´49 % ______ 66´5 millones más

2018__________ 854.616.009           “                +  22 % _________ 152  millones más

De 2015 hasta hoy ha habido un aumento de más de 262.346.572 €. Y en 2017 ejecutamos el 87% de los presupuestos. Con mayor presupuesto ejecutamos un mayor gasto real. ¡Nunca en las últimas décadas el Cabildo ha tenido un gasto real como ahora!


Y hemos puesto en marcha un plan de inversiones como nunca se había realizado en la historia de esta institución insular. Como nunca en sus 106 años de historia. Estamos haciendo real y efectivo el Plan Transforma Gran Canaria, una propuesta de inversiones de 456 millones de euros que puede superar los 500 millones en los próximos meses. Y lo estamos desarrollando con rotundidad y firmeza a pesar de la escasez de medios humanos debido a los recortes y limitaciones del PP.  2017 ha sido el año con más ingresos y con más gastos del Cabildo en su historia. Los ingresos han aumentado considerablemente y salvo en 2013 nunca ha habido un nivel de ejecución de inversiones – un 68% – como en el ejercicio de 2017. Son inversiones para transformar Gran Canaria; para dinamizar la economía pública y privada; para mejorar las condiciones sociales y el empleo; para diseñar un futuro sostenible apoyado en una economía diversificada.

Tenemos claro el modelo de isla por el que queremos transitar: modelo, proyecto, recursos, complicidad social, participación institucional, firmeza ante las agresiones… Gran Canaria es la isla que más recauda; la que más ingresa… (aunque nos oculten los datos). Pero hay más datos, muchos más datos positivos:

Los números del descenso de parados son especialmente significativos. En el último año descendió el paro en Canarias un 5,2%, pero en Gran Canaria bajó por encima de esta media regional hasta alcanzar un 6,8%. Nos sigue a continuación Fuerteventura con un 5,5%, Lanzarote con un 5,3% y, en cuarta posición y por debajo de media, Tenerife con un 3,8%, casi la mitad que Gran Canaria. Es un dato que se repite a lo largo de los últimos tres años: desde junio de 2015 a junio de 2018 se han creado más de diecinueve mil empleos en Gran Canaria, lo que supone un aumento del 18%, dos puntos por encima del 16%  de  media de Canarias y cuatro sobre Tenerife, que registró un 14%.

De los casi 40.000 empleos creados en Canarias en los últimos tres años, la mitad corresponde a Gran Canaria y el resto a las otras seis islas del archipiélago: de cada dos empleos creados en nuestras islas en ese periodo, uno corresponde a Gran Canaria.

Y  en el mismo periodo hemos crecido un 15% en el número de afiliados a la Seguridad Social  y un 7,82% en la cifra de empresas inscritas en el mismo organismo.

Y fíjense ahora en unos datos especialmente importantes que se refieren a la industria turística que aporta un 34% al PIB de las islas de manera directa y mucho más de manera indirecta. Con respecto a la evolución del número de turistas, en Gran Canaria aumenta en 996.319 turistas desde el primer trimestre de 2015 hasta aquí (un 27,74%) y en Tenerife en 979.708 (un 18,83%). Y con el gasto turístico realizado en destino el dato es especialmente significativo: aumenta en  Gran Canaria en 264,5 millones de euros (21,60%) frente a un aumento de 263,5 en Tenerife (un 15,44%).

Nuestro puerto dobla en facturación al de Santa Cruz de Tenerife; nuestro aeropuerto es el que recibe a más pasajeros… La diferencia es notoria. Todos, pero todos, los datos de 2015 hasta aquí son positivos. Se ha mejorado notoriamente. Con respecto a lo que nos dejó el Gobierno del PP y José Miguel Bravo de Laguna en el Cabildo que terminó en 2015, pero también con respecto a Tenerife al que tanto les gusta recurrir. Esta isla mejora en todos sus indicadores. El esfuerzo de la sociedad civil y el de este Cabildo y sus ayuntamientos está consiguiendo dar un vuelco a la situación económica que nos encontramos al llegar al Gobierno de la Isla. Pero no nos podemos confiar. No podemos reproducir los modelos caducos de los que han gobernado esta casa en más de un 80% del tiempo. Es tiempo de confianza, de proyectos estratégicos, de nueva economía, de desarrollo social, de diversificación de las propuestas, de no venderse por un puñado de votos.. De optimismo.

Y seguir avanzando. Lejos del pesimismo. Por eso en las próximas semanas volveremos a implementar el Plan Transforma Gran Canaria con una nueva propuesta de inversiones  de alrededor de cien millones de euros. Para seguir generando inversión, para seguir generando economía productiva, para avanzar en la equidad social y la igualdad. Y no renunciar a que Gran Canaria lidere para los próximos años la consecución de unos objetivos estratégicos imprescindibles para nuestro futuro, para el de Gran Canaria pero también para Canarias: reconstruir el marco institucional y refundar el pacto social para avanzar hacia una nacionalidad integrada y solidaria; modernizar y extender el Estado de Bienestar, la equidad y la justicia social, a lo que muchos ciudadanos canarios no han llegado o lo están perdiendo; transformar la economía para ganar en soberanía, competitividad y solidez; priorizar la sostenibilidad como estrategia de revalorización de nuestros valores ambientales, económicos y culturales; actualizar las relaciones con el Estado, reconociendo los derechos históricos y la condición singular de Canarias y  revitalizar y difundir los elementos culturales que nos identifican. En eso estamos trabajando, aunque a algunos les moleste.

De los casi 40.000 empleos creados en Canarias en los últimos tres años, la mitad corresponde a Gran Canaria y el resto a las otras seis islas del archipiélago

POR QUÉ NO FIRMÉ POR LA TRIPLE PARIDAD

El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio

El pasado día 5 de abril cinco cabildos insulares – en realidad eran seis, aunque el palmero se quiso salir de la foto, pero no de la propuesta- presentaron  un manifiesto en defensa de la triple paridad, del injusto sistema de representación actualmente existente. El Cabildo de Gran Canaria no fue invitado a esa firma y  como presidente lo agradezco porque realza nuestro compromiso por el cambio. En Gran Canaria no se soporta más una situación injusta que perjudica a cientos de miles de canarios por residir en algunas islas o por sentirse condenados a un sistema que perpetúa el Gobierno de unas siglas que no representan la voluntad mayoritaria. Estoy seguro de que no es problema exclusivo de Gran Canaria, afecta por igual a quienes queremos reglas justas para distribuir recursos, para orientar políticas sanitarias, educativas o de dependencia, para gestionar los medios públicos de comunicación. No estamos principalmente ante una reclamación territorial, sino afirmamos que con este sistema electoral se están imponiendo unas políticas conservadoras insularistas y clientelares frente a demandas más sociales y transformadoras.

 

No es fruto de la casualidad que no se invitara a ese acto al Cabildo de Gran Canaria. Es un paso más en esa política de aislamiento a un Cabildo, a una isla, a un gobierno insular progresista que ha defendido a ultranza que los recursos del extinto IGTE no se distribuyeran a través de la perversa fórmula de la triple paridad o que no se aprobara una Ley del Suelo en los términos diseñados por CC para liberalizar los usos del suelo rústico y protegido. Estamos en contra de todo esto y de los intentos de chantaje y extorsión de estos cabildos al Parlamento y a los parlamentarios de Canarias en distintas ocasiones. Cuando no se aceptan sus tesis se les presiona, se les ataca, se les llama traidores… Se ha convertido a la Fecai en muchas ocasiones en un instrumento para afianzar las políticas de ATI y CC, algo que siempre rechazaremos. Se hace incluso al margen de los órganos de representación de los cabildos. Algunos han hecho una política seguidista y lo que es más grave, sin importarle los intereses de los ciudadanos de sus isla con tal de mantener el chiringuito político insularista. Está concebido para eso en estos momentos. La defensa de la ciudadanía y los problemas de cada isla han quedado  relegados a un segundo plano.

El sentimiento democrático de los canarios y las canarias reclaman una modificación urgente del sistema electoral para garantizar que el Parlamento y el Gobierno de Canarias representen las posiciones políticas de las mayorías y de las minorías. Treinta y cinco años después de constituir nuestro primer Parlamento, la situación de desequilibrio en la representación de la ciudadanía en función de la isla donde reside, no puede mantenerse ni un minuto más. La triple paridad, concebida oficialmente para favorecer los equilibrios insulares, se ha convertido en un elemento de distorsión insoportable de la regla de oro de la democracia, una mujer y un hombre un voto del mismo valor, residan donde residan. El malestar y el descrédito de nuestro sistema electoral en la mayoría de la población, nos obliga a los demócratas a reaccionar para evitar el rechazo creciente de la mayoría de los votantes. Las minorías tienen que ser respetadas, pero no a costa de invalidar las propuestas mayoritarias. Lo que nació como modelo para unir a Canarias, hoy nos divide por la utilización partidista de la triple paridad. No hace falta sino comprobar que CC se ha quedado sola defendiéndola. Con la ASG de Casimiro Curbelo, claro.

La actual conformación del Parlamento y del Gobierno de Canarias constituye una anomalía que distorsiona gravemente la voluntad popular. Esta situación se ha repetido  durante la historia autonómica, especialmente después de la reforma electoral de 1996. Hoy, un diputado autonómico por Gran Canaria o Tenerife necesita 21.000 votos para alcanzar la representación. Por el contrario, para ser diputado en otras islas, bastan apenas  800 votos para conseguirlo. La paridad que nos exige la sociedad democrática es que todos los votos tengan el mismo valor.

En los últimos veinticuatro años el Gobierno Canario ha estado presidido siempre por Coalición Canaria, aunque en muchas ocasiones no haya tenido la mayoría de votos o la mayoría de escaños. Y esto ha ocurrido fundamentalmente como consecuencia de la ley electoral, aunque también por la incapacidad del resto de partidos para articular una saludable alternancia. Se ha convertido en norma que la Presidencia del Gobierno Canario no la ostente el partido más votado. Y lo que es más grave, la mayoría de gobierno tiene minoría de votos ciudadanos. La triple paridad es la menos paritaria de todas las fórmulas electorales. Hay paridad de factores que son profundamente injustos. Paridad de provincias, un artefacto administrativo. Paridad de capitales, resabio del siglo XIX. Paridad entre periféricas y centrales, consagrando una diferencia interesada. Paridad en todo, menos en la igualdad entre las personas. Creíamos que desde la declaración de los Derechos Humanos y la aprobación de las constituciones democráticas las personas constituirían el valor fundamental de la organización política. En Canarias estamos esperando.

El Cabildo de Gran Canaria tiene una posición institucional indiscutible y firme. Estamos en una lucha democrática que se parece mucho a las que hemos librado en nuestra historia por conseguir la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la defensa del desarrollo portuario o el equilibrio en las inversiones de los gobiernos canario o estatal. Sabemos que las exigencias justas terminan por alcanzarse y también que expresamos la opinión mayoritaria de la sociedad canaria. Gran Canaria no está sola, como no lo estuvo entonces. Es una exigencia de calidad democrática, yo diría de salud democrática. De profunda justicia. En la sociedad canaria hay una necesidad de cambio que se parece a la sustitución de un régimen. Las demandas de las personas paradas que no ven horizontes. El malestar de los jóvenes que necesitan oportunidades en nuestra tierra. El maltrato a las personas dependientes. La recuperación de una sanidad  y una educación públicas de calidad. Una gestión digna de la radio televisión pública. Una acción transparente de la administración autonómica, son exigencias políticas que requieren nuevo impulso, nuevas mayorías.

Es el momento de que todos los partidos digan lo mismo en todas las islas y que las instituciones hablemos claro para desenmascarar a quienes tienen un doble lenguaje. Es hora de valores democráticos frente a emboscadas interesadas. Estoy seguro que la sociedad canaria de las siete islas lo demanda y lo recompensará. Estamos llegando al momento decisivo para lograr de una vez por todas la ansiada reforma de nuestro sistema electoral. Después de 35 años, en los que solo se modificó para agravar aún más las injustas y desproporcionadas barreras de acceso, en concreto  en el año 96 y a través de una reforma del estatuto en el Congreso, justo lo que ahora CC crítica que hagamos otros. Ya ha finalizado la fase de comparecencias de expertos propuestos por los Grupos Parlamentarios, en la Comisión de estudio de reforma del sistema electoral creada en el Parlamento, nacida con bastantes dificultades porque Fernando Clavijo solo quería una mesa de trabajo. Solo fue posible por la insistencia de Nueva Canarias, junto a otros partidos políticos, de organizaciones cívicas como Demócratas por el Cambio, de la ciudadanía, e incluso de muchos medios de comunicación. Parece que, tras sucesivas prórrogas, definitivamente se acerca el momento de debate y aprobación de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, donde también de manera relevante, el sistema electoral canario puede abordar su transformación.

Es la hora de propuestas concretas. Ha quedado claro, tras la comparecencia de los expertos, la ineludible necesidad de la Reforma. Más del 80% de ellos han planteado esa necesidad a través de distintas fórmulas. Todos los partidos parlamentarios y extraparlamentarios, salvo CC, también lo demandan.  El Pacto por la Democracia, promovido por Demócratas por el Cambio y muchísimas organizaciones sociales y políticas,  lo reclama basándose en tres objetivos fundamentales: rebajar los topes, mejorar la proporcionalidad y que esté en vigor en 2019. Caben muchas posibilidades para el consenso. NC habla de una única barrera insular de acceso del 5% insular sin tope regional y de un incremento de diputados, hasta 75, distribuídos por asignación directa. Este incremento se distribuye por asignación directa: 1 a Fuerteventura, para corregir la circunstancia de que una isla con menos población como La Palma tenga más diputados (8) que otra con población superior, Fuerteventura, que tiene 7. Y los otros 14, directamente asignados a las dos islas (Gran Canaria y Tenerife) donde está identificada la brutal desproporción poblacional, dando 7 escaños adicionales a cada una. No olvidemos que en este momento Tenerife y Gran Canaria suman 1.735.000  habitantes y tiene 30 representantes y el resto de las 5 islas, con un población 360.000 otros 30. Pero, en fin, es una propuesta y caben otras muchas. Desde el diálogo y el consenso, sin duda, pero desde la firmeza y la justicia.

La foto de los presidentes de Cabildos firmando la continuidad de un sistema electoral  perverso es la foto del pasado, es la defensa de unos intereses de partido frente a una exigencia mayoritaria y progresista de la sociedad canaria. El Cabildo de Gran Canaria quiere estar con el nuevo tiempo que necesariamente tiene que abrirse. Quiere estar junto a todos los grancanarios que sintiéndose hermanos de los herreños, de los gomeros, de los majoreros, de los conejeros, de los palmeros, de los tinerfeños, comparten una nueva sociedad, en una Canarias solidaria por equilibrada. Gran Canaria ha liderado siempre el progreso para todos, a condición de rechazar las hegemonías de unos canarios sobre otros. En esas seguimos.

DEFENDER GRAN CANARIA

No le sentó bien a determinados poderes fácticos que la ciudadanía de Gran Canaria optara, en las últimas elecciones locales de 2015, por una mayoría progresista para el Cabildo de Gran Canaria

No le sentó bien a determinados poderes fácticos que la ciudadanía de Gran Canaria optara, en las últimas elecciones locales de 2015, por una mayoría progresista para el Cabildo de Gran Canaria. Se les pusieron los pelos como escarpias. Tocaron a rebato. Cerraron filas y planificaron una guerra de guerrillas contra el Gobierno insular, activados  por el miedo –real, sin duda- a la pérdida de control sobre las decisiones políticas.

 

La primera vez que la bicha asomó la cabeza fue en marzo de 2016. Apenas habían pasado unos meses desde que tomáramos posesión, pero el 12 de marzo de ese año el periódico La Provincia llevó a portada y a una página interior una información, apoyada en grandes titulares, en las que venía a decir que “Los empresarios ven un Cabildo parado y en riesgo de perpetuarse en la inacción”. Dejaban entrever que eran casi todos los empresarios del mundo. Que les preocupaba nuestra posición sobre la Ley del Suelo y sobre la distribución de los recursos del IGTE. Luego algunos de ellos, como los caracoles, dije en aquel momento, empezaron a asomar sus cuernitos al sol. Y terminaron más o menos por perdonarnos la vida. El Círculo de Empresarios y la CCE aparecieron en portada del mismo medio dos días después conminándonos a un mayor liderazgo económico y haciendo especial incidencia de nuevo en el IGTE, proyecto estrella de Fernando Clavijo al que terminarían apoyando en su propuesta de distribución de los recursos a través de la triple paridad, en contra de los intereses de Gran Canaria. Afirmaron que  no se referían al actual gobierno insular, que, en fin, solo se trataba de advertir que en los últimos diez años el Cabildo se había estancado… Pero nos mostraron el andar de la perrita. Y no me callé a la hora de manifestar que ese periódico había realizado una campaña de presión con algunos poderes económico-empresariales y el sector más ático de CC con los que se empezaba a vislumbrar una alianza de sangre. Eso fue hace un año.

Desde el tiempo transcurrido hasta el momento, el entreguismo de algunas organizaciones empresariales y cierta prensa grancanaria a ATI ha sido clamoroso. Hay que decirlo. Es obvio. Lo cuenta muy bien Manuel Mederos (http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=459390).

Pues bien, exactamente un año después –apenas llevamos un año y medio de mandato- la bicha vuelve a salir a la palestra. El pasado sábado un redactor de La Provincia me llama para anunciarme que preparan un reportaje sobre un informe del Círculo de Empresarios en el  que señalan que Gran Canaria se estanca y Tenerife nos supera. Quería conocer mi opinión y se la di, aún sin conocer exactamente cómo iba a ser el tratamiento de la información, aunque lo intuía. Luego me anuncian que yo no salgo dando mi versión hasta el lunes. No era bueno –percibo- que se contaminara la visión catastrofista que se pretendía dar. Efectivamente, la portada de ese diario el domingo nos trasladó, a cinco columnas, que “Tenerife supera a Gran Canaria”.  Ese mismo día el presidente del Círculo de Empresarios, Mario Romero, decía en una entrevista que “Gran Canaria tiene gran culpa de la ventaja de Tenerife”. Y habla de marañas administrativas, de la valentía de la Ley del Suelo, de lo contentos que están con Fernando Clavijo… Yo desconocía que la semana anterior La Opinión, el periódico del mismo grupo que La Provincia que se edita en Tenerife, había titulado, con el mismo formato, que “Gran Canaria admite que Tenerife tiene un mayor empuje económico”. Efectivamente, al día siguiente, lunes, salgo dando mi opinión en La Provincia pero esta vez a una sola columna en portada (el titular ese día es que “Urbanismo da vía libre a los huertos en las azoteas…”. La diferencia es notable). No recibo, ni siquiera, el mismo tratamiento que el alcalde de San Bartolomé, Marco Aurelio Pérez, que, a cinco columnas y de nuevo en portada, manifiesta al día siguiente, martes, que “El problema de este Cabildo es que entiende mal el desarrollo. En la calle Bravo Murillo hay alguien que aplica mal en Gran Canaria los criterios de sostenibilidad”. (Le pareció al periódico que esa frase era lo más destacado de su charla en un foro que había organizado en el Hotel Santa Catalina). ¡Marco Aurelio dando lecciones de sostenibilidad! Ya la había emprendido contra mí en enero de este año acusándome falsamente de paralizar las obras del Siam Park al que él aún no le ha dado la licencia. El miércoles se suma también el presidente de la CCE con el argumento de que uno de  los impedimentos para invertir en Gran Canaria es que el modelo de crecimiento del ayuntamiento de San Bartolomé es distinto al del Gobierno del Cabildo. Denme un ejemplo, por favor.

Y aunque en el editorial de La Provincia (De la hegemonía al letargo) se  afirma de pasada que todo lo que está sucediendo viene de atrás, que también el Gobierno canario tiene alguna responsabilidad con lo que está sucediendo en nuestra isla, la realidad es que todo apunta a un nuevo episodio de presión hacia el Gobierno insular a cuenta de la Ley del Suelo y a un intento de  desgaste de la mayoría de gobierno y de su presidente. Parece que la información va de otra cosa, pero no. Carlos Sosa lo analiza al detalle en Canarias Ahora: http://www.eldiario.es/canariasahora/topsecret/blues-insularismo_6_626847351.html.

Y no quieren darse cuenta, especialmente los empresarios que representan a organizaciones y que tienen el carné del PP, de que si las cosas vienen mal por la inacción del Cabildo, se debe a que el Partido Popular ha gobernado en esta institución en los últimos 20 años, el 80% del tiempo bajo  las presidencias de José Macías, María Eugenia Márquez, Soria y Bravo de Laguna, con el paréntesis de José Miguel Pérez. Que durante 20 años atrás no se han hecho las cosas bien y ahora sí que se están haciendo, tal y como apuntan los datos y ellos sostienen con la boca chica.  Y pasan de puntilla, claro, sobre el abandono del Estado para con estas islas durante los gobiernos del PP. Por cierto, no les he oído nunca denunciar este atropello.

Pero no salgo de mi asombro. Aunque en el reportaje de La Provincia se llega a afirmar que es ahora en Gran Canaria “cuando está empezando a recuperarse el pulso con la mejora de determinados indicadores que dibujan en el horizonte que el desigual crecimiento de los últimos años podrá corregirse en los próximos ejercicios”  (qué pena que no se les ocurriera llevar a la portada y a cinco columnas que la isla repunta la crisis con buen pie), la realidad es que el tono de la información y de las declaraciones de los responsables del Círculo es profundamente pesimista, desalentador, victimista, desmotivador para los inversores y generador de estigmas negativos para Gran Canaria y sus instituciones, frente a los guays de Tenerife. Hasta Carlos Alonso, el presidente del Cabildo de Tenerife, de la mano de El Día, saca pecho y anuncia que “está dispuesto a mostrar al Cabildo de Gran Canaria la clave del éxito del dinamismo de Tenerife tal y como reconoce el Círculo de Empresarios de Gran Canaria”. Ante una aparente llamada de atención sobre una situación enquistada se esconde un mensaje claro: desde el Cabildo no se está dando respuestas. Aquí no se puede hacer nada, todo son trabas y en Tenerife, no.  Y eso es totalmente incierto, como ellos mismos reconocen en el curso del reportaje. Lo que les gustaría realmente es que en Gran Canaria gobernara el PP y en Tenerife ATI y así repartirse el poder de las islas.

Y no es cierto que lo que afirman  esté basado en ningún informe como se nos intenta vender sino en un comentario anónimo –de poco más de medio folio- en el blog de esa organización que dice que en Tenerife ha crecido más el turismo debido al lastre político y a las trabas burocráticas en la isla redonda y a que la administración pública tinerfeña poco menos que se ha echado la isla a la espalda con más inversiones públicas. Que todo son facilidades, que por lo tanto así han conseguido tener más turistas que nosotros, más hoteles, más creación de empresas y más generación de riqueza y empleo. Y que, claro, ya con la Ley del Suelo será todo la repanocha. Y sobre ese medio folio se construye toda esa parafernalia que les estoy relatando. No hay nada como ponerles la zanahoria a unos con la Ley del Suelo que lo va a salvar todo, desde la liberalización sin control del territorio,  y a otro con la próxima adjudicación de los informativos de la tele canaria (apenas 210 millones en diez años) para alcanzar ese grado de fidelización y para conseguir enfrentar y dividir a los grancanarios…

Pero obvian lo más importante. Obvian y se callan que si Tenerife tiene más turistas, más camas y ha crecido más en empleo es porque ha sido la Ley Turística, aprobada por la CC que tanto defienden ahora, la que ha frenado el desarrollo turístico de Gran Canaria al impedir la construcción de hoteles de cuatro estrellas que es lo que demanda el empresariado, mientras se ha dado luz verde en Tenerife a la demanda de sus empresarios; que el Plan de Modernización  realizado por el Gobierno, de acuerdo con el ayuntamiento de San Bartolomé, lo han tumbado los tribunales por haberlo hecho incumpliendo la Ley (a lo mejor solo fue una equivocación); que el ayuntamiento, incapaz de realizar su Plan General, le trasladó las competencias al Gobierno canario que se ha mostrado también incapaz de realizarlo (igual lo han intentado, pero Lopesan afirma que esta negligencia le ha impedido invertir más de mil millones); que el Gobierno se mandató reordenar el sector del Oasis y después pasó olímpicamente; que muchas de las obras paradas en el sur se deben también a conflictos entre empresarios (en esto si tiene razón el Círculo); que el peso de las inversiones y la administración pública se ha trasladado hacia Tenerife (Proexca, captación de recursos, proveedores para todas la consejerías y organismos…); que Gran Canaria es la isla que más aporta y la que menos recibe sin que nunca sepamos los datos reales; que nuestra universidad recibe un trato presupuestario injusto; que en Tenerife se falsificaron censos poblacionales para recibir más fondos… No estoy en contra de que a Tenerife le vaya muy bien. Que le vaya muy bien a cada una de las islas. Pero no vale jugar con cartas marcadas.

Y obvian los datos favorables a Gran Canaria. Y que en el último año y medio la inmensa mayoría de los indicadores de progreso económico son claramente favorables a esta isla. Obvian –y son datos insulares y no provinciales como están diciendo- que Gran Canaria es la isla donde se ha producido un mayor aumento del número de turistas (5% de media superior a Tenerife); que el gasto turístico  y la estancia media es mayor en Gran Canaria; que la variación interanual de cruceros es de un 79,53% y la media de Canarias es del 53,42 %; que lideramos el proceso de renovación turística; que hemos facturado un 15% más de ingresos turísticos frente al año anterior;  que  tenemos casi un punto menos de hogares bajo el umbral de la pobreza;  que tenemos mejores índices de confianza empresarial, que los índices de crecimiento de la exportación de plátanos han aumentado en Gran Canaria en un 13,47% frente a un 4,39 en Tenerife; que tenemos un consumo energético mayor; que el aeropuerto de Gran Canaria mueve tres millones más de kilos de mercancías que los dos de Tenerife; que el Puerto de La Luz y de Las Palmas  es muy superior en cruceros, mercancías y contenedores a los tinerfeños; que los superamos en más de cinco mil matriculaciones de vehículos particulares; que en importación y en exportación nuestros datos son muy superiores; que el incremento de transacciones inmobiliarias ha sido casi seis puntos más altos aquí; que en vivienda libre los precios son mayores en esta isla…

Y cuando dice que el Cabildo de Tenerife ha hecho un mayor esfuerzo inversor que el de Gran Canaria, permítanme que haga las siguientes preguntas. ¿Más inversiones en qué? ¿En carreteras? ¿En polígonos industriales? ¿En desaladoras? ¿En depuradoras? ¿En renovables? ¿En desarrollo industrial? ¿En desarrollo comercial? ¿En desarrollo agroindustrial? ¿En desarrollo portuario? ¿En infraestructuras culturales, deportivas, sanitarias…?  Está meridianamente claro que eso no es así.

Llamo a la responsabilidad. Si en este último año y medio los indicadores económicos son buenos para Gran Canaria, no gastemos energía en enfrentamientos estériles. No mandemos mensajes negativos que puedan parar este crecimiento. No hagamos el juego a los que piensan que dividiéndonos lograrán frenarnos. Es la mayoría social la que debe velar porque esto no suceda. No podemos dejarlo en manos de algunos partidos políticos que solo buscan réditos partidistas o de interlocutores sociales que piensan antes en sus bolsillos y en sus intereses políticos que en el interés general. Sacar adelante a Gran Canaria debe estar por encima de intereses políticos o empresariales. Depende, insisto, de la gran mayoría social de esta isla nuestra. Es con ella con la que está el Cabildo, para defender Gran Canaria. Aunque resulte especialmente duro esquivar los embates que surgen de la propia isla.

EL DAÑO DEL INSULARISMO

Me inicié en la política canaria en Roque Aguayro y desde esa pequeña fuerza política hemos transformado Agüimes

El nacionalismo canario reconoce a la figura de Secundino Delgado como uno de sus fundadores. Secundino fue un hombre progresista que junto a José Cabrera Díaz (el fundador del Partido Nacionalista Canario) representan la primera etapa del nacionalismo canario vinculado a la emigración isleña en América. Después vino el Movimiento Canarias Libre a principios de los años 60 del siglo pasado. Con las primeras elecciones democráticas la Unión del Pueblo Canario se convirtió en la principal referencia institucional del nacionalismo de izquierdas. En todas esas etapas, el nacionalismo canario siempre ha defendido la unidad de las islas, frente al pleito insular promovido por las burguesías de las islas capitalinas que solo ha tenido éxito electoral y expresión institucional con la creación de la Agrupación Tinerfeña de Independientes por los náufragos de la Unión de Centro Democrático. ATI se federó a partidos insularistas que se crearon en otras islas y constituyeron la Agrupación de Independientes de Canarias, que nunca logró representación institucional importante en Gran Canaria.

En Gran Canaria siempre ha predominado el nacionalismo frente al insularismo. Además de la UPC, en algunos ayuntamientos como Agüimes, Santa Lucía, Telde o Valsequillo lograron las alcaldías grupos independientes que venían del movimiento vecinal o colectivos culturales que apostaban por el nacionalismo progresista, que  siempre ha defendido el autogobierno y la unidad de las islas. El 22 de junio de 1979 Roque Aguayro aprobó en el pleno del Ayuntamiento de Agüimes una moción solicitando la constitución de la Comunidad Autónoma Canaria por la vía del artículo 151 de la Constitución (a la que se acogieron Euskadi, Cataluña, Galicia y Andalucía), pero desde la UCD (los padres del PP y de ATI-AIC) impusieron la vía lenta del artículo 143. Me inicié en la política canaria en Roque Aguayro y desde esa pequeña fuerza política hemos transformado Agüimes, pero también hemos defendido un discurso para Canarias basado en postulados progresistas y en la defensa de la unidad de las islas.

 

Otros se definen ahora nacionalistas pero su trayectoria política es claramente insularista y pleitista. Nadie se puede definir nacionalista canario y defender la desigualdad y el enfrentamiento entre las islas. Además de las desigualdades sociales, en Canarias sufrimos una grave desigualdad política: nuestro sistema electoral. El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, José Ramón Montero, declaró hace unos días en el Diario de Avisos que el sistema electoral canario “es extravagante por su desigualdad extraordinaria en el valor del voto de ciudadanos que viven en islas diferentes”. Según Montero el sistema electoral canario “parece desnaturalizar por encima de lo tolerable el principio de igualdad de sufragio y rebasa los límites constitucionalmente admisibles”.

Los que se han beneficiado de este déficit democrático, Coalición Canaria, no van a cambiar un sistema que les beneficia. Y el colmo de esas políticas ultrainsularistas del todavía presidente Fernando Clavijo ha sido el intento de la aplicación de este sistema electoral a la propuesta de reparto de los fondos del antiguo IGTE (ahora llamados Fdcan) que ha provocado una crisis interna del Gobierno canario y una división sin precedentes en la Fecam y la Fecai, además de un enfrentamiento con las universidades, los sindicatos y casi todos los partidos políticos del arco parlamentario. El penúltimo esperpento lo vimos el pasado lunes en el Parlamento canario cuando varios presidentes de cabildos se atrevieron a reprocharle a los diputados autonómicos que hayan cumplido con su deber: presentar enmiendas a los presupuestos autonómicos. Los presidentes de cabildos, aliados con Fernando Clavijo y liderados por Casimiro Curbelo (que con un 4,45% de los votos se ha convertido en el político más influyente de toda la nacionalidad canaria), se saltaron el orden del día y desobedecieron a la presidenta del Parlamento. Un espectáculo que tenía como único objetivo defender el reparto de los fondos del Fdcan que se aprobaron por la mitad del Gobierno canario desoyendo a la mayoría de las organizaciones representadas en el Comité Asesor que había montado Clavijo para avalar sus criterios.

En una semana frenética de reuniones en Madrid y en Canarias, en las que se ha hablado de una posible moción de censura a Clavijo, con el PP convertido en el novio o novia de todas las bodas, el partido que ahora lidera Asier Antona se enmendó a sí mismo este jueves en el Parlamento y rompió el acuerdo que había votado con el PSOE y Nueva Canarias el pasado 9 de diciembre, cuando estos tres partidos enmendaron los presupuestos para destinar 90 millones del Fdcan a Sanidad, Educación y Servicios Sociales. A pesar de prodigarse en numerosos programas de radio y hacer declaraciones en los periódicos, Asier Antona no ha sabido explicar qué hay detrás de ese bandazo, por qué el PP vuelve a dar marcha atrás  y apoya junto a CC y al partido de Casimiro Curbelo que se reparta el 58% del Fdcan con los criterios del REF y el 42% con “criterios de doble insularidad y en base a la necesaria financiación de proyectos singulares”. ¿Quién decide esa singularidad? ¿Acaso la singularidad será que nuevamente tres cabildos y un ayuntamiento se llevarán más dinero del que han solicitado? ¿Será singularidad premiar a los 3 municipios grancanarios que se desmarcaron de los otros 18 municipios que rechazaron los criterios de la triple paridad?

Desde luego que premiar a algunos ayuntamientos financiando la construcción de dos aparcamientos y llamar a eso “fondo de desarrollo para diversificar la economía” es algo muy singular. Yo diría que es una actitud política singularmente clientelar. Y decir en el Parlamento, como dijo Clavijo esta semana, que “84 de los 88 ayuntamientos están de acuerdo en el reparto del Fdcan” es una singular mentira, que ignora a los 18 ayuntamientos grancanarios que se pronunciaron públicamente en contra en una reunión en el Cabildo de Gran Canaria. Pero ya estamos acostumbrados a que Fernando Clavijo ignore a las instituciones de esta isla.

 

El reparto del Fdcan promovido por Clavijo es solo la gota que colma el vaso en una legislatura marcada por los enfrentamientos institucionales promovidos desde la presidencia del Gobierno canario. El balance es tan desolador como dañino es el ultrainsularismo para nuestra tierra con propuestas como la Ley del Suelo hecha a espaldas de sus socios de gobierno y que pretende cargarse los órganos de control autonómico sobre nuestro territorio; una ley que entierra  la unanimidad política y social lograda con las Directrices del año 2003. O con una defensa a ultranza del gas con mensajes desde el Gobierno canario desaconsejando la inversión empresarial en Gran Canaria porque esta isla ha apostado por las renovables.

Pero toda esta situación podía haber tenido un resultado final positivo: Clavijo tiró tanto de la cuerda que casi la rompe. Por primera vez desde su nacimiento Coalición Canaria (la tercera fuerza política en apoyo electoral en Canarias y la sexta en Gran Canaria) podría pasar a la oposición. Es una situación política excepcional provocada por un presidente que según sus propios compañeros de partido ha hecho renacer al viejo insularismo de ATI y sus satélites. Nueva Canarias ha mostrado su posible apoyo a una moción de censura del PSOE y el PP para frenar el ultrainsularismo desbocado de Fernando Clavijo y Podemos reconoce esta situación excepcional y está dispuesto a  abstenerse. El Partido Popular se ha estado debatiendo entre el abrazo del oso que le ofrece Clavijo -al que acaban de dar un balón de oxígeno- con sus promesas de poltronas y la continuación de políticas clientelares o responder al deseo que cada vez expresan más sectores de la sociedad canaria y frenar el daño que están haciendo las políticas insularistas. El PSOE se mantiene en el limbo deshojando continuamente una margarita que ya no controlan… Solo Casimiro anda bailando en una pata sola. Nunca un presidente autonómico canario había logrado tanto consenso…en su contra.

EL MENCEY DESNUDO

Canarias no es un país normal y la majadería política y los intereses personales y cortoplacistas de dos políticos han provocado una crisis institucional entre las diferentes administraciones públicas canarias: el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos.

En tiempos pasados hubo un emperador muy preocupado por las apariencias, era tan aficionado a la ropa que gastaba todo su dinero en trajes nuevos. Cuando inspeccionaba a las tropas, cuando iba al teatro o cuando andaba de paseo, su único afán era mostrar sus vestidos nuevos. Se cambiaba a cada rato. Así como siempre se ha oído decir: “el Rey está en Palacio”, de  nuestro personaje se decía “el emperador está en el guardarropa”. El país donde reinaba nuestro emperador era turístico, lo visitaban muchos extranjeros. Un día llegaron dos pillos haciéndose pasar por grandes tejedores, eran capaces de fabricar los trajes más bellos del mundo. Pero además las telas tenían una extraordinaria virtud, porque eran invisibles para los que no desempeñaban bien sus cargos o carecían de inteligencia. Así empieza el cuento “El traje del nuevo Emperador” de Hans Christian Andersen, un cuento que se ha convertido en clásico y que fue publicado en 1837 y a nivel popular también se ha conocido con el título “El rey desnudo”. Volveremos al cuento al final de este artículo. Ahora tengo que pasar del cuento a las cuentas del IGTE (que también son otro cuento).

 

En un país normal esta semana deberíamos de estar hablando de los presupuestos para el próximo año que este martes pasaron el primer trámite parlamentario con el apoyo de los (todavía) socios del Gobierno canario. El debate debería ser en qué se van a gastar los 7.300 millones de euros recogidos en la Ley de Presupuestos para 2017. Pero Canarias no es un país normal y la majadería política y los intereses personales y cortoplacistas de dos políticos (Fernando Clavijo y Casimiro Curbelo) han provocado una crisis institucional entre las diferentes administraciones públicas canarias: el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos.

A prisa y corriendo el lunes por la mañana se convocó la llamada Comisión de Seguimiento del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) para aprobar el reparto de los 109 millones correspondientes a 2016. En esa comisión están los representantes del Gobierno canario (el propio presidente Fernando Clavijo y el consejero de la Presidencia Aarón Afonso), de los cabildos (FECAI), de los ayuntamientos (FECAM), de las dos patronales canarias, de los sindicatos UGT y CCOO y de las dos universidades canarias. Los sindicatos mostraron su desacuerdo porque no comparten que se dedique el 75% de los fondos a obras e infraestructuras, creen que debería ir más dinero a Empleo y políticas sociales. Las universidades canarias también votaron en contra porque consideran que los fondos para investigación son paupérrimos. El comisionado de la FECAM Óscar Hernández mostró su rechazo porque el criterio de reparto de la triple paridad para el 75% de los fondos perjudica a las dos islas capitalinas y por tanto a la mayoría de la población. El consejero de Presidencia se alió con las críticas que hicieron las universidades.  También Casimiro Curbelo por los cabildos criticó que no se haya dejado a las corporaciones insulares los fondos para empleo. En resumen, el presidente Fernando Clavijo solo encontró el apoyo explícito del presidente de la patronal tinerfeña y antiguo compañero de partido José Carlos Francisco. La reunión de la Comisión de Seguimiento fue un auténtico paripé porque sus miembros no habían tenido tiempo de estudiar los proyectos que les habían dado unos días antes. El reparto ya estaba hecho.

Después de esa reunión la división se trasladó al consejo de Gobierno presidido por Fernando Clavijo. Los cuatro consejeros del PSOE salieron de la reunión del gabinete para no apoyar el reparto de los fondos del Fdcan. Los socialistas insistieron en dejar aparcado el tema hasta lograr un consenso mayor, pero el presidente Clavijo impuso la postura que defiende hace más de un año a pesar de la nueva crisis que esto ha provocado en su ejecutivo (o quizá buscaba esa crisis porque no se atreve a destituir a los consejeros del PSOE y a firmar el pacto con el Partido Popular). Siguiendo con la crónica de lo ocurrido en un país un tanto extraño, al día siguiente, el martes,  hubo pleno en el Parlamento canario y Coalición Canaria y el PSOE que no fueron capaces de consensuar el reparto de 109 millones de euros, sí se pusieron de acuerdo para 7.300 millones. Unos presupuestos que rechazó frontalmente el Partido Popular. Sin embargo la noche anterior al pleno Fernando Clavijo había cenado con el presidente del PP, Asier Antona, y según contaba el periódico C7 en la comida hablaron de un posible cambio de pareja de Coalición Canaria, lo que provocaría que el PP entre a gobernar con los presupuestos que acaba de rechazar y que diseñó el PSOE con CC.

El presidente de esta Comunidad lleva una estrategia de aislamiento de Gran Canaria, como si los ciudadanos y ciudadanas de esta isla debieran ser castigados porque en el año 2015 situaron a Coalición Canaria fuera de la mayoría de las instituciones. Sin representación en el ayuntamiento de la principal ciudad de Canarias y con un solo consejero en el Cabildo, que en lugar de cumplir con su compromiso electoral de defender a Gran Canaria, actúa como el delegado de Clavijo en esta isla.

En la reunión que tuvimos el pasado martes en el Cabildo con los ayuntamientos de la isla mostramos nuestra más firme repulsa al reparto de los  dineros del antiguo IGTE pero decidimos firmar el convenio del Fdcan porque si no perdemos también los 125 millones asignados a Gran Canaria, un atraco si se tiene en cuenta la población de esta isla y sus niveles de desempleo. También decidimos encargar un estudio a los servicios jurídicos para recurrir ante los tribunales el reparto arbitrario. Creemos que la decisión del Gobierno no respeta ni siquiera el decreto aprobado por el ejecutivo de Clavijo. Se aprobó también la celebración de plenos extraordinarios en los ayuntamientos y en el Cabildo, convocar una reunión con los parlamentarios grancanarios, invitar a Fernando Clavijo a que dé la cara en el Cabildo ante todos los alcaldes grancanarios,  crear una comisión para preparar más acciones reivindicativas…

 Clavijo está pensando exclusivamente en sus intereses personales para mantenerse en el machito.  Con el criterio de la triple paridad a Gran Canaria le llegarán 148 euros por habitante mientras que a Fuerteventura 540 euros, a El Hierro 1.736 euros y a La Gomera 1.564 euros. La otra isla más perjudicada junto a Gran Canaria sería Tenerife que le correspondería 141 euros per cápita si se aplica el criterio de la triple paridad. Si el reparto se hiciera  como se había hecho hasta ahora, con los criterios del REF, el dinero por ciudadano sería: 294 euros per cápita para Fuerteventura, 583 euros para La Gomera, para El Hierro 935 euros y a las dos islas capitalinas les tocaría lo mismo: 216 euros para cada grancanario y 216 euros para cada tinerfeño. Con el criterio de la triple paridad las dos  islas  más beneficiadas,  con mucha diferencia respecto a las demás, serían El Hierro y después La Gomera, precisamente las dos islas que tienen diputados autonómicos que son imprescindibles para que Fernando Clavijo pueda tener el apoyo parlamentario suficiente para conservar la presidencia del Gobierno teniendo como pareja al PSOE (así es en el momento de escribir este artículo) o el Partido Popular (así podría ser en una o dos semanas). Puro clientelismo y compra de voluntades con dinero público.

Volvamos al cuento de Andersen. Los diseñadores que se presentaron ante el Emperador eran unos timadores, montaron unos telares sin tela. El Emperador cada vez les daba más dinero para las telas del nuevo vestido, pero estaba tan intrigado que mandó a su delegado a ver el trabajo. Llegó a la casa de los timadores y vio que no había tela. Pero pensó que si lo decía al Emperador podría sufrir represalias, porque se había extendido la idea de las telas mágicas que solo veían los inteligentes. Llegó el día del desfile, los falsos diseñadores fueron a palacio, desnudaron al rey y luego hicieron el paripé de que le colocaban un hermoso y bello vestido. El rey salió del palacio desnudo, pero el pueblo ya estaba avisado para echarle piropos  ( yo creo que en la versión del siglo XXI de este cuento sería el anuncio de la Lotería de Navidad). Así recorrió el rey las calles entre piropos del pueblo a su vestido. Tan solo un niño se atrevió a gritar: “el rey no lleva ropa”. Al principio el Emperador se ruborizó, pero su delegado le dijo: “no haga caso señor, es la voz de la inocencia”. Entonces el pueblo empezó a gritar: “el Mencey no lleva ropa, el Mencey está desnudo”.  Pero el rey levantó con orgullo la cabeza mientras su ministro-delegado iba detrás agarrando la cola del vestido que no existía. En la reunión en el Cabildo de Gran Canaria esta semana fueron varios los alcaldes que mostraron su deseo de salir a la calle para denunciar esta discriminación a las dos islas más pobladas, para  gritar que el Mencey que presume de pensar en Canarias es un emperador desnudo que solo provoca desunión y enfrentamiento entre las islas. Será un grito que el Mencey se ha ganado a pulso y que no podrá tapar por mucho que gaste en vestidos o propaganda y por muchos ministros-delegados que tenga a su lado diciéndole: “No haga caso, Mencey, es el grito de la inocencia”.