Portada Antonio Morales


Un futuro de diversificación económica

Uno de los objetivos prioritarios del gobierno progresista del Cabildo de Gran Canaria es la diversificación económica de la isla. Trabajamos en el desarrollo de nuevos sectores económicos que reduzcan la dependencia del turismo, que nos permitan transformar de manera sostenible y justa nuestro modelo de desarrollo y que nos hagan menos dependientes del exterior y, por lo tanto, más resistentes frente a futuras crisis en un contexto de mucha inestabilidad.

Por ese motivo, cuando el Gobierno de España abrió la convocatoria para presentar candidaturas que albergaran la sede de la futura Agencia Espacial Española (y el plan de desarrollo de la industria aeroespacial que lleva asociado), no lo dudamos ni un momento y elaboramos una sólida candidatura cimentada, entre otras cosas, en la existencia de un centro espacial en el sur de la isla que ha sido esencial para muchas misiones, en nuestro tejido empresarial, en profesionales formados, en nuestros centros universitarios, en nuestro  clima adecuado…

La determinación de otorgarle la sede a Sevilla ha sido una enorme decepción. El Gobierno tendrá que fundamentar muy bien la decisión o la recurriremos (ya hemos encargado un informe). La descentralización anunciada de las sedes de los organismos y agencias estatales no puede marginar a los territorios despoblados o a los insulares como el nuestro. Y es que la Agencia Aeroespacial suponía una oportunidad histórica de diversificación para la isla y teníamos una candidatura muy bien armada. Sevilla tiene una enorme experiencia aeronáutica, pero no espacial. Gran Canaria sí la tiene y más con el acoplamiento de servicios y centros que existen en Tenerife y Fuerteventura, que venían a enriquecer y diversificar la candidatura. Esperemos que nuestra condición de ultraperificidad no haya actuado como una condición disuasoria, porque sería inaceptable.  

Esta misma semana ha tenido lugar en Gran Canaria un evento de gran importancia que viene a poner de relieve nuestras potencialidades y las del archipiélago como foco de innovación. La isla fue la sede de la Conferencia Ministerial de Economía Digital de la OCDE 2022, con el lema “Impulsar la recuperación y el crecimiento económico a largo plazo construyendo un futuro digital fiable, sostenible e inclusivo”. Se reunieron en la isla los ministros y ministras encargados de la digitalización de todos los países de la OCDE (las principales economías del mundo). Una oportunidad extraordinaria para afianzar el papel de Gran Canaria en el ámbito digital. El miércoles yo mismo pude explicarles a los responsables políticos de los más de 50 países  presentes el trabajo de Gran Canaria en esta materia y las posibilidades de inversión que presenta la isla. También hubo un espacio para el encuentro con la Confederación Canaria de Empresarios. Sin duda esta cita ha supuesto una enorme oportunidad para proyectar los valores de nuestra isla y para atraer inversiones a Gran Canaria y Canarias, algo en lo que van de la mano las distintas administraciones y el sector empresarial.

La digitalización juega un papel clave en la sostenibilidad y en la descarbonización de la economía. Por ello en Gran Canaria estamos trabajando en este sentido con la iniciativa Smart Island (Isla Inteligente). Gran Canaria Smart Island está destinada a utilizar las herramientas digitales para la mejora de los servicios públicos (por ejemplo, el transporte), para modernizar la administración y hacerla más eficiente y cercana a la ciudadanía, así como para hacer frente a retos climáticos (como la prevención de incendios o la gestión del ciclo integral del agua) y para gestionar de manera más eficiente y sostenible nuestro turismo o las  infraestructuras públicas.

Las islas presentan un entorno ideal para la inversión en proyectos de estas características. Tenemos incentivos fiscales que cubren hasta un 75% de la inversión, la mayoría de las actividades gravadas al 4%,  diversos centros de I+D+i, mano de obra cualificada a través de nuestras dos universidades públicas y centros de formación profesional, así como muchos jóvenes que salieron a buscar oportunidades a la península y a otros países que estarían encantados de regresar si existieran oportunidades laborales interesantes.

En este sentido el Gobierno de España también está poniendo en marcha el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) de microelectrónica y semiconductores, que contempla 12.000 millones de euros en inversiones para reforzar la capacidad científica y generar un entorno industrial de diseño y fabricación de los que quizás sean los componentes tecnológicos más importantes de la actualidad. Canarias debe formar parte de las inversiones de ese plan ya que, como hemos dicho, contamos con incentivos fiscales, personal cualificado y centros de investigación. Pero es necesario desburocratizar y agilizar los procesos administrativos para la implementación de esta iniciativa.

Pero incluso más importante que todo lo anterior, insisto, es que nos lo creamos. Tenemos que confiar en que podemos construir una economía dinámica, moderna y diversificada que sea referencia en muchos sectores. El más evidente es el de las renovables. Podemos liderar y ser una referencia europea en esta materia. El avance de Gran Canaria, tanto en autoconsumo como en nuevas plantas de generación, está siendo espectacular y contamos con un proyecto estratégico e innovador que ya está en marcha como es el de Salto de Chira.

Podemos alcanzar un modelo 100% renovable a través del autoconsumo y un modelo distribuido basado en energía fotovoltaica, eólica y esperamos que geotérmica (llevamos años financiando investigaciones sobre su potencial y desarrollo en la isla). Pero en este proceso es imprescindible la eólica marina, que es lo que nos permitirá dar el salto definitivo. El Gobierno español tiene que terminar ya de ordenar los usos del litoral para esta materia y en general necesitamos más agilidad y menos burocracia en la tramitación de nuevas plantas. En medio de una emergencia climática y de un problema energético en toda Europa no podemos tardar años en autorizar nuevos proyectos.

En este punto también me gustaría hacer una reflexión, y es que necesitamos más implicación e inversión del capital canario en este sector. Empresas de la península y del resto de Europa están llevando a cabo inversiones que podrían haber sido hechas por empresas de aquí. Necesitamos un tejido empresarial canario más sólido y potente en esta materia, ya que no se trata solo de la instalación de estas plantas, sino de su mantenimiento, de la fabricación y/o reciclaje de sus componentes e incluso de la posibilidad de servir de plataforma logística para el despliegue renovable en África Occidental.

Pero hay otros sectores que nos permitirían generar empleo, riqueza y desarrollo sostenible al tiempo que reducimos nuestra huella ecológica y contribuimos a mitigar y a adaptarnos al cambio climático. Uno de ellos es la acuicultura. Hay inversiones muy potentes en ciernes en este sector aunque acaban, en muchos casos, teniendo serios encontronazos con el gobierno regional. La acuicultura, además de ser una alternativa para la alimentación en el futuro sin esquilmar nuestros mares, ofrece un campo de diversificación industrial que puede ser clave para nuestros astilleros. Es una de las patas fundamentales de la “economía azul” junto con la energía eólica marina, la energía undimotriz (de las olas) u otros sectores como el cultivo de algas, campo en el que somos una referencia internacional desaprovechada y que tiene un inmenso potencial en muchos ámbitos, como la alimentación, la medicina o la cosmética.

La agricultura también debe jugar un papel fundamental, ya que es una actividad que tiene un fuerte impacto en la reducción de CO2 (al reducir la importaciones de alimentos), además de ayudar a conservar y gestionar el paisaje, prevenir incendios y fijar la población en las zonas rurales. Tenemos el reto de reconvertir la agricultura industrial (como el tomate) con la introducción de nuevos cultivos más tecnificados y con mayor mercado (como frutas tropicales o algas).

No podemos olvidarnos de la movilidad sostenible, que no solo es uno de los sectores clave para la descarbonización (el transporte es uno de los principales consumidores de combustibles fósiles y responsable de las emisiones) sino también uno de los retos de Gran Canaria. El proceso de transformación del modelo de movilidad es complejo, pero sin duda en la isla contamos con un proyecto que es el eje de este cambio: el tren de Gran Canaria. El tren conectaría el principal eje poblacional de la isla (Las Palmas de Gran Canaria, el Aeropuerto y el Sur), la mayor parte de su recorrido es soterrado (lo que reduce considerablemente su impacto) y estaría alimentado por energía eólica y/o hidrógeno verde. Además, al funcionar también en fines de semana y festivos y durante todo el día, en las horas valle podría utilizar la energía renovable sobrante en el sistema, actuando de manera complementaria a Salto de Chira y contribuyendo a integrar más energía renovable.

Son solo algunos ejemplos –la economía circular y su inmenso campo de posibilidades no puede quedarse al margen-  de los principales sectores que deben contribuir a transformar nuestro modelo y  proyectar la economía canaria para el siglo XXI. Pero ninguno de estos proyectos será posible sin lo más importante: la implicación de la ciudadanía. Necesitamos creernos que es posible, huir del pesimismo y del “no” a todo, y contar con la totalidad de la enorme inteligencia colectiva que existe en nuestra sociedad, tanto organizaciones ciudadanas como el sector empresarial y los nuevos emprendedores. Porque estoy seguro de que podemos ponernos de acuerdo para construir entre todos y todas un futuro diversificado.

El INFECAR del futuro

La semana pasada presentamos el Plan Maestro de INFECAR, un proyecto  de reordenación del espacio físico y de los usos del recinto ferial más importante de Gran Canaria. Lejos de ser una simple modificación urbanística, el plan es un ambicioso programa de transformación sostenible de las instalaciones y de regeneración del espacio urbano colindante. Constituye un ejemplo perfecto de cómo podemos combinar desarrollo económico e inversión de manera sostenible, al tiempo que adecuamos nuestras ciudades para mitigar y adaptarnos al cambio climático, generando a su vez nuevos espacios para la ciudadanía. 

En los últimos años INFECAR ha recuperado el dinamismo que tuvo en su fundación en los años 60 y es en la actualidad en uno de los principales polos de dinamización económica y cultural de la ciudad y de la isla. Cumple una serie de funciones transcendentales, como la de ser la sede de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria, del Centro Demostrador de las Tecnologías de la Información y la Comunicación para la Innovación Turística (CDTIC), del INCUBE -una incubadora de empresas que provengan de programas de emprendimiento de la SPEGC y de la ULPGC-, del Consejo Insular de la Energía, de la institución ferial propiamente dicha o de los platós de cine y televisión que inauguraremos en breve, por poner algunos ejemplos.

La realidad potenciada del espacio y sus posibilidades extraordinarias de futuro nos obligan a reordenar el lugar de tal manera que se convierta en un recinto ferial del siglo XXI: multifuncional, sostenible, adaptado a su entorno y en el que todos los usos estén debidamente integrados. El encargado de elaborar este plan han sido LPA Studio, que comandado por su director y fundador, Juan Palop, es una referencia indiscutible en el urbanismo regenerativo.

Para diseñar el plan se ha contado, desde el mismo inicio de los trabajos, con un ambicioso e intenso proceso de consulta y participación ciudadana. Se han mantenido sesiones de trabajo con la comunidad local (barrios y comunidad educativa), personal del recinto, proveedores, usuarios, el sector de ferias y congresos y las distintas instituciones, a nivel insular y municipal, tanto con el grupo de gobierno como con la oposición. Este proceso sigue abierto, pero la información aportada hasta el momento ha sido decisiva a la hora de tomar decisiones.

El plan incluye cuatro estrategias para la reordenación de espacio. La primera es el acceso y salida del recinto. La solución actual de acceso por el norte podía tener sentido hace cincuenta años, pero ya no funciona. En el contexto actual se han construido los barrios, el espacio  ha crecido y también los tráficos de acceso y salida que incluyen a los visitantes, los usuarios y la logística y mantenimiento en general. Por ello se propone una solución alternativa diferenciando entre la entrada de visitantes, de proveedores y de logística y personal.

En segundo lugar se ha tenido en cuenta la necesidad de contar con pabellones multifuncionales. Hoy en día la gestión sostenible y competitiva de los recintos feriales impone que se pueda responder a los requerimientos propios de cada actividad. Obliga así a diseñar pabellones que pueden tener diferentes usos y que a su vez sean muy eficientes en el proceso de montaje y desmontaje de eventos. En tercer lugar se apuesta decididamente por el espacio libre con una plaza-parque central que hace las funciones de galería de comunicación en los recintos convencionales. Está  diseñada como un parque equipado con abundancia de zonas ajardinadas y arbolado.

Por último, la planificación y el diseño del conjunto se han resuelto aplicando estándares internacionales  homologados de sostenibilidad. El aprovechamiento de la certificación del Plan Maestro puede ser una oportunidad para revertir algunas de las disfunciones y carencias de las  actuales instalaciones, a la vez que sirve para reposicionarlo en el mercado de ferias y eventos, siendo la referencia en este aspecto en toda España.

La propuesta resultante no solo supone contar con un recinto ferial del máximo nivel que duplica los metros cuadrados de sus pabellones, sino que además supone una transformación del espacio urbano en el que se encuentra. Hasta ahora INFECAR había actuado como una especie de barrera urbanística entre los barrios de La Feria y Los Tarahales, además de generar algunas molestias a los vecinos y vecinas como la saturación del tráfico en el caso de los eventos de más afluencia. La nueva ordenación recupera la idea de anillo verde e incorpora paseos que conectan los distintos niveles hasta alcanzar la cota de la plaza-parque y los pabellones e  incluye, además, un paseo peatonal que conecta el Barrio Atlántico y La Paterna. Es decir, el recinto pasará de ser barrera a ser puente.

Siguiendo los principios del urbanismo regenerativo, el nuevo espacio no solo se adapta a las necesidades logísticas sino que va a contribuir a la mejora del entorno social, medioambiental, urbanístico y económico de la parte alta de la ciudad. Además del paseo longitudinal que atravesará el lugar y conectará a los cerca de treinta mil vecinos del Barrio del Atlántico y La Paterna-Los Tarahales, las plataformas de aparcamiento han sido diseñadas para poder ser utilizadas, cuando no hay actividad ferial, como canchas de deporte y zonas lúdicas. La ordenación también incluye la provisión de nuevos espacios de estancia en la zona de borde del recinto y una zona social destinada a jóvenes.

En el aspecto medioambiental, se incluyen soluciones innovadoras basadas en la naturaleza, en línea con la idea de ecoísla que desarrolla y defiende el Cabildo de Gran Canaria. Se ha propuesto una ordenación urbanística cero-carbono en la que este espacio, lejos de emitir CO2 y gases contaminantes servirá, por el contrario, de infraestructura para la captación de CO2. Más que emitir poco, se apuesta por captar y contribuir a regenerar la atmósfera.

Se ha previsto una estrategia de ciclo de vida de toda la actuación que incluye el uso de materiales de baja huella ecológica y de sistemas constructivos fácilmente desmontables que permitan su reutilización. En línea también con las políticas de economía circular, se incorpora una estrategia del agua que incluye el funcionamiento del conjunto como una ‘esponja’ que capta, filtra y almacena el agua de lluvia.

La gestión sostenible de agua, crítica en un territorio árido, se completa con la incorporación de un sistema de biodepuración que recicla las aguas negras y grises producidas por  los usuarios habituales y las más de cinco mil visitas previstas un día de feria. Se puede decir que cada visitante regará (literalmente) el anillo verde cuando utilice los aseos.

El plan contempla una superficie de cerca de 16.000 m2 de paneles solares, localizados en las cubiertas de los pabellones y edificios. Está previsto producir el doble de energía renovable de la necesaria para hacer funcionar el conjunto ferial y de desarrollo económico. Esto abre una oportunidad para poder compartir la energía excedente con las comunidades vecinas en forma de comunidad energética o cualquier otra modalidad que resulte viable.

Además, este plan ya ha comenzado a ejecutarse con un nuevo Pabellón 7, que costará 27 millones de euros y  que pasa de tener una capacidad en planta de 2.500 m2, aproximadamente, a 8.500 m2, incluyendo un espacio para reuniones y congresos que complemente y amplíe la capacidad del actual Palacio de Congresos Gran Canaria, además de una dotación de espacios de reuniones y oficinas en las plantas superiores. El proyecto se ha diseñado siguiendo los estándares del certificado de construcción sostenible BREEAM, el más exigente y avanzado que existe a nivel internacional.

Como pueden comprobar, el futuro recinto ferial es un ejemplo perfecto de cómo la inversión pública y la dinamización económica pueden y deben ir de la mano de la sostenibilidad ambiental, de la participación ciudadana y de la regeneración de espacios urbanos, ofreciendo nuevas infraestructuras y servicios a la ciudadanía y ayudándonos a mitigar y a adaptarnos al cambio climático. Un ejemplo de la ecoísla que estamos impulsando.

Los presupuestos más sociales e inversores

El pasado jueves 1 de diciembre aprobamos en el pleno del Cabildo de Gran Canaria el presupuesto de la institución para el año 2023. Son los cuartos y últimos presupuestos del actual mandato y del gobierno progresista conformado por Nueva Canarias, PSOE y Sí Podemos Canarias. Los presupuestos suponen la decisión más importante de un gobierno. En ellos se plasman sus prioridades y las herramientas fundamentales para la gestión. Y en este caso nos encontramos con el presupuesto más social y de mayor inversión de la historia de Gran Canaria.

Estas cuentas que acabamos de aprobar nacen, al igual que  el año pasado, en una situación muy difícil: a lomos de una crisis sanitaria que ha derivado en una crisis social y económica de enorme alcance y de una contienda bélica que, a su vez,  ha provocado una crisis energética sin precedentes y el aumento de una inflación que puede ser la antesala de una recesión. Asumimos, por tanto, siendo conscientes de nuestro papel y del liderazgo que nos corresponde, el reto de hacer frente a un escenario muy complejo, el más grave en los últimos 80 años en Canarias.

Reiteramos el compromiso político de afrontar con firmeza el desafío de dar respuestas, como Gobierno de la isla, a tres retos fundamentales para combatir los efectos de esta dura realidad en Gran Canaria: reforzar los servicios públicos destinados a mayores, menores, discapacidad y los servicios esenciales de competencia insular; atender a los más vulnerables, a los que peor lo están pasando, haciendo frente al desempleo, la pobreza, la exclusión social, la violencia de género y la desigualdad, cuyos indicadores se han agravado durante la pandemia; reactivar la economía insular sin perder de vista nuestro modelo de desarrollo ecosocial sostenible y diversificado y, por último, impulsar la mejora de las infraestructuras públicas y los equipamientos necesarios para garantizar la calidad de vida de los hombres y mujeres de Gran Canaria.

Y lo tenemos que hacer necesariamente apoyándonos en todos los instrumentos y las  áreas de Gobierno ligadas a políticas públicas en materia cultural, social, deportiva, de vivienda, de igualdad, de transparencia, de solidaridad, de empleo, de participación ciudadana, de patrimonio histórico, de medio ambiente o del modelo insular de mitigación y adaptación al cambio climático. Apostando por la soberanía energética, la soberanía alimentaria, la movilidad sostenible, la seguridad hídrica, el turismo diversificado y sostenible, las economías verde, azul y circular, la reforestación del territorio, la innovación, la modernización y la digitalización que nos hará avanzar hacia una isla inteligente.

En total, en 2023 contaremos con algo más de 847 millones de euros, lo que supone un incremento de 68,5 millones de euros, un 8,78% más con respecto a 2022. No obstante si tenemos en cuenta otras partidas que el Cabildo administra, como es el Bloque de Financiación Canario, el IGTE y el FDCAN de los ayuntamientos, el total de dinero que la administración pública insular va a gestionar asciende a 1.012 millones de euros, lo que nos convierte en el principal agente económico de Gran Canaria.

Sin duda, en este contexto han de tener una especial importancia las políticas sociales. Los recursos destinados a este fin alcanzan una cifra de 251 millones de euros, el mayor esfuerzo en políticas sociales de nuestra historia. Este apartado supone un 29,65% del presupuesto, casi 9 millones de euros más que en el anterior.

Las partidas de carácter económico ascienden a 271 millones de euros, el 32,01% del total y 31.235.907 euros más que en 2022. Otro aspecto fundamental de estas cuentas públicas es el apartado de inversiones, que en este caso alcanza la cifra de 183 millones, un 21,70% del total y 24 millones más que en 2022.  En definitiva, las partidas dedicadas al desarrollo económico y a políticas sociales suponen un 61,67 % del presupuesto y un total de  522 millones de euros, casi dos tercios del presupuesto.

Estas cuentas nos van a permitir seguir avanzando en el Plan Transforma que hace posible que se estén ejecutando en Gran Canaria más de 1.500 millones de euros en inversiones. Tal y como se recoge en los datos estadísticos oficiales, es el Cabildo -con los ayuntamientos y aquí también nuestro papel es fundamental, financiando gran parte de sus inversiones- la administración que está sosteniendo la obra pública en Gran Canaria.

Gracias a ello podremos dar continuidad a las inversiones en carreteras, áreas comerciales e industriales, políticas públicas de vivienda, renovación de las infraestructuras turísticas, mejoras de la movilidad y redes viarias, planes de cooperación, desaladoras, depuradoras, emisarios y otras infraestructuras hidráulicas, renovables, isla inteligente, centros sociosanitarios, Museo de Bellas Artes, centro de producción audiovisual para la animación, platós, centro de dinamización empresarial en el Puerto de Las Palmas, edificio del Cabildo, Patrimonio Mundial y Reserva de la Biosfera, parques arqueológicos y patrimonio histórico, empleo, reforestación, regeneración del paisaje, la Cumbre Vive, ecoparques, nuevo edificio de Infecar, agricultura y ganadería, puerto de Taliarte, modernización de la administración…

En esta isla contamos con fortalezas que nos permiten abrir ventanas a la esperanza. La fortaleza de este Cabildo, con proyectos claros, con decisiones ágiles y con un Gobierno cohesionado, es un factor importante para acompañar a los datos esperanzadores que se vislumbran para los próximos meses, a pesar de las incertidumbres económicas que atenazan al Viejo Continente, en realidad, a todo el planeta.

Y es que no nos podemos olvidar de que el Cabildo tiene al servicio de Gran Canaria la más amplia red de instalaciones sociosanitarias, culturales y deportivas, así como servicios de agricultura, medio ambiente, patrimonio histórico, residuos, agua, suelo industrial y natural, carreteras, puertos, promoción económica y turismo… Con la acción del Gobierno insular se consolidan nuevas líneas para la diversificación económica como Gran Canaria Gran Plató de Cine, Gran Canaria Feria del Atlántico, Isla Inteligente y a la vez nos situamos en la media europea de asistencia sociosanitaria o energía limpia.

Pese a las crisis, ya estamos empezando a notar el alcance del cambio que este mandato ha puesto en marcha: la transformación de Gran Canaria en sus sectores estratégicos, la consolidación de una sociedad del bienestar y la atención sociosanitaria y la sostenibilidad con el cambio de modelo energético, hídrico y alimentario.