Portada Antonio Morales


Propuestas para la próxima generación

La crisis sanitaria, social y económica que estamos sufriendo está dañando profundamente al conjunto de la ciudadanía. Los responsables públicos tenemos que concentrarnos en ayudar, acompañar, socorrer y propiciar alternativas para  quienes están en una situación límite por razones de salud o de la inactividad económica. También tenemos que dinamizar la economía para que las pequeñas, medianas y grandes empresas mantengan el empleo y contribuyan a la normalización. No hay tiempo que perder.

Tenemos que volcarnos en lo inmediato porque vivimos una tragedia con todas las letras y al mismo tiempo proyectar, invertir y transformar para abrir las puertas a un nuevo tiempo que  ya no será como el que dejamos antes de la pandemia. Lo prioritario es reducir la pobreza, el paro, la exclusión social y la enfermedad, pero la solución a esta urgencia debemos abordarla respondiendo a las carencias estructurales que padecemos en relación con la emergencia climática, la digitalización de nuestra sociedad, la extensión del sector primario, el desarrollo de la economía azul y verde o la potenciación de la isla de los cuidados y de los servicios públicos.

Es en este contexto en el que la Unión Europea ha puesto en marcha la iniciativa “Next Generation” (Próxima Generación) que representa un incentivo económico temporal, dotado con 750.000 millones de euros, cuyo objetivo es reparar los daños económicos y sociales causados por el COVID avanzando hacia una sociedad más digitalizada, sostenible e innovadora. A su vez esto forma parte del “Plan de Recuperación para Europa” que es el mayor paquete de estímulo jamás financiado por las instituciones comunitarias y que cuenta con 1,8 billones de euros.

En España y en  Canarias esos fondos están gestionados por el Ministerio de Transición Ecológica y la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias a través del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia y el Plan Reactiva Canarias, que son ante los que hay que presentar las propuestas para el reparto de los 150.000 millones de euros que recibirá España, aunque solo 81.000 millones van a ser ayudas directas, siendo el resto préstamos.

Canarias se ha visto afectada por esta crisis en mayor proporción que otros territorios por partir de peores condiciones y por ser muy dependiente del turismo, uno de los sectores más afectados debido a las restricciones a la movilidad. Por ello es vital para las islas y para Gran Canaria aprovechar esta oportunidad histórica para sentar las bases de la transformación de nuestro modelo de desarrollo, dando un salto hacia la sostenibilidad, diversificando nuestra economía y creando empleo de calidad.

La buena noticia es que la filosofía con la que la UE ha diseñado estos fondos está en total consonancia con el proyecto de ecoísla que estamos implementando desde 2015 en el Cabildo de Gran Canaria. Así, gracias a un intenso trabajo del Gobierno insular, hemos sido capaces de presentar 473 proyectos para captar 1.285 millones de euros, que, sin duda, supondrán un antes y un después para la isla de Gran Canaria y para el bienestar de sus habitantes.

En primer lugar, destacan los proyectos destinados al fomento de las energías renovables, no solo para cambiar las energías fósiles por limpias, sino para avanzar hacia un modelo distribuido y democrático en el que la ciudadanía tenga un mayor control sobre la generación de su electricidad. En este sentido sobresalen las “comunidades energéticas” que permiten a un colectivo producir su propia energía de manera cooperativa y cerca de donde se va a consumir.

Queremos poner en marcha las primeras comunidades energéticas industriales de España en colaboración con el Instituto Tecnológico de Canarias. Serían 11 y estarían situadas en los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Gáldar y Agüimes, por 35 megavatios de potencia. Además queremos poner en marcha comunidades de agrovoltaica por 20 megavatios y 21 proyectos de Comunidades Energéticas Locales por 43,25 megavatios con el fin de distribuir energía entre los propios vecinos de los barrios en los que se sitúen.

En segundo lugar, vamos a seguir ampliando la Red de Generación Renovable del Cabildo de  Gran Canaria con 61 proyectos, 22 de marquesinas fotovoltaicas en el Jardín Canario, el Polígono Industrial de Arinaga, Playa del Inglés, San Agustín, Puerto Rico, el Puerto de Mogán o el Centro de Mayores de Taliarte entre otros. Además habrá otras 39  instalaciones fotovoltaicas fuera de marquesinas a las que se sumarían 7 instalaciones eólicas.

La tercera pata de los proyectos de transición energética serían los puntos de recargas para coches eléctricos. Hemos solicitado fondos destinados a la instalación de 750 puntos de recarga para vehículos eléctricos dentro de la Red Insular, con el objetivo de  situarlos en instalaciones del Cabildo, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en la vía pública para aquellos vehículos que aparquen en la calle. A esta propuesta se suma también la de incrementar en cincuenta unidades la flota de vehículos eléctricos del Cabildo. Para cerrar el bloque energético queremos generar producción de hidrógeno verde, una central de energía de las olas en Taliarte y el desarrollo de invernaderos sostenibles e inteligentes, además  de un cable submarino que mejore la capacidad de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN).

Por supuesto el turismo no puede quedarse fuera de este plan de recuperación, por lo que hemos diseñado un Plan de Sostenibilidad Turística.

Para la promoción del producto de proximidad hemos presentado un programa de certificación de productos de km0. Asimismo, queremos implantar un plan que permita compensar de forma voluntaria las emisiones de los vuelos en avión mediante reforestación, lo que sería un gran atractivo para los turistas con más conciencia social. Por último dotaremos de plantas fotovoltaicas a los espacios públicos turísticos.

Otra de las apuestas es convertir a Gran Canaria en un laboratorio mundial de turismo circular, con el proyecto CirTourLab. Con 21 socios de 10 países el proyecto se centra en la gestión del agua, la energía y los residuos de la planta alojativa turística, reduciendo en un 25% las emisiones de CO2 asociadas a estos establecimientos y en un 40% el uso de agua. También pretendemos convertir los residuos orgánicos de los hoteles en energía y mejorar el reciclaje.

Se presentaron, igualmente, distintos proyectos para la gestión sostenible del agua con parques eólicos asociados a los complejos de desalación de La Aldea, Bocabarranco, Roque Prieto y en la EDAR de Jinámar y propuestas de mejora e innovación tecnológica para la depuración de aguas, emisarios submarinos y redes de distribución de aguas. Y también para la recuperación de las zonas afectadas por los incendios y la mejora del tratamiento de los residuos.

Al ser uno de los territorios del mundo más afectados por los efectos del cambio climático, estamos obligados a adaptarnos para proteger la seguridad de las personas, nuestro medio y nuestra economía. Dentro de los proyectos presentados se encuentra el estudio de soluciones de adaptación para zonas costeras susceptibles de ser inundadas por el aumento del nivel del mar.

Como ya he dicho en otras ocasiones la salida de la crisis no puede consistir en volver al mismo modelo que teníamos anteriormente. Necesitamos una economía más diversificada, más sostenible medioambientalmente y justa socialmente, que nos haga menos dependientes y nos permita resistir mejor futuras crisis. Los fondos “Next Generation” pueden suponer un antes y un después para Gran Canaria y su población, convirtiéndonos en un referente internacional de desarrollo sostenible.

Tenacidad, innovación y unidad

El pasado viernes 16 de abril celebramos, en el Auditorio Alfredo Kraus y en una de las condiciones sociales y económicas más difíciles de nuestra historia, el centésimo octavo aniversario de la creación del Cabildo de Gran Canaria. Mis primeras palabras en nombre de toda la corporación fueron de homenaje y de solidaridad con quienes han sido víctimas del COVID y ya no están con nosotros y con quienes lo siguen padeciendo y sus familiares. Quise hacerles sentir el enorme dolor que nuestra sociedad está sufriendo por estas pérdidas, pero también por la incertidumbre, el desgarro y las ausencias que compartimos desde hace más de un año.

El acto pretendió en todo momento expresar esta conmoción colectiva y al mismo tiempo proyectar un mensaje de esperanza y de resiliencia que nos permita construir juntos un presente y un futuro que vuelva a colmar los derechos, los deseos y los anhelos legítimos que alentamos como sociedad madura y democrática.

Y para alumbrar ese nuevo horizonte nada mejor que observar la trayectoria de las personalidades e instituciones que cada año el Cabildo reconoce con honores y distinciones. Nos sirven de guía para volver a recorrer los caminos que tanto amamos y que nos llevan a las 21 ciudades y pueblos de nuestra isla, a las mejores tradiciones y a las experiencias de progreso que identifican a Gran Canaria.

Los colectivos, personalidades e instituciones reconocidas nos representan a todos. Tienen en común que se han volcado en el interés general, en la atención a las necesidades de nuestra comunidad. Parece que la pandemia nos ha obligado a despojarnos de mucho de lo superfluo e inconsistente que rodeaba nuestra vida en esta sociedad de consumo para centrarnos en lo esencial: defender la vida  y apuntalar la solidaridad que nos hace hermanos.

Y en esta lucha, las personas reconocidas son merecedoras de nuestro aprecio por sus vidas creativas y referenciales. Y quise señalar inicialmente a dos representaciones que conectan, en estas especiales circunstancias, con los sentimientos de nuestro pueblo: al colectivo del personal sanitario y sociosanitario y también a la representación del sector turístico, trabajadores y empresarios que están sufriendo en primera línea la dureza de esta crisis.

Todo el sector sanitario desde marzo de 2020 nos cuida, pone en riesgo su salud y está en la vanguardia de la protección de la vida, sobre todo de quienes son más vulnerables, las personas mayores y las personas con menos recursos. Estamos saliendo de esta enorme tragedia por el esfuerzo de la mayoría, pero puse el foco en ese médico que permanece 16 horas de guardia porque las UCI están tensionadas, o en esa enfermera que permanece en urgencias sin mirar el reloj, o en el celador que atiende con afecto al familiar que acaba de recibir una noticia terrible, o a la cuidadora de residencias que suple con humanidad las ausencias familiares que el protocolo impone.

Nos gustaría que en este homenaje de toda la sociedad grancanaria se incluyera el compromiso de todas las instituciones de fortalecer el sistema público de salud y los cuidados y evitar cualquier tentación de debilitarlos porque las consecuencias, como lo estamos comprobando, son irreparables. Parte de lo que nos está sucediendo ocurre porque los recortes y ajustes auspiciados por la crisis del 2008 dejó menguados los servicios públicos, tanto los sanitarios como los educativos o la atención a la dependencia. No debemos permitir que un sistema económico voraz condicione un Estado de Derecho que garantice la equidad y la igualdad.

Y en el sector turístico estamos viendo, día tras día,  la resistencia, la profesionalidad y la solidaridad de trabajadores y empresarios que permiten soportar una paralización como nunca habíamos padecido. Viven la incertidumbre y el vacío del momento y al mismo tiempo renuevan, actualizan y preparan las condiciones para una recuperación que  todos deseamos que se produzca cuanto antes y que, en cualquier caso, nos debe encontrar con las tareas hechas.

Quiero agradecer vivamente los esfuerzos por modernizar y actualizar complejos hoteleros y extrahoteleros, restauración y equipamientos públicos que nos hacen más atractivos para recuperar un destino del que nos debemos sentir orgullosas y satisfechos. La inversión privada y pública que se está haciendo nos prepara para los próximos años y además dinamiza el empleo que debe ser una obsesión de todos quienes tenemos capacidad de emprender en esta tierra. Invertir y resistir con responsabilidad es un acto de compromiso de especial relevancia.

Y este agradecimiento se dirige con el mismo afecto al conjunto de trabajadoras y trabajadores, relacionados directa o indirectamente con el turismo, que están soportando situaciones familiares y personales muy duras y que van a contar siempre con nuestra solidaridad y nuestra ayuda permanente. Nuestro reconocimiento al trabajo de las organizaciones sindicales que están contribuyendo a facilitar soluciones y medidas para quienes están en situación límite y al mismo tiempo abriendo perspectivas para alumbrar un horizonte que nos tiene que llenar de esperanza. 

Y junto a estos colectivos, los hijos predilectos y adoptivos de Gran Canaria que nos reconfortan porque su calidad, su talento y su generosidad son un refuerzo para estos momentos difíciles y fuente de la grandeza de la sociedad grancanaria. Gracias, Jerónimo Saavedra, Sila Sánchez, Fernando Redondo, Juan Nogales y María del Pino Marrero.

Y al conceder todas las distinciones comprobamos que nuestro pueblo rebosa de referencias positivas que necesitamos reconocer y compartir. Son los casos de Yolanda Graziani, Javier Rapisarda, Bernardino Clavo, Juan Espino, Andrea Sánchez, Fernando Méndez o Teodoro Bondyale. Y junto a estas personalidades comprobamos que también hay grandeza en acciones colectivas relevantes como las que representan el Instituto Universitario de Turismo y Desarrollo Sostenible de la ULPGC, el Colegio Alemán, la Orden del Cachorro Canario, la Cooperativa Agrícola del Norte, el grupo Icot, Los Cebolleros o el Grupo de Salvamento Marítimo de Canarias.

Para todas y todos, el afecto y el agradecimiento eterno de la sociedad grancanaria que se siente deudora de la contribución que han hecho a su desarrollo y que desea prolongar y extender su ejemplo y su energía para afianzar nuestra autoestima y la confianza en que somos una sociedad sana y con un proyecto de progreso que nos galvaniza.

Tenemos un presente luminoso a pesar de la dureza del momento, las personas e instituciones reconocidas lo expresan y lo visibilizan, porque venimos de muy lejos y con una experiencia que nos alienta. Nos hemos fortalecido con la aportación de miles de compatriotas, mujeres y hombres que han sembrado en tierra fértil y nos convocamos para ganar los retos que como sociedad tenemos derecho en el siglo que avanza.  Señalamos a 21 referentes de nuestra sociedad. Siguiendo su ejemplo estamos seguros de que alcanzaremos la cumbre que siempre nos estimula y nos acoge.

Canarias en conjunto y Gran Canaria en particular no han tenido una historia fácil. Las dificultades que atravesamos no son la primeras de esta gravedad ni tan siquiera las más devastadoras. Apenas concluida la conquista, allá por el año 1506 se produjo la primera gran epidemia de peste en nuestra isla que corrió con rapidez por Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife. El número de muertos fue altísimo en relación con la población de aquel momento y la isla quedó muy dañada demográficamente. Estuvimos hasta 1529 sufriendo  de manera casi continua esta muerte negra. Y volvimos a sufrirla a principios del siglo XVII. Y luego en el XVIII. En ese siglo la viruela nos atacó también gravemente y en distintas décadas. Y diezmaron nuestra población epidemias de fiebre amarilla, malaria, garrotejo, pitiflor, sarampión, difteria, fiebre tifoidea…

La pandemia más devastadora que llegó a las islas fue el cólera de 1851. En menos de un mes dejó 6.000 muertos en Gran Canaria. Nuestra condición de isla abierta con un puerto de enorme proyección internacional facilitó que fuéramos un territorio próspero y cosmopolita pero a la vez vulnerable por la llegada, en los barcos y sus tripulaciones, de todas las epidemias de cada momento.

Igualmente padecimos epidemias que, muchas veces, no llegaban del exterior. En estas islas, las epidemias las ocasionaban también las sequías que impedían que se produjera alimentación y pasto suficiente para los animales y derivara todo en una pobreza y mortandad tremenda. No debemos olvidar que vivimos momentos durísimos por la epidemia del hambre.

La historia nos tiene que servir para convencernos de  que hemos vencido a la desgracia y  de que somos hijas e hijos de la tenacidad, de la innovación y de la unidad como pueblo. Hemos sufrido mucho, pero nos hemos levantado y creado una sociedad próspera, resistente. Nos han golpeado las circunstancias y las coyunturas económicas, sanitarias, políticas o sociales, pero no han deformado nuestra forma de ser y de sentirnos grancanarios y grancanarias de Canarias.

Nos caracteriza nuestra capacidad de encajar los embates y asimilar influencias para transformarlas en oportunidades que nos hacen más fuertes y a la vez arraigados e identificados con nuestro territorio, con nuestra historia y con nuestra cultura. Como la palmera que nos representa nos exponemos a los vientos y a las tormentas pero resistimos porque las raíces nos fijan a un suelo que nos acoge amorosamente desde que nacemos. Mucho de lo que somos se lo debemos a la madre tierra que en estas 8 peñas nos ha regalado una naturaleza y un clima extraordinarios.

Y desde esta atalaya que supone mirar con orgullo ciento ocho años de trabajo colectivo desde el Cabildo de Gran Canaria, asumimos tres obligaciones que heredamos y que debemos renovar ante las generaciones que demandan determinación y altura de miras como las que reconocemos en las personas e instituciones premiadas y en quienes nos permitieron durante siglos alcanzar las cotas de desarrollo que hoy disfrutamos.

Tenemos un triple compromiso que me gustaría renovar solemnemente ante la sociedad grancanaria. Primero con los valores sociales que han hecho posible nuestro progreso y nuestra continuidad como sociedad democrática. En segundo lugar, por el respeto medioambiental que nuestra supervivencia y el reconocimiento a la tierra que heredamos nos obliga. Y en tercer lugar con nuestra gente, especialmente con quienes tienen menos esperanzas en estos duros momentos.

Sabemos que en situaciones de crisis y de incertidumbre se cuestionan las certezas que hemos defendido para superar los tiempos oscuros de las dictaduras y renacen posiciones autoritarias que quiebran los valores de respeto y de pluralidad que nos han hecho fuertes en las últimas décadas. Entre esos cuestionamientos se incluye el del autogobierno o el del reconocimiento de las singularidades de Canarias.

Quiero recoger la tradición de quienes desde Gran Canaria defendieron las leyes de los puertos francos primero, o la constitución de los cabildos después, la creación de la provincia de Las Palmas, la aprobación del Régimen Económico y Fiscal o la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Nos sentimos herederos de esas conquistas y queremos conservarlas para las nuevas generaciones. Con esa misma libertad y determinación creo que corresponde instar al gobierno del Estado y a la Comisión Europea a una modificación urgente de las políticas migratorias que están dañando los derechos humanos de quienes llegan y la estabilidad social de quienes acogemos.

El futuro de Gran Canaria y del planeta pasa por afrontar con determinación una transición ecológica que evite los daños del cambio climático y que conserve los valores medioambientales que nos hacen únicos en biodiversidad. Tengo la satisfacción de compartir con ustedes la seguridad de que disponemos como Cabildo de Gran Canaria, y de la mano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de organizaciones científicas, sociales  y  empresariales y de la  sociedad civil en general, de una estrategia de transformación realista y ambiciosa que nos lleva a la soberanía energética, hídrica y alimentaria y a la diversificación económica. Tenemos la oportunidad de ganar los retos que apuntalen un futuro sostenible que gire en torno a una economía sana, la ecología y un desarrollo social equilibrado.

Y renovamos estos compromisos en favor del bien común y la ciudadanía, que constituyen la razón de ser de nuestro trabajo institucional. La celebración del pasado viernes no puede obviar la desazón de las personas paradas, de quienes tienen dificultades ante el empleo, de quienes no pueden emanciparse o acceder a un hogar. Para atender sus derechos queremos seguir actuando con firmeza y deseamos repetirles que no están solos y que estamos volcando nuestros recursos para atenuar los daños y que su situación se modifique.

Quise  enfrentar en el acto la desesperanza con la solidaridad, la incertidumbre con la autoconfianza que nace de un proyecto de isla compartido, el desánimo con la ilusión de una historia que nos avala y de una acción de gobierno y de la sociedad civil que nos fortalece. Al revivir la historia de Gran Canaria y de Canarias comprobamos que está llena de acontecimientos y de experiencias colectivas, de éxitos en definitiva que nos han permitido forjar un pueblo solidario, creativo, resistente y tenaz, capaz de sobreponerse a calamidades similares a la actual y sembrar la realidad de talento, esfuerzo, iniciativa e ingenio. Es fruto del esfuerzo de una  sociedad heroica con la que nos identificamos y de la que formamos parte con orgullo.

Tenemos fortaleza, convicción e identidad para progresar como pueblo y dejar a las generaciones jóvenes una sociedad digna. Nos vale la expresión de Alain Touraine: “el haber hecho grandes cosas y el tener ganas de rehacerlas de nuevo juntos, es lo que caracteriza a una nación”.  Estoy seguro de que también es lo que caracteriza a Gran Canaria.

Gran Canaria en el desarrollo de África

Para nuestra isla y para Canarias la relación de cooperación con África resulta decisiva. Hemos hablado demasiado de esta necesidad pero no terminamos de concretar políticas, programas y acciones que generen desarrollo económico, oportunidades de empleo en ese continente para millones de jóvenes que viven sin esperanza y formación e innovación que aprovechen, en beneficio de la población africana, los importantes recursos naturales de los que disponen. Canarias está en las mejores condiciones de cooperar para que esta situación cambie.

El pasado 24 de marzo, el Cabildo de Gran Canaria a través del área de Solidaridad Internacional, firmó un convenio marco con la Confederación Canaria de Empresarios para desarrollar conjuntamente programas de cooperación al desarrollo en países de África que promuevan la implantación de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Aunque se contempla la totalidad de los ODS se hace especial hincapié en el fin de la pobreza, el hambre cero y la reducción de las desigualdades (objetivos 1, 2 y 10 respectivamente).

Se trata de un convenio que, junto con la implicación de las instituciones, los presupuestos disponibles y las ONG para el desarrollo que ya actúan, puede convertir a Gran Canaria en un referente de las políticas de desarrollo con el continente vecino, tanto a nivel estatal como internacional. No se trata solo de la evidente cercanía con estos países sino de utilizar y valorar la red de organizaciones empresariales, los servicios disponibles y las infraestructuras que existen en la isla ya que aportan una posición privilegiada para intervenir.

El objetivo fundamental no puede ser otro que el de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de un continente muy cercano y de países a los que nos unen lazos históricos, pero que pese a sus riquezas siguen estando sometidos a hambrunas, violencia, conflictos armados, los efectos del cambio climático y otra serie de circunstancias que están obligando a una parte de su población a migrar en muy malas condiciones. Y además, esta alianza también puede contribuir al desarrollo empresarial y a la internacionalización de las empresas canarias.

África Occidental es una de las economías y mercados emergentes del mundo. En los próximos años y décadas va a demandar, en gran cantidad, servicios como la gestión del agua, las energías renovables, infraestructuras civiles, transportes, economía azul, formación y conocimiento, etc. Son  todos sectores  en los que contamos con empresas y trabajadores con experiencia, capacidades y recursos, que pueden convertirse en proveedores de estos servicios permitiendo a estos países avanzar en cuestiones relacionadas con las necesidades básicas de su población y a nuestras empresas seguir creciendo y creando empleo, tanto aquí como en los países receptores de la ayuda.

Los propios ODS establecen la necesidad de crear “alianzas para lograr los objetivos”. Se deja claro que estos retos solo podrán lograrse con asociaciones sólidas y cooperación. Y eso es lo que pretendemos con la política que hemos iniciado así como con el convenio firmado: aprovechar todos los recursos de Gran Canaria para avanzar hacia una alianza sólida por el desarrollo de África, aportando nuevos mercados para nuestros productos y empresas,  empleo de calidad y más estabilidad social.

El convenio surge asimismo para construir un nuevo paradigma de desarrollo y cooperación entre el sector público y el empresarial guiado por la protección de las personas vulnerables, la participación ciudadana y la  perspectiva de género. Queremos aplicar un nuevo enfoque de innovación social a la cooperación internacional y promover proyectos de cooperación adaptados a las necesidades de los países prioritarios para Canarias. Estos programas deberían contribuir a generar alternativas de desarrollo territorial que permitan superar las condiciones de conflictividad en los países del entorno de Canarias. Para lograr todo ello queremos fortalecer y profesionalizar el tejido de agentes de cooperación de Gran Canaria. También se hace necesario y es lo que pretende este convenio, aglutinar a los sectores público, privado y al tercer sector social para aportar su experiencia, sus recursos y  su conocimiento.

Y aunque estamos hablando de una estrategia que verá sus frutos en el medio y largo plazo, vamos a trabajar con carácter inmediato. Para este mismo año vamos a crear un comité técnico de trabajo de evaluación y gestión de programas de Cooperación integrado por representantes de la Confederación Canaria de Empresarios y de la consejería de Cooperación Institucional y Solidaridad Internacional. Van a evaluar los fondos para la cooperación con África existentes a nivel internacional, estatal y canario con el fin de aprovecharlos en iniciativas que estén a nuestro alcance. Asimismo vamos a diseñar y organizar eventos de sensibilización y desarrollo de sinergias para el fomento de la Cooperación al Desarrollo como herramienta para reducir la pobreza y contribuir al Desarrollo Sostenible convirtiendo a Gran Canaria en un referente internacional.

A medio y largo plazo, además de los objetivos anteriormente descritos, queremos promover la internacionalización de las empresas canarias pertenecientes a los sectores vinculados a los ODS en colaboración con organismos de desarrollo y ONGD;  impulsar programas de cooperación en salud, educación, energía renovable, saneamiento y tratamiento de aguas; poner en marcha infraestructuras; estimular la agricultura y  la pesca; estrechar lazos entre asociaciones empresariales canarias y africanas, promover el trabajo decente y el crecimiento económico así como implementar proyectos de cooperación de asociaciones empresariales de PYMES canarias.

El pasado 29 de marzo Pedro Sánchez presentó el plan estratégico Foco África 2023, una respuesta urgente que se alinea con la Agenda 2030 y con los objetivos de la Agenda 2063 de la Unión Africana.  Se trata, según el presidente español,  de afianzar la “década de España en África” con el objetivo de apoyar la paz, la estabilidad y la prosperidad del continente y de construir un puente sólido entre los dos continentes y “defender un desarrollo económico sostenible, justo e inclusivo…”.

No me cabe la menor duda de que Canarias, y fundamentalmente Gran Canaria, deben jugar un papel clave en esta propuesta. Por eso somos sede de Casa África, del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y del Centro Logístico de Ayuda Humanitaria  de la Cruz Roja. En coherencia con su programa de gobierno el Cabildo de Gran Canaria es de las pocas instituciones de España que dedica el 1% de su presupuesto a solidaridad y cooperación internacional. Además contamos con una coordinadora de ONG para el desarrollo, así como relaciones con comunidades nacionales. plenamente integradas, provenientes de estos países y con asociaciones de personas africanas en Canarias. Mantenemos relaciones comerciales, culturales y de cooperación, conexiones marítimas directas, aeropuertos internacionales, una amplia red de operadores logísticos… Un ecosistema perfecto para liderar este tipo de políticas.

El hecho diferencial de Canarias es de carácter geográfico, ser un pequeño archipiélago de 8 islas habitadas en la costa noroccidental de África que sin embargo forma parte de España y de la Unión Europea. Nuestra situación geográfica, que ha determinados nuestra historia, economía, cultura e identidad, muchas veces se ha visto como un hándicap, pero hay que superar esa concepción. Si bien es cierto que un mercado interior de reducidas dimensiones y unos socios comerciales alejados en miles de kilómetros suponen serios impedimentos para el desarrollo económico, tenemos una posición geoestratégica única que tenemos que ser capaces de aprovechar.

Y parte de este cambio pasa por cambiar nuestra manera de relacionarnos con los países africanos de nuestro entorno, estableciendo alianzas que sean beneficiosas para ambas partes. Históricamente hemos sido un territorio de cruce de pueblos y culturas, por lo general una tierra tolerante abierta y acogedora, que ha ido a la vanguardia en muchos aspectos. Nuestro objetivo es aprovechar todo ese acervo para convertirnos en una referencia internacional para la promoción de la solidaridad, la cooperación y el desarrollo sostenible con África.  En esta situación el Cabildo de Gran Canaria quiere ser un agente dinamizador y de colaboración con el tejido asociativo y empresarial que esté dispuesto a asumir su responsabilidad.

Para salvar las crisis (y III)

Expuse en mis dos artículos anteriores, relacionados con mi comparecencia en el Senado, una descripción de la grave situación que atraviesa nuestra isla y hoy finalizo la serie aportando las conclusiones y las grandes líneas que entiendo debemos recorrer juntos y sin tardanza para adelantar la salida de la crisis. 

Las especiales circunstancias socioeconómicas e institucionales de las islas y el brutal impacto del COVID, requieren la aprobación de un “Programa Específico para la Recuperación de Canarias” destinando recursos de los fondos NEXT GENERATION que, atendiendo a los objetivos y requisitos del mismo, sean gestionados por el Gobierno de Canarias y los Cabildos Insulares. Esto nos permitirá aplicar instrumentos específicos adaptados a las peculiaridades territoriales, económicas e institucionales de cada una de nuestras islas.

La economía de Gran Canaria no va a recuperarse hasta que no se recupere el turismo. Pero al mismo tiempo la actual situación va a provocar profundos cambios en el sector, especialmente en los modelos de intermediación. Es muy posible que el actual modelo de grandes touroperadores vaya dejando paso a uno más horizontal en el que el porcentaje de turistas que organiza sus propias vacaciones a través de internet vaya en aumento. Es evidente que también se valorará más la seguridad de los destinos, en especial la seguridad sanitaria, y que cada vez más la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático jugarán un papel importante en la elección de los viajeros. Por todo ello el plan especial de reactivación turística anunciado por el Gobierno tiene que concretarse en la rehabilitación de los alojamientos más obsoletos, en la adaptación de los actuales a las nuevas circunstancias sanitarias así como en la  transición del sector hacia la sostenibilidad, la digitalización y la diversificación, dando más espacios a modalidades de turismo asociadas a experiencias de alto valor añadido que puedan ser ofrecidas por los actores locales.

Gran Canaria tiene un modelo de futuro, un proyecto integral de desarrollo social y económico sostenible, de cohesión social, basado en nuestras capacidades y en los objetivos de desarrollo sostenible. Pero necesitamos medidas económicas por parte del Gobierno de España que no solo atiendan al criterio poblacional, sino a los indicadores socioeconómicos. Esas medidas económicas tienen que ser la palanca que acelere la transición ecológica de nuestro modelo, lo que nos puede situar a la vanguardia de Europa en muchos aspectos.

Como apunta la Cátedra del REF de la ULPGC se hace necesaria la flexibilización de determinados beneficios fiscales empresariales; la reorientación  del modelo productivo hacia la transición ecológica y la potenciación de la educación, con especial atención a la brecha digital y al desarrollo de la formación profesional; la intensificación de la responsabilidad social de las empresas en la creación de empleo y mejora de las condiciones de trabajo y en la colaboración con la universidad y la investigación; la reformulación de algunos de los mecanismos del REF para favorecer el desarrollo económico y la cohesión social…

Es urgente y necesario que se modifique la política migratoria actual. Y no solo a corto plazo sino también a largo, oponiéndonos al Nuevo Pacto de Migración y Asilo de la UE, que va a consolidar la actual situación y convertir a los territorios fronterizos de la UE en enormes campos de retención de personas migrantes, lo que tendría terribles consecuencias sociales en Canarias e incluso en el resto de España. Al mismo tiempo hay que dotar a Canarias de un sistema digno de centros de primera acogida para migrantes así como fondos estructurales para implementar políticas de convivencia e interculturalidad. Queremos ser referencia de solidaridad, no de violación de derechos humanos. Y no podemos obviar la realidad del continente africano, a muy pocos kilómetros de nosotros, empobrecido, con situaciones de conflictos bélicos como los de Mali, las violaciones del alto el fuego de Marruecos en el Sáhara o tensiones sociales como las de Senegal.

Los hombres y mujeres de esta tierra sabemos que debemos trabajar con coraje, organizados y con talento. Pero es el tiempo de la solidaridad para que nuestra gente no se quede atrás. Queremos dirigir nuestro esfuerzo a garantizar unos ingresos básicos que permitan una existencia con dignidad para todas y todos. Tenemos que mantener abiertas y activas la mayoría de pequeñas y medianas empresas que suponen el 80% del empleo privado en nuestra isla. Estamos decididos a vencer a la pandemia para acercarnos a la normalidad y recuperar la actividad económica. Estamos priorizando la recuperación del empleo para volver, al menos, a los niveles de 2019. Queremos volcarnos en un programa de modernización, digitalización y renovación de infraestructuras básicas. Así estaremos mejor preparados cuando se recupere la normalidad.

Para alcanzar estos objetivos consideramos que debemos priorizar tres direcciones concretas:

El desarrollo de un modelo sostenible de ecoisla que avance en la soberanía energética, hídrica y alimentaria.

El avance en los derechos sociales, fomentando el empleo, garantizando la asistencia a las personas dependientes, apoyando a las personas y colectivos con mayor vulnerabilidad.

El impulso a la diversificación económica, con especial incidencia en la pequeña y mediana empresa, que tiene que llevar aparejada la apuesta por la diversificación turística, la economía azul, la economía circular, la economía verde, la digitalización, la innovación y el conocimiento, la industria audiovisual,  la movilidad sostenible, la reforestación y el freno a la desertización, la lucha contra el cambio climático…

Estos proyectos reclaman del Estado y de la Unión Europea un plan especial de rescate de una economía y de una sociedad como la grancanaria en particular y la canaria en general que están siendo doblemente golpeadas por las crisis que nos asola.

Al inicio de esta crisis sanitaria, que derivó de inmediato  hacia otra de carácter  social y económico,  dijimos que no podía repetirse lo de 2008, que no podíamos dejar a nadie atrás y que las consecuencias no las podían pagar de nuevo los que menos tienen. Hay que reconocer la apuesta decidida del Gobierno implementando medidas económicas y sociales que han permitido que los efectos perversos hayan sido menores. Pero no es menos cierto que corremos el riesgo de que la actual situación fracture aún más territorialmente al estado español, que aumente el diferencial entre las comunidades ricas y las pobres, entre los “centros” y las periferias. Tal y como decía, hasta ahora no hemos visto que se sea consciente del nivel de gravedad de la situación por la que atravesamos, pero confío en que intervenciones como las de los presidentes y presidentas de los cabildos insulares en el Senado hayan sido útiles para acercar más la realidad al Gobierno de España y al conjunto de la representación política e institucional. Corremos un riesgo de fractura social y territorial que tardaremos generaciones en revertir, pero afortunadamente tenemos los proyectos, la energía y la ilusión para conseguirlo.