Portada Antonio Morales


Prensa, monopolios y poder

“quién ha visto jamás que la Verdad salga mal parada en un combate justo y limpio”

John milton

El poder de ATI se refuerza. Y eso no es bueno para Canarias. Tras más de veinticinco años de ejercicio ininterrumpido del poder  con una etapa inicial ilusionante -los primeros años de CC- en la que se produjeron cambios y  esperanzas, en el último periodo el proceso ha sido inverso. Canarias avanzó respecto al Estado en empleo, en renta media de su población y en calidad de vida, en el sustancial desarrollo y reconocimiento social de sus servicios públicos, sin embargo el resultado en los últimos años ha sido de deterioro. La incapacidad de CC-ATI para dar respuesta a los problemas de Canarias y de sus hombres y mujeres es manifiesta. 

Hace ya mucho que CC-ATI renunció a un proyecto global para Canarias. Su estrategia para mantenerse en el poder ha sido recurrir a un neoinsularismo rancio, sustentado en un clientelismo financiado con recursos de la Comunidad, y tejer un sistema de control estructural sobre los órganos del Gobierno Autónomo, algunas organizaciones empresariales y una acorazada mediática muy bien retribuida a su servicio. Es desde aquí desde donde se diseñan todas las maniobras posibles para frenar el progreso de Gran Canaria, cuestionar y  atacar a las instituciones de esta isla (especialmente al Cabildo) e impedir el avance de organizaciones sociales, empresariales o políticas que contravengan esa estrategia.

Dispone así en Gran Canaria de un sector empresarial (minoritario pero situado estratégicamente) que juega a hacer política a favor de CC-ATI, a colocar consejeros en el Gobierno de Canarias y a diseñar actuaciones para el beneficio de unos pocos y no del conjunto del empresariado. Ojo con la Ley de Cámaras que pretenden y que no anuncia sino la búsqueda del control de esta entidad. Cuenta también con unos partidos políticos acostumbrados a hacer de muletilla cuando les conviene (es el caso en muchas ocasiones del PP y del PSOE) y de otros como Unidos por GC, que no dudan en entregarse en cuerpo y alma a los que antaño acusaban de dañar a esta isla. Y saben de la complicidad  de algunos  grupos mediáticos –muy bien pagados- a los que les importa muy poco la verdad y mucho el negocio.

A este último apartado quiero dedicar preferentemente este texto. Al peligro del monopolio de la información que pretenden y que se atisba. Los monopolios, como lo fueron Iberia o Trasmediterránea en su momento en los ámbitos, respectivamente, del transporte de pasajeros aéreo y marítimo, significaron un enorme lastre para Canarias. Desde su posición dominante y sin competencia imponían las frecuencias y horarios de los viajes y, asimismo, unos más que abusivos precios. Los perjudicados eran los ciudadanos y las ciudadanas, que se desplazaban por razones laborales, de estudio o de ocio, así como las administraciones y empresas del Archipiélago. Y, consecuentemente, la movilidad y las comunicaciones entre las Islas o entre éstas y el resto del Estado español que, posteriormente, hemos conseguido mejorar de forma notable.

Otro tanto sucede en el mundo de los medios de comunicación. Hubo momentos en la transición y en los primeros años de la democracia en que la prensa corría el riesgo de ser un monopolio en Gran Canaria y en el conjunto de las islas orientales. Se corrigió, afortunadamente, a partir de 1982. La existencia de dos periódicos sólidos benefició a los profesionales, pero especialmente a los lectores y a las lectoras. Se ganó en competencia, en pluralidad, en modernidad.

La situación es ahora mucho más compleja. La aparición de los periódicos digitales ha mermado de manera significativa las ventas de la prensa impresa en todo el mundo. También en España y en Canarias. Muchas cabeceras han atravesado profundas crisis. No todas la han resuelto. Además, cada vez es menor el peso de las empresas de capital canario en el sector. La gratuidad de los digitales ha terminado por imponerse; y habrá que reflexionar y actuar para entender y hacer entender que ni los medios ni sus profesionales se sostienen sin ingresos, que vale la pena pagar por una información de calidad.

Las redes sociales tienen hoy un enorme protagonismo. Por ellas circula mucha información, no siempre veraz, como observamos con la difusión permanente de numerosos bulos en el ámbito de la política, pero también en el de la salud o el de la seguridad. El periodismo sigue siendo fundamental para contar e interpretar la realidad.

Son preocupantes, en ese sentido, los movimientos de concentración mediática. Es lo que ha sucedido recientemente con el periódico tinerfeño El Día, un medio tradicionalmente vinculado al insularismo más radical, que en su momento atacaba un día sí y otro también a Gran Canaria y a su ciudadanía. Resulta curioso que ese insularismo plenamente vigente haya sido incapaz de dar solución a sus problemas económicos, y que esta solución haya pasado por la absorción por parte de un grupo mediático (Editorial Prensa Ibérica) con cabecera en Gran Canaria y, fundamentalmente, en Cataluña, cuya línea editorial está lisa y llanamente al servicio de CC-ATI. Y paradójico resulta también que, lejos de suponer un avance hacia el entendimiento de una Canarias global y unida, a la superación de insularismos egoístas e insolidarios, el medio siga despreciando a Gran Canaria -a la que sigue denominando Las Palmas como ha sucedido el sábado 9 de febrero con su primer Editorial (El Día, bandera de los tinerfeños)- tras su adquisición por Editorial Prensa Ibérica, propietaria de La Provincia. Es un ejercicio muy interesante el comparar las portadas de distintos periódicos en las mismas fechas. Comprobando el diferente tratamiento del mismo hecho noticioso en función de la línea editorial. Y cómo algunos medios intentan mantener un proceder autónomo frente a los poderes económicos y políticos, mientras que otros no disimulan en modo alguno su seguidismo o incluso su posicionamiento destacado en defensa de intereses tan poderosos como minoritarios.

El periódico La Provincia (aunque la acorazada mediática es más amplia) no ha hecho otra cosa en este mandato que montar campañas organizadas contra el Presidente y el Gobierno del Cabildo de Gran Canaria. Y las ha intentado amparar en la libertad de expresión cuando realmente ha buscado una y otra vez manipular la realidad. Ya lo dejó claro Hannah Arendt: “La libertad de opinión es una farsa, a menos que se garantice la información objetiva y que no estén en discusión los hechos mismos”. 

Ignacio Ramonet afirma que la información, concebida de esta manera, se ha convertido en uno de los principales problemas de la democracia. Su papel como contrapoder ha ido desapareciendo en muchísimos casos. Se ha ido convirtiendo en instrumento del propio poder; se manipula la verdad, se usan falsedades para defender sus privilegios y oponerse a los cambios sociales. Considera que los grandes grupos de opinión se han convertido en muchos casos en latifundistas mediáticos. Ya no son solo los poderes tradicionales los que atacan sino también los medios, que usan como fachada, como arma de combate, la defensa de la “libertad de expresión”. Contaminan la información con falsedades y la usan como mercancía. No respetan las leyes de la información sino que se manejan con las leyes del mercado.

Dice Iñaki Gabilondo que “el periodismo clásico, el veraz, el libre, el del respeto, el del rigor y el compromiso está arrinconado por esa invasión de la desvergüenza y el insulto. Por desgracia, el periodismo friki e insolvente ha invadido la profesión”. Algunos medios –el caso al que me refiero es el más fiel exponente- se han decidido, para vencer su situación de precariedad y su pérdida de lectores y alentar negocios paralelos, a abrazar lo peor de las redes sociales: convierten la información en una especie de vertedero fétido de manipulaciones, falsedades y calumnias. Han asumido su falta de rigor y fiabilidad, el falseamiento interesado de la realidad, y sus sistemas de chantaje, podredumbre y desinformación. No es cierto que las mentiras que nos invaden lleguen solo a través de las redes. La manipulación a nivel global de los poderes tecnológicos la intentan reproducir algunos a escala local, copiándola de la manera más burda. Y repiten una campaña tras otra para que se vayan quedando como las verdades subjetivas de las que hablaba Arendt. Se convierten en destructores bien pagados de prestigios, alentados por partidos políticos y por políticos cortoplacistas que lo usan como arma arrojadiza sin caer en la cuenta de que, más tarde o más temprano, serán víctimas chantajeadas de la misma manera. Que en algún momento también vendrán a por ellos.

Una de las causas más importantes de la crisis del periodismo es que ya no recurrimos a él –en sentido amplio, siempre existen excepciones loables- para encontrar la verdad. Como apunta Robert Skidelsky, terminan siendo “mayordomos intelectuales” de poderes políticos o empresariales. La feroz competencia empresarial, alimentada por el entreguismo al poder que subvenciona, se ha convertido en la principal causa de subsistencia de determinadas empresas de comunicación. Y no se escatiman medios para rendir pleitesía y servicios concretos a poderes políticos concretos. Se ponen en marcha campañas orquestadas para condicionar las decisiones políticas, para servir a poderes enquistados, para torcer la voluntad popular. Y vale todo en esta suerte de prostitución del medio y la verdad. Y se hacen cómplices de la quiebra de la democracia. Socavan la democracia. 

Como plantea John Milton, en la dura pelea entre la Verdad y la Mentira “quién ha visto jamás que la Verdad salga mal parada en un combate justo y limpio”. A lo mejor terminará venciendo la Verdad, pero no sale gratis el precio para conseguirlo. Ni el combate es justo y limpio. En esta isla nos está costando mucho. Con el avance del monopolio en Canarias nos va a costar mucho a los hombres y mujeres de esta tierra que no compartimos el neoinsularismo.

Un faro que alumbra futuro

Con la apertura del Centro Etnográfico del Faro de Maspalomas tenemos la sensación del corredor de fondo que no termina de creerse que ha llegado a la meta.

Después de una larga singladura, el Faro de Maspalomas vuelve a alumbrarnos. El pasado jueves día 7 de febrero de 2019, convertido en Centro Etnográfico, volvió a abrir sus puertas a los hombres y mujeres de esta isla y a los millones de personas que nos visitan. La reapertura del Faro de Maspalomas, diez años después de estar cerrado a cal y canto, es sin duda un motivo de profunda alegría. Por eso ese día el acto de inauguración  tuvo todos los componentes de una fiesta. El Faro es un Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico que enriquece los enormes atractivos que tiene Gran Canaria y la zona turística de San Bartolomé de Tirajana, pero también es un símbolo. Es uno de los iconos de Gran Canaria, e igual que cuando llegamos a la cumbre nos identificamos con el Nublo, cuando nos acercamos al sur, el Faro nos guía y alumbra unas playas hermosas, unas dunas acogedoras, un oasis entrañable.

Con la apertura del Centro Etnográfico del Faro de Maspalomas tenemos la sensación del corredor de fondo que no termina de creerse que ha llegado a la meta. Hemos tenido que superar cien dificultades. Pero una vez más comprobamos que la tenacidad, la convicción y el amor a nuestro patrimonio, remueven dificultades y consiguen poner en pie un edificio que a partir de ahora volverá a llenar de orgullo a todos los habitantes de Gran Canaria y contribuirá a  revalorizar el entorno.

Estamos ante uno de los monumentos más destacados de la isla y el más importante del sur de Gran Canaria. Una joya de la ingeniería y la arquitectura en uno de los parajes naturales más atractivos de Canarias. Ha sido, además, testigo y escenario de acontecimientos históricos de trascendencia mundial. El Faro nos anima a volver la mirada hacia el paisaje de las dunas que están en proceso de recuperación y al parque Tony Gallardo ya recuperado por una  actuación que también impulsa el Cabildo de Gran Canaria.

El Faro, convertido en referencia para el turismo europeo junto a las urbanizaciones del gran proyecto Maspalomas Costa Canaria,  ha guiado a navegantes y hoy a millares de personas de distintas nacionalidades y culturas. Y nada más adecuado para este centro de atracción turística que las instalaciones que acabamos de inaugurar porque aportan una oferta de ocio a nuestros visitantes y, al tiempo son un escaparate para nuestros productos, nuestra cultura y  los paisajes insulares.  


El Faro de Maspalomas fue concebido por el ingeniero Juan León y Castillo como un armonioso y luminoso conjunto, constituido por dos cuerpos principales, la casa del torrero y la torre. La vivienda, de planta rectangular, imita la estructura tradicional del patio canario, con un gran recinto de cuatro fachadas inspiradas en la moda de la arquitectura de finales del siglo XIX.

La idea de construir un faro en Maspalomas tiene su origen en 1861 pero, como casi todo en esta isla cuando dependíamos de la provincia única, se retrasaría su materialización hasta 1884, cuando se encarga a su promotor la redacción del proyecto. Las obras duraron cinco años y por fin nuestro faro iluminó el Atlántico en la noche del 1 de febrero de 1890. Está a punto de cumplir 130 años y es, sin duda, el abuelo más antiguo de nuestras costas, aunque hubo quien intentó evitar la mejora de la navegación en el entorno de Gran Canaria, marginándola del primer Plan de Alumbrado Marítimo de Canarias de 1857. Este documento fue modificado con el Informe de la Comisión de Faros titulado ‘Complemento del alumbrado marítimo de las Islas Canarias’, en el que se propone, junto a otros nuevos faros, “uno de Primer orden, de luz fija o centelleante, en la Punta de Maspalomas, al Sur de Gran Canaria”.

Todo comenzó a cambiar en Gran Canaria con la construcción del puerto de refugio de La Luz, una obra a la que se sumó el lazareto de Gando y el faro en la punta más meridional de la isla, nuestro Faro de Maspalomas. Una infraestructura de indiscutible importancia en la navegación que dio a todo el Archipiélago “una supremacía que no han podido disputarle la Madera, ni Cabo Verde”, según destacó el historiador Agustín Millares Torres.

Fernando León y Castillo, nacido en Gran Canaria y uno de los más importantes políticos canarios, afirmó que este Faro sería la base de la grandeza material del archipiélago, pero para ello era necesario mejorar las condiciones de navegación, con la construcción de infraestructuras que la facilitaran.  

La elección de su ubicación no fue caprichosa y los hermanos León y Castillo seleccionaron un espacio próximo a la ‘Boca del Río’, en la desembocadura del barranco de Maspalomas, un lugar libre de dunas y con una elevación superior a 2 metros sobre el nivel máximo de la marea alta. En aquel tiempo era un territorio de salvaje belleza, a la vez que ofrecía sorprendentes paisajes para hacer agradable la estancia de los torreros.

Ya advertía León y Castillo que se convertiría en una construcción monumental con una espectacular torre cilíndrica de 60 metros de alto, de cantería gris azulada para sostener la linterna más al sur de Europa. Por ello diseñó un conjunto armónico y artístico entre la torre y la casa. Esa figura estilizada sobre el paisaje único de Maspalomas, con el mar de dunas sobre el océano, junto a sus atardeceres de belleza indescriptible hace que probablemente sea el faro más fotografiado en redes sociales.
Más de una década después ha vuelto a abrir sus puertas el faro más popular de cuantos hay en Canarias. Es un emblema que debemos conservar, apreciar y transmitir a nuestros hijos de generación en generación. Se trata de uno de los faros más antiguos que se mantienen en funcionamiento, de ahí que sea el edificio civil de mayor importancia histórica y monumental desde Telde hacia el Sur. Es la imagen de la marca Maspalomas Costa Canaria como destino turístico reconocido por la Organización Mundial del Turismo. Todas estas características justifican la alegría que se vivió la noche de su apertura.

Este vigía ha sido testigo del atractivo científico que atrajo a David Bannerman en 1910, del  concurso internacional de ideas que originó la llegada de los turistas y la conversión de la zona en lugar de vacaciones. Asimismo, ha sido escenario de películas como Tirma, Moby Dick, La estrella de África, Cuando los dinosaurios dominaban la tierra y hasta un musical protagonizado por Cliff Richard y The Shadows.

Junto a este Faro también convivió la tecnología espacial más avanzada con las antenas de los proyectos Mercury, Gemini y Apollo para dar lugar a la expedición lunar que supuso un gran paso para la humanidad y que este año celebra su 50 aniversario. Y 500 años antes fue Cristóbal Colón -en su cuarto viaje-, quien anduvo por los alrededores y citó a Maspalomas en su diario.

Hoy recordamos y reivindicamos un pasado digno de ser contado, con unas instalaciones restauradas por el Cabildo de Gran Canaria que miran al futuro de la promoción de nuestra isla, en el lugar donde nuestros visitantes se dan cita y  donde ahora podremos ofrecerles lo más original y creativo de nuestra historia y de nuestro presente. El Faro de Maspalomas vuelve a estar a disposición de toda la ciudadanía. Fue concebido como un espacio de desarrollo para Gran Canaria;  hoy, la unión de nuestra rica historia y el futuro esperanzador que perseguimos para Gran Canaria. El Faro debe servirnos para guiar ese empeño en alcanzarlo. Para navegar con ese objetivo alumbrados por su suave luz.

Una medalla que renueva ilusiones

Tiene un gran simbolismo que la entrega del galardón fuera en el Gabinete Literario. Parece la reunión de los tres hermanos mayores, porque esta institución cultural tiene 175 años de Gabinete y de liderazgo.

El 14 de diciembre, el Pleno de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Gran Canaria acordó conceder la Medalla de Oro de la Corporación, su máxima distinción, al Cabildo de Gran Canaria. El pasado martes día 5 de febrero, en un acto celebrado en el Gabinete Literario y ante una amplia representación de la sociedad isleña, el presidente de la institución, José Sánchez Tinoco, hizo entrega oficial de la distinción. Como presidente del Cabildo de Gran Canaria, agradecí y recibí con enorme satisfacción la concesión de esta Medalla de Oro a la corporación insular por lo que representa de reconocimiento y expresión de un trabajo colaborativo, intenso y fructífero entre el Gobierno de la Isla y la institución cameral. Este galardón solo se ha otorgado a instituciones fundamentales de nuestra sociedad y por eso cobra mayor importancia el alcance y la relevancia del galardón de la Cámara. Hablé esa noche en nombre de la entidad que represento, pero sobre todo de la sociedad grancanaria que percibe en el Cabildo la institución que tiene como norma fundamental de actuación la defensa de Gran Canaria.

En el expediente que justifica la concesión de la medalla de oro, el Pleno cameral, su máximo órgano de gobierno, expresa algunas consideraciones que tienen mucho valor y emocionan por venir de empresarios curtidos en la dura batalla del emprendimiento. Afirman literalmente “que nuestro Cabildo destaca por su valiente dedicación y su implicada responsabilidad en la defensa de los intereses de Gran Canaria”. Y continúan su exposición aseverando que “Esta colaboración se ha visto intensificada durante los últimos años en los que hemos podido, además de ampliar nuestra representación, compartir proyectos y acciones en beneficio del empresariado y la sociedad grancanaria en general, especialmente permitiendo atraer a nuestra isla proyectos financiados por fondos europeos”.

Quiero señalar que me siento especialmente orgulloso de que este reconocimiento se haga además sin mediaciones políticas o partidistas; de que surja desde la complicidad de la sociedad civil y la administración pública, de que nazca del encuentro y del trabajo compartido de una institución pública y una entidad que aglutina empresarios y empresarias que dedican su vida a la creación de economía productiva, riqueza y empleo. Empresarios y empresarias que dan la cara y se implican. Que no son empleados remunerados para defender intereses y consignas de otros. Son hombres y mujeres que defienden directamente sus empresas, su futuro y el de la sociedad para la que trabajan.

Y quiero significar también que ha sido una decisión valiente, firme, independiente, honesta y leal. Sé lo que estoy diciendo y lo que esto significa. Sé como se las gastan algunos trust políticos, mediáticos y empresariales. Y entiendo que la mejor manera de alcanzar los retos de futuro que nos tracemos juntos es avanzar de frente, dando la cara, en línea recta, mirando hacia un horizonte de futuro, porque girar repetidamente sobre nosotros mismos, en círculo, a lo que nos conduce, la mayoría de las veces, es a enredarnos y hacernos tropezar.

La Cámara de Comercio de Gran Canaria nunca ha hecho dejación de la defensa de los intereses de sus empresas pero, a la par, jamás ha renunciado a defender su isla, los intereses generales de su isla y su ciudadanía. Su mirada es plural, democrática, de consenso y diálogo, de una aportación constante y real para la búsqueda de soluciones y alternativas para el conjunto de sus asociados. Quizás por eso la nueva Ley de Cámaras que se diseña en el Parlamento pretende introducir elementos que permita al Gobierno su control sobre ellas.

En mi intervención en el acto de esa noche, significativa para la gente de Gran Canaria, asumí públicamente el compromiso de ser leal con las obligaciones que esta distinción comporta y trabajar sin límite porque los derechos y necesidades que tiene esta isla sean reconocidos, respetados y atendidos como merece la laboriosidad y la solidaridad de nuestra gente. Y soy consciente, muy consciente, de que la empresa grancanaria juega un papel fundamental en ello. Y expresé, igualmente, la responsabilidad de seguir trabajando codo con codo, con la Cámara. Con la Cámara que participa en organismos insulares; con la Cámara que contribuye a la internacionalización de nuestra economía; con la Cámara que informa, forma y canaliza las inquietudes de sus asociados; con la Cámara que emprende acciones para contribuir a mejorar los sectores productivos insulares; con la Cámara que comparte proyectos e iniciativas que tienen vocación de innovación y de futuro…

Me cabe el honor de representar a la institución que durante sus 106 años de existencia ha ejercido de gobierno de la isla y ha contribuido a impulsar su desarrollo socioeconómico cuando padecíamos el doble centralismo del Estado y de la provincia única. Este Cabildo ha sido un baluarte también para afianzar nuestros sentimientos de pertenencia a la sociedad grancanaria y para cohesionar las iniciativas de progreso, innovación y tenacidad que nos han caracterizado a lo largo de los siglos.

La Medalla de la Cámara viene a reconocer los esfuerzos anónimos que se han sembrado para mejorar la vida de nuestra gente en los mil quinientos kilómetros cuadrados que nos sirven de suelo y en los 21 municipios que nos acogen y conforman la isla de nuestra vida. Se premia a los miles de funcionarios y funcionarias que nos han engrandecido y a todas las corporaciones que han velado por un sueño común que se llama Gran Canaria. Porque una señal de unidad es que sentimos como propios los anhelos de todos, vivan en la capital o en cualquiera de los municipios, incluyendo los más alejados como Tejeda, Artenara o La Aldea.

El Cabildo que hoy sentimos como nuestro, y que tiene que seguir liderando la defensa de un modelo de isla sostenible, justo y democrático, es aquel que atendió las necesidades de salud creando hospitales y residencias cuando el Estado no ejercía sus obligaciones. Repobló una isla que había quedado esquilmada por la deforestación de los siglos anteriores. Becó a estudiantes o apoyó la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Y sobre todo entendió que nuestros campos y nuestra gente morían de sed y afrontó el problema del agua construyendo la gran red de presas y canales que nos han permitido sobrevivir y llegar con optimismo al siglo XXI. Paradojas de la vida, grandes realizaciones del Cabildo durante la segunda mitad del siglo XX, como las presas de Chira y Soria, nos permiten hoy mirar al futuro soñando que de nuevo Gran Canaria será vanguardia de la modernidad y la sostenibilidad con la construcción de la central hidroeólica.

Este hermanamiento entre el pasado y el futuro es el que hace grande a una sociedad y forma parte de la tarea noble de la política. Tenemos que valorar todo lo que nuestros padres y nuestras madres idearon y construyeron para adaptarlo a las nuevas demandas y hacer una Gran Canaria que ilusione y dé oportunidades a nuestros hijos y nietos.

Fue el Cabildo quien abrió y asfaltó caminos para acercar la cumbre a la costa, la capital con todos los caseríos y solanas que acogían a nuestros pueblos. El que apoyó todas las grandes infraestructuras como el puerto, el aeropuerto o las zonas industriales que son la base de los grandes proyectos. El que impulsó el turismo incipiente creando el Patronato de Turismo. Hoy miles de actuaciones e iniciativas están transformando a Gran Canaria para hacerla más justa en lo social, sostenible en lo medioambiental, innovadora en la diversificación económica, inteligente como sociedad del conocimiento y orgullosa de un patrimonio cultural y etnográfico que justifica que estemos ilusionados con la probable declaración de Risco Caído como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En esta historia hermosa, donde el Cabildo ha sido con frecuencia el corazón de Gran Canaria, el éxito ha consistido en enhebrar entre todos, una potente sociedad civil en la que cientos de organizaciones y miles de ciudadanos se han comprometido con el progreso colectivo. En esta semblanza, la actual Cámara de Comercio de Gran Canaria, que fue de Comercio, Industria y Navegación de Las Palmas, ha tenido desde sus inicios en 1901 un papel insustituible. Fíjense que hablamos de una asociación anterior incluso a la creación del propio Cabildo Insular.

La Cámara de Comercio de Las Palmas ha sido fundamental desde su fundación para la organización de la economía canaria contemporánea, como referente del mundo empresarial y del entramado institucional isleño. Su nacimiento se produce en un contexto de crecimiento de nuestra economía que se vio favorecido por el régimen de puertos francos, el avance en los transportes y las comunicaciones. La expansión empresarial encuentra en la Cámara una institución que contribuye a afrontar las nuevas necesidades y demandas del comercio insular, así como un marco de relaciones entre los distintos grupos empresariales que transformaron el modelo de desarrollo de la isla.

Las razones que justificaron la creación de la Cámara hace ahora 118 años siguen vivas y si me apuran con más urgencia, porque la sociedad global exige organizaciones locales fuertes que eviten una economía dominada por las grandes multinacionales. El Cabildo sabe que nuestra economía se sustenta en un 80% de la actividad de pequeños y medianos empresarios. La Cámara representa a más de 56.000 pequeñas y medianas empresas y el Cabildo de Gran Canaria debe mantener una relación preferente con este sector porque es el mayoritario, el de mayor creación de empleo y el que favorece la redistribución de la riqueza.

Reconozco el papel valiente que la Cámara y sus representados están teniendo para defender públicamente los derechos de esta isla cuando se comprueban desequilibrios o maltratos por parte de poderes públicos autonómicos o estatales que no hacen justicia con nuestra población, con la actividad económica o con las necesidades sociales. Actos como el del martes nos fortalecen para mantenernos en la buena dirección. Juntos nos sabemos fuertes porque tenemos experiencias históricas de victorias decisivas. La próxima será recuperar un trato de igualdad con el resto de las islas y alcanzar el cumplimiento pleno de sus obligaciones por parte del Estado.

Tiene un gran simbolismo que la entrega del galardón fuera en el Gabinete Literario. Parece la reunión de los tres hermanos mayores, porque esta institución cultural tiene 175 años de Gabinete y de liderazgo. Tampoco se puede entender la historia de la ciudad, de la isla, de la provincia y de la autonomía sin la participación de la sociedad civil, organizada como un movimiento cuyo impulso modernizador contribuye a transformar a toda la comunidad. Y éste ha sido el caso en los dos últimos siglos del Gabinete Literario, una entidad que desde sus orígenes y en toda su trayectoria, ha sido un órgano de gobernanza y de compromiso social. Más gabinete que literario, al mantener con firmeza y visión de futuro la defensa de Gran Canaria y, por ende, el progreso para el Archipiélago.

Gran Canaria tiene enormes potencialidades, pero no cabe la sumisión, la resignación, el conformismo, la pereza o la mediocridad. Sus hombres y mujeres quieren una Canarias equilibrada y solidaria donde Gran Canaria aporte toda su capacidad creadora y lidere en condiciones de igualdad las decisiones trascendentales de la Comunidad. La distinción de la Cámara de Comercio de Gran Canaria alumbra un camino de esperanza para la isla. Ayuda a renovar las ilusiones para alcanzar los objetivos que nuestra sociedad y nuestra economía nos demandan.

La Isleta, protegida y visitable

Disfrutar, aprender, conocer, valorar, proteger, rehabilitar y amar nuestro patrimonio natural es un derecho de todas las personas y una responsabilidad de todas las administraciones e instituciones públicas

La Isleta es una pequeña península, de aproximadamente 850 hectáreas, que se ha ido conformando a lo largo de las últimas décadas como un espacio de referencia identitaria de nuestra isla y de su capital. Su historia, su patrimonio cultural y natural, su relación con el Puerto y con el mar y su contribución al desarrollo de la ciudad que la acoge la convierten en un lugar imprescindible para entender la evolución de Gran Canaria. 462,49 has de su superficie fueron declaradas Paisaje Protegido dentro de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos con el objeto de preservar su bello paisaje desértico, su biodiversidad, sus estructuras geológicas, sus cantiles y sus plataformas costeras.

Sin duda constituye un peculiar marco paisajístico para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Sustenta elementos naturales de notoria singularidad como la sucesión de conos volcánicos -de los más relevantes del vulcanismo reciente de Gran Canaria- plataformas rocosas costeras, acantilados y la meseta central con un potente malpaís de coladas de lavas escoriáceas. Muestra, además, relieves y materiales vulcanológicos de gran interés científico.

La vegetación vascular de la zona está formada por arbustos y subarbustos adaptados a la extrema aridez y la salinidad del lugar, con especies exclusivas de Canarias como la tolda, el cardón o la magarza de costa. También cuenta con una abundante flora liquenológica debido a la juventud geológica del sustrato y la elevada humedad ambiental.

En la fauna terrestre vertebrada abundan lagartos de Gran Canaria y algunas aves terrestres o marinas. Los invertebrados son igualmente muy abundantes y destacan dos caracoles exclusivos de La Isleta (Napaeus isletae y Hemicycla saulcyi) que hasta el último catálogo de especies protegidas de Canarias estaban considerados en peligro de extinción y ahora tienen la categoría de “interés para los ecosistemas canarios”.

Cuenta también con yacimientos arqueológicos, huella del poblamiento prehispánico, y recursos etnográficos e históricos, que aumentan el valor cultural de este territorio.

Además, el entorno marino de La Isleta está protegido por normativas europeas, forma parte de la Red Ecológica Europea Natura 2000 como Zona de Especial Conservación, Área Marina de La Isleta y Zona de Especial Conservación Bahía de El Confital.

La mayor parte del territorio del Paisaje Protegido de La Isleta es un área de propiedad y uso militar. Dentro de los límites de la propiedad militar, en la Base «General Alemán Ramírez», se realizan actividades militares de preparación continua de las personas adscritas a ella, incluyendo ensayos y ejercicios en el Campo de Tiro y Maniobras de «La Isleta», por lo que están establecidos unos protocolos de seguridad y limitaciones y servidumbres propias del entorno. Estas limitaciones, originadas por la proximidad de núcleos urbanos, exigencias medioambientales, características de los terrenos, etc., afectan en algunos casos a las condiciones de ejecución y a los tipos de ejercicios que pueden desarrollar las unidades militares. Eso ha hecho que en los últimos tiempos se haya prohibido totalmente las visitas a este espacio natural.

El Cabildo de Gran Canaria ostenta, por otra parte, las competencias en la gestión de los Espacios Naturales Protegidos de la isla de Gran Canaria, en cumplimiento del Decreto 111/2002, de 9 de agosto, de traspaso de funciones de la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias a los Cabildos Insulares.

Con el objeto de hacer posible que los escolares de la isla, investigadores, senderistas y ciudadanía en general puedan acceder a la zona, el pasado martes 29 de enero el Ministerio de Defensa y el Cabildo de Gran Canaria firmaron un convenio que va a permitir satisfacer el anhelo que una gran parte de la población insular tiene por conocer este territorio. También facilitará la mejora de la conservación de este Espacio Natural Protegido, además de dar un impulso a la educación ambiental a través de rutas guiadas y reguladas de senderismo.

La Consejería de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo Insular de Gran Canaria, en el ejercicio de sus competencias quiere procurar el encuentro de las personas con la naturaleza y la educación medioambiental en torno a los valores naturales y paisajísticos de La Isleta, mientras que la Administración Militar, sin perjuicio de las funciones que tiene encomendadas, asume la voluntad de compatibilizar el uso militar en La Isleta con una actividad educativo-ambiental y de senderismo regulada que redunde en beneficio de la sociedad isleña.

Con este acuerdo, pionero y ejemplar, queremos destacar la alta sensibilidad ecológica y los recursos patrimoniales de La Isleta, involucrar a la ciudadanía en el conocimiento de este espacio y comenzar una novedosa y moderna etapa de educación ambiental en Gran Canaria. Nuestra prioridad es que la ciudadanía aprenda a valorar y respetar la naturaleza y para valorarla hay que conocerla: no se puede amar ni valorar lo que no se conoce.

Este acuerdo permitirá el uso ordenado de este espacio y conocer las zonas de mayor valor paisajístico y geomorfológico, así como su patrimonio histórico y cultural. Para ello se han establecido cinco senderos para que los visitantes, según el nivel de dificultad y los objetivos de la actividad, puedan recorrer: Costa Noroeste, Montaña Colorada, Montaña del Vigía, Montaña del Faro y el Sendero Circular de los Volcanes de La Isleta.

El sendero de la costa Noroeste tiene una dificultad baja-media, con un trazado de 2,36 kilómetros y una duración estimada de hora y media. Se trata de una ruta que discurre paralela al litoral hasta la Punta de los Acantilados, en el que el visitante puede encontrar restos de las antiguas estructuras defensivas de nidos de ametralladoras, activos durante la II Guerra Mundial. Pasa por la antigua pista de tierra de la cantera de extracción de materiales volcánicos de la zona y por el entorno costero de La Isleta, peculiar por su orografía y vegetación sobre roca volcánica.

El sendero de Montaña Colorada tiene una longitud de 3,07 kilómetros y una dificultad media, con una duración aproximada de dos horas. Este camino atraviesa la zona conocida como Barrera Escarlata, bordeando la Base Militar General Alemán Ramírez con un recorrido en el que se encuentran varios tipos de construcciones de actividad militar del siglo XIX, en activo en la I Guerra Mundial, la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial. Discurre a su vez por el malpaís de La Isleta y el yacimiento arqueológico prehispánico “La Cantera de los Molinos”, utilizado por lo aborígenes grancanarios para moler grano.

El sendero Montaña del Vigía cuenta con un recorrido de 1,84 kilómetros de longitud y una dificultad media-baja a recorrer aproximadamente en una hora; ofrece vistas de Montaña Colorada y Montaña del Faro, del paisaje de La Isleta y de Las Palmas de Gran Canaria.

El sendero Montaña del Faro tiene una longitud de 7,4 kilómetros y una dificultad media, con una duración estimada de 2 horas 40 minutos. Este trazado atraviesa la meseta central de La Isleta, a la que rodean tres volcanes, para ascender a la cota alta de la montaña con vistas a los acantilados de la costa y de la punta de El Confital. En el descenso el visitante puede conocer las antiguas baterías del Faro, que datan del siglo XIX, entre otras curiosidades.

El sendero circular de Los Volcanes es una ruta de 11,24 kilómetros de dificultad media-alta, con una duración aproximada de 4 horas que recorre los tres volcanes más importantes de la zona, con una visión general del paisaje de La Isleta, su malpaís, construcciones militares y vistas de la ciudad. En este trazado conviven diferentes especies vegetales como la orchilla o la magarza, en una vía de llanos y pendientes de hasta el 48%.

Disfrutar, aprender, conocer, valorar, proteger, rehabilitar y amar nuestro patrimonio natural es un derecho de todas las personas y una responsabilidad de todas las administraciones e instituciones públicas. Es lo que pretendemos con este acuerdo.